Ruta de senderismo a la Chorrera de San Mamés

Hacía tiempo que no hacíamos una ruta de senderismo y ya teníamos ganas, así que hace algunos domingos aprovechamos para hacer una ruta por la sierra de Madrid junto a nuestros amigos Samuel y Victoria. A mí en concreto me apetecía hacer alguna de las rutas a las cascadas más altas de Madrid. Como la Chorrera de los Litueros ya la conocíamos, que es la cascada más alta de Madrid, estuvimos evaluando las rutas a las siguientes cascadas de Madrid por altura: la Chorrera de San Mamés y las cascadas del Purgatorio. Finalmente nos decantamos por la primera. Te cuento todos los detalles.

Información práctica de la ruta a la Chorrera de San Mamés

Datos técnicos de la ruta

• Tipo de ruta: lineal, si haces la ida a la Chorrera de San Mamés y vuelta por el mismo camino. En este artículo nos centraremos en la ruta lineal, aunque también hay una opción de ruta circular ampliando la ruta, realizando la vuelta por la localidad de Navarredonda. Os hablaremos de esta otra ruta en un futuro artículo.
• Longitud: la distancia de San Mamés a la chorrera son 4,2 kilómetros, lo que nos da una distancia de 8,4 kilómetros en la ruta lineal, incluyendo ida y vuelta.
• Tiempo: 3 horas
• Dificultad: media-baja
• Punto más alto de la ruta: 1500 metros. Comenzamos a 1150 metros, así que subiremos un desnivel de 350 metros
• Mejor época: la mejor época para realizar la ruta de senderismo a la Chorrera de San Mamés es el comienzo de la primavera, porque con el deshielo te encontrarás la cascada en su máximo esplendor.

Equipamiento para la ruta de senderismo a la Chorrera de San Mamés

De todo lo que se debe llevar en la mochila para hacer senderismo de un día, lo que me resultó más imprescindible en esta ruta fue el agua, la crema solar y el gorro, porque hicimos la ruta en verano y hay un tramo que es una solana. Y botas de senderismo (no playeras), porque al final del recorrido y sobre todo si quieres subir a la parte alta de la ruta, te puedes resbalar.

Punto de inicio de la ruta de senderismo a la Chorrera de San Mamés

El punto de partida para esta ruta de senderismo a la Chorrera de San Mamés es la Plaza Mayor de San Mamés, un pueblo de la sierra de Madrid del que nunca, hasta este momento, había escuchado hablar. Resultó estar a casi la misma altura que Buitrago de Lozoya, a sólo 10 kilómetros de este pueblo medieval que tanto nos gusta a los madrileños.

Para llegar a San Mamés desde Madrid hay que viajar por la Carretera de Burgos A-1 hasta la salida 76 (justo pasado Buitrato de Lozoya), y a partir de aquí tomar la M-634 que tras pasar algunos pueblos ya nos lleva a San Mamés. El recorrido desde Madrid es una hora aproximadamente.

Para aparcar en San Mamés lo mejor es hacerlo en el parking gratuito que encuentras casi al final del pueblo. Nosotros no sabíamos de su existencia y lo encontramos porque está señalizado, así que nos llevamos una gran alegría por lo fácil que nos resultó aparcar.

Localización del parking de San Mamés

Ruta de senderismo a la Chorrera de San Mamés

Ida: ruta a pie a la Chorrera de San Mamés

Después de aparcar los coches, fuimos al centro del pueblo con la esperanza de encontrar una oficina de información turística donde nos explicaran y entregaran un mapa de la ruta de senderismo. Oficina existe, pero estaba cerrada y con pinta de llevar cerrada tiempo. En su lugar, en un tablero había un mapa donde describían la ruta, al que hicimos una foto por si más adelante necesitábamos tirar de él.

Iglesia de San Mamés

La ruta la puedes iniciar por dos caminos, desde la Plaza Mayor de San Mamés, o desde la Iglesia de San Mamés, que está a las afueras del pueblo. Los dos caminos se juntan enseguida más adelante. Como teníamos interés en ver la iglesia, elegimos esta segunda opción.

A la izquierda de la iglesia encontramos la señal que indicaba el camino hacia la Chorrera de San Mamés. Todo el primer tramo del camino es la mar de agradable, ya que transcurre entre árboles y sin apenas desnivel. Lo único que estropeaba el disfrute total del camino eran los coches que pasaban de vez en cuando, a pesar de ser un camino de tierra y que en teoría no llevaba a ninguna parte. Era molesto porque si pasaban ligero se levantaba un polvo bastante desagradable.

Quesería

Después supimos que los coches pasaban por dos motivos. Uno, por hacer este tramo de la ruta a la Chorrera de San Mamés en coche, y así quitarse algún kilómetro. Y el otro motivo, mucho más interesante, es la existencia de una quesería en la que dicen que se compran unos quesos caseros buenísimos.

Preguntamos al quesero por el horario de la tienda, y nos dijo que estaba abierto todo el día, y que en caso de que llegásemos y estuviese cerrado, siempre deja el teléfono al que se le puede llamar a cualquier hora, ya que está encantado de vender sus productos.

Junto a la quesería está la granja donde vimos unas cabras muy monas que nos resultaron graciosísimas al ponerse de pie para comer las hojas.

Vía pecuaria

Al final de la quesería un paso canadiense nos marcaba el inicio de una vía pecuaria. A partir de aquí lo mejor es que ya nos librábamos de coches en el camino.

En los primeros metros vimos una vacada sin cerca. Alguna de las vacas no nos quitaba ojo y se me pasó por la mente echar mano de los consejos para saber qué hacer si te cruzas con una vaca en el monte. Aunque alguna impresionaba mirándote, y más impresión aún daban sus cuernitos, no hizo falta porque estaban apartadas y a un lado del camino, así que pudimos continuar sin mayor problema.

Este tramo del camino fue el más pesado, porque los árboles dejaron de acompañarnos y comenzó una solana en ascenso que se nos hizo algo larga, sobre todo porque era mediodía y el sol golpeaba fortísimo. Cada tanto bebíamos agua y en este tramo bebimos la mitad del agua que llevábamos.

A mitad de este tramo salía a la derecha otra ruta de senderismo llamada Cañada de Rendales, y al echar la vista atrás empezamos a ver a lo lejos un embalse, que debía ser el Embalse de Riosequillo.

Pero nuestro objetivo estaba adelante, un pinar por el que deseábamos que fuese nuestro camino hacia el Chorro de San Mamés. Y en la montaña, entre el pinar, se distinguía un hilillo de agua que nos hacía creer se trataba del chorro, como en efecto así pudimos comprobar después.

El pinar

Nos dio una felicidad enorme llegar hasta esta antigua casa forestal, no por la casa en sí, ya que estaba completamente abandonada y con las ventanas rotas, sino porque este punto marcaba la entrada del camino en el deseado pinar, y con él, llegó la sombra.

A partir de aquí el camino fue una auténtica delicia, porque los altísimos pinos nos acompañaron prácticamente todo el resto de la ruta hasta el chorro.

Y además encontramos una fuente, no para beber, porque era agua no tratada, pero sí para refrescarnos cara, cuello y brazos.

Unos metros más adelante encontramos un mojón que indicaba «Puerta de los Carpetanos» y también un camino a la izquierda que descendía hacia Navarredonda. Nosotros continuamos de frente en búsqueda del Chorro.

El río y las rocas

En el tramo final de la ruta ya se escucha el agua caer. Primero cruzamos este pequeño riachuelo.

A partir de aquí los últimos metros circulan por un tramo rocoso que es el más complicado del camino, sin ser difícil. Aunque en otras épocas sí hay que tener cuidado porque la zona puede ser resbaladiza, sobre todo si está húmeda.

La Chorrera de San Mamés

Y llegamos a la Chorrera de San Mamés o Chorro de San Mamés, que sin ser una cascada impresionante, si he de confesar que tenía más agua de la que me esperaba para ser agosto. La altura de la cascada son 30 metros, lo que la convierte en la segunda cascada más alta de Madrid, tras la Chorrera de los Litueros.

Te puedes acercar a una especie de mirador delimitado en las piedras, que no se debe traspasar. Aunque como siempre, había gente que lo traspasaba y que incluso aún estando prohibido el baño, se bañaba.

Desde aquí además había una panorámica mucho mejor del Embalse de Riosequillo.

Comida en el paraíso de la Chorrera de San Mamés

Nosotros lo que hicimos fue continuar hacia arriba, a la parte alta del Chorro, en búsqueda de algún lugar sombreado para comer, y encontramos este rinconcito solitario en el que sólo se escuchaba el agua, los pájaros, y mariposas que revoloteaban a nuestro alrededor. Un auténtico paraíso.

Tocamos el agua con las manos, y alguno del grupo con los pies, y estaba fresquísima, por no decir helada. Aprovechamos para enfriar el agua que nos quedaba, comimos e incluso nos echamos un rato la «siesta», no tanto para dormir sino para descansar con ese relax antes de emprender el camino de vuelta a San Mamés.

Vuelta: del Chorro de San Mamés a San Mamés

El camino de vuelta lo puedes realizar por el mismo camino, aunque nosotros preferimos hacer la vuelta larga por Navarredonda. Esta ruta de senderismo de la Chorrera San Mamés, Navarredonda y final en San Mamés te la contaré en otro artículo más adelante.