Calatañazor, el pueblo con más encanto de Soria

Cuando comenté a unas amigas que iba a pasar unos días en Soria enseguida me recomendaron que tenía que visitar Calatañazor. Me dijeron que era un pueblo medieval muy pequeño con sólo dos calles, pero que serían suficientes para embelesarme. ¡Y qué razón tenían! Calatañazor es de esos pueblos que parecen haber quedado congelados en el tiempo y en el que cada calle y cada casa parecen formar parte de un museo.

Calle Real de Calatañazor
Calle Real de Calatañazor

Información práctica de Calatañazor

Cómo llegar a Calatañazor

Calatañazor está situado en el noroeste de la provincia de Soria y la forma más cómoda de llegar hasta él es en coche. Si quieres llegar a Calatañazor en transporte público, los puntos más cercanos son Burgo de Osma en autobús a 25 kilómetros o Soria en tren a 30 kilómetros.

Si viajas en coche a Calatañazor el camino es el mismo que debes tomar para llegar hasta la Fuentona de Soria. Desde la N-122 que une Soria y Valladolid se debe tomar la salida hacia la SO-P-5026, señalizado por las indicaciones Calatañazor / Muriel de la Fuente. Kilómetro y medio después llegamos a Calatañazor.


Localización – Dónde está Calatañazor

Aparcamiento en Calatañazor

Desde hace algunos años hay un aparcamiento gratuito en las inmediaciones de Calatañazor sin necesidad de entrar en el pueblo. Sinceramente me parece una locura entrar con el coche en Calatañazor, pero parece que antes sí se hacía. En la actualidad sólo está permitida la entrada de coches a sus pocos residentes y deben circular a una velocidad de 10 kilómetros por hora.

Visita a Calatañazor

La visita a Calatañazor me producía mucha curiosidad por aquello de generar tanta admiración con sólo dos calles. No quise buscar mucha información ni ver fotos antes de ir para no tener las expectativas demasiado altas. El hecho de no saber muy bien qué me encontraría alimentó mis ganas de conocerlo y cada paso que di me sorprendió.

El río Milanos

Antes de llegar se atraviesa el río Milanos, que hace de muralla en el sureste de Calatañazor. Lo curioso es que todo Calatañazor está amurallado excepto la zona del río, ya que al tener una hoz profunda se consideró que no era necesario para su defensa la edificación de una muralla en este tramo. Lo que no conseguí ver es si el río llevaba agua o no, porque sólo lo vi desde el coche. Sólo vi que era estrecho y estaba muy poblado de vegetación, y que al atravesarlo ya podíamos ver en un alto las casas y la iglesia parroquial. Con esa panorámica ya sabía que Calatañazor me iba a gustar.

Ermita de San Juan Bautista

Al bajar del coche nos dio la bienvenida la Ermita de San Juan Bautista. Son en realidad sus ruinas, ya que de esta ermita románica queda muy poco en pie, pero aún así me pareció que desprendía mucho encanto tan aislada y solitaria en medio del campo soriano. Lo más destacable de la ermita es su conjunto de arcos en forma de arquivoltas.

Ermita de San Juan Bautista
Ermita de San Juan Bautista

Ermita de Nuestra Señora de la Soledad

Se trata de otra ermita románica de ábside semicircular que está muy cercana a la Ermita de San Juan Bautista y ya casi en la entrada a Calatañazor. Las dos están extramuros y desde su ubicación se puede contemplar la muralla exterior de Calatañazor.

Ermita de Nuestra Señora de la Soledad
Ermita de Nuestra Señora de la Soledad

Calle Real

La entrada es esta carretera en cuesta junto a unas enormes rocas sobre la que fue construida la muralla de Calatañazor. A la vuelta de la esquina comienza la primera calle de Calatañazor. Tal y como me habían contado mis amigas, Calatañazor tiene sólo dos calles: la calle Real y la calle Tirador.

Entrada a Calatañazor
Entrada a Calatañazor

La primera que encontramos y a su vez la más bonita de las dos es la calle Real. Me pareció cautivadora con su color anaranjado, su suelo empedrado y su aspecto medieval.

Calle Real
Calle Real

La calle está en continuo ascenso y mientras caminábamos nos fuimos encontrando casas medievales con mucho encanto como éstas que me recordaban a las casas de entramado de madera de algunas ciudades alemanas.

Casas con encanto en la calle Real
Casas con encanto en la calle Real

Algunas tenían también soportales, lo que daba a las casas aún más encanto.

Soportales de la calle Real
Soportales de la calle Real

Casas con soportales
Casas con soportales

Casa con soportales
Casa con soportales

Junto a estas casas pintorescas también encontramos otras casas que están completamente en ruinas. Y aunque no deslucen tanto porque lo que se ve es el solar donde algún día hubo una edificación, espero que algún día sean reconstruidas manteniendo el estilo de Calatañazor, ya que esta calle Real sería aún más encantadora.

Chimeneas cónicas

Otra de las cosas que me llamó la atención de las casas de Calatañazor fueron sus chimeneas. Algunas de ellas son cónicas, que parece son típicas de aquí. ¿A que estas casas con chimenea son increíbles?

Chimeneas cónicas de Calatañazor
Chimeneas cónicas de Calatañazor

Chimeneas en la calle Real
Chimeneas en la calle Real

Iglesia de Santa María del Castillo

A mitad de la calle Real en su lado izquierdo encontramos la tercera iglesia de Calatañazor. En este caso se trata de la Iglesia parroquial de Santa María del Castillo, una iglesia de origen románico del siglo XII con ampliaciones posteriores en estilo gótico.

En el interior alberga una pila bautismal románica del siglo XI y el Cristo de Calatañazor o Cristo del Amparo, que es una talla gótica del siglo XV de 1,90 metros de alto por 1,70 metros de ancho. Al igual que con las otras dos ermitas, también nos tuvimos que conformar con conocerla desde el exterior. Entiendo que no tiene sentido tenerla abierta si no hay gente, pero me hubiese encantado acceder al interior.

Iglesia de Santa María del Castillo
Iglesia de Santa María del Castillo

Iglesia de Santa María del Castillo
Iglesia de Santa María del Castillo

Busto de Almanzor

Pocos metros más arriba aparecía una pequeña plaza desocupada excepto por un busto de aspecto árabe. Al acercarnos comprobamos que se trataba de Almanzor y además rezaba el refrán que acompaña a su leyenda: «Calatañazor, donde Almanzor perdió el tambor«. La derrota que sufrió en la batalla de Calatañazor fue su última contienda, y el refrán hace referencia a que aquí Almanzor perdió la alegría y la suerte que le había acompañado hasta ahora en todas las batallas.

En la parte baja del monumento también hay un poema de Gerardo Diego grabado en bronce, que está dedicado a Almanzor. Parece que el poeta quedó impresionado al conocer la historia de Calatañazor.

Busto de Almanzor
Busto de Almanzor

Plaza Mayor

Tras esta placita llegamos a otra plaza de más tamaño que es la Plaza Mayor. Me llamó la atención que no encontramos a nadie durante todo nuestro recorrido, ni siquiera cuando llegamos a su plaza principal. Aunque si pensamos que sólo tiene censados 51 habitantes, puede parecer algo normal. He de decir que nuestra visita la realizamos un lunes de febrero, y por ello tampoco había turistas. Imagino que llegada la primavera y el verano sí que tendrá muchos visitantes que vienen a recorrer la provincia de Soria.

En el centro de la Plaza Mayor destaca un monumento que ya he encontrado en varios pueblos de Castilla y León, el Rollo de Justicia o Picota de Justicia, del siglo XV, para recordar el lugar de ajusticiamiento durante la Edad Media.

Rollo de Justicia en Plaza Mayor
Rollo de Justicia en Plaza Mayor

En la plaza también se pueden contemplar más casas con soportales y chimeneas cónicas, y vistas a la hoz del río Milanos.

Vistas desde la Plaza Mayor
Vistas desde la Plaza Mayor

Castillo

Al salir de la Plaza Mayor podemos ver un trozo de muralla y el castillo de Calatañazor. Aunque está en ruinas, sí se mantiene en pie la torre del homenaje, y además este lugar proporciona unas vistas magníficas del valle que rodea a Calatañazor.

Castillo de Calatañazor
Castillo de Calatañazor

Castillo de Calatañazor
Castillo de Calatañazor

Calle Tirador

El regreso lo hicimos por la calle de atrás, que es la otra calle de Calatañazor, y allí fue donde por fin vimos dos personas que paseaban con un perro. Creo que eran turistas. Nos gustó menos que la calle Real, pero un corto paseo merece también la pena.

Calle Tirador
Calle Tirador

Al final de la calle Tirador giramos a la derecha para retomar la calle Real y ya regresamos el coche. Por cierto, tras la visita a Calatañazor, merece la pena en el mismo día la visita al sabinar de Calatañazor y a la fuentona de Muriel de la Fuente.

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Me llamo Cristina. Me apasiona la fotografía, viajar y escribir, así que en 2014 decidí combinar mis 3 aficiones, y surgió Los viajes de Wircky.

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