Viaje a Hong Kong y Vietnam día 1: llegada a Londres

Hace ya algunos años de nuestro viaje a Hong Kong y Vietnam, en concreto cuatro años. Durante este tiempo hemos escrito algunos artículos pero no el diario de este viaje. Por fin he decidido poner remedio ya que vivimos muchas experiencias y anécdotas que merecen la pena ser contados. Espero disfrutar recordándolo y que a ti también te guste leerlo. ¡Bienvenido a mi diario del viaje a Hong Kong y Vietnam!

Día 1: llegada a Londres

Itinerario de Madrid a Hong Kong

El primer destino planificado de nuestro viaje iba a ser Hong Kong. Para llegar hasta allí nos esperaba un largo viaje haciendo corta escala en Londres.

Éste era el itinerario del vuelo:

• Vuelo Madrid – Londres: vuelo IB7462 de Iberia operado por British Airways, fecha 15.09.2016, salida de Madrid (Terminal 4S) a 19:40, llegada a Londres Heathrow (terminal 5) a 20:55
• Vuelo Londres – Hong Kong: vuelo BA0027 de British Airways, fecha 15.09.2016, salida de Londres a 21:55, llegada a Hong Kong el 16.09.2016 a 16:40

En metro al aeropuerto de Barajas

El gran día del viaje a Hong Kong y Vietnam había llegado, y aunque no salíamos hasta la tarde preferimos coger el día de vacaciones para organizar todo con calma. También pude despedirme de mi familia, que estaba bastante nerviosa por irme dos semanas tan lejos.

Terminamos de preparar el equipaje, comimos en casa y nos fuimos al aeropuerto. Como íbamos tan sobrados de tiempo, en lugar de viajar en taxi decidimos ir en metro. Y aún así, a las 4 y cuarto ya estábamos allí, 3 horas antes. El precio del billete de metro a Barajas fue de 5 euros por persona.

En la Terminal 4 de Barajas

Viajamos en metro hasta la última línea de la línea 8, Aeropuerto T4, ya que nuestro vuelo partía de la terminal 4S, la satélite. Lo primero que hicimos fue poner protección al equipaje, que nos costó 10 euros. En lugar de maleta llevamos mochila grande tipo camping para facilitarnos el desplazamiento con el equipaje en determinados momentos del viaje. En la foto es la que está debajo plastificada. Facturamos ésta y después llevamos de equipaje de mano otra mochila de camping similar y una más pequeña.

Después de facturar el equipaje ya cruzamos la puerta de embarque y cogimos el tren lanzadera que es el que lleva a la terminal 4S, y que no lleva conductor. Reconozco que aunque se hace un poco pesado coger un vuelo en esta terminal porque tardas mucho hasta que llegas a la puerta de embarque, si vas con tiempo es divertido coger este tren.

Al llegar a la terminal 4 satélite localizamos nuestra puerta de embarque, desde la que se veían las famosas cuatro torres de Madrid.

Aprovechamos para dar un paseo por toda la terminal, visitando todas las tiendas del aeropuerto. Entre ellas, una tienda oficial del Real Madrid donde vimos varias cosas chulas, como unos sillones tipo asientos de fórmula 1 con el logo del Real Madrid, o este monopoly del Real Madrid.

Después de ver todas las tiendas, terminamos matando el tiempo en el Burger King, donde tomamos Antonio una coca-cola y yo un sundae de chocolate.

Vuelo de Madrid a Londres

El vuelo debía partir a las 19:40 de la puerta S51 y lo replanificaron para las 20:12. Estuvimos algo preocupados por la escala, pero la azafata nos dijo que no había problema, que teníamos tiempo de sobra. Y a esa hora iniciamos vuelo a Londres.

Durante el vuelo nos ofrecieron una bolsita de patatas fritas y una galleta cubierta de chocolate. Nos sorprendió que nadie de la tripulación hablaba español. Aterrizamos en el aeropuerto de Londres Heathrow a las 21:20, con 25 minutos para la salida de nuestro segundo vuelo.

Nos tuvieron hasta las 10 sin poder salir del avión, no entendimos por qué. La única explicación que nos daban las azafatas es que llevaban días con huelgas y tenían muchos vuelos retrasados y no les daban espacio para colocar el avión. Todo esto en inglés porque nadie de la tripulación de British Airways hablaba español, algo que me sorprendió bastante al ser un vuelo Madrid-Londres, y comprado a Iberia.

La hora de nuestro vuelo había pasado, pero la azafata nos dijo que el vuelo a Hong Kong salía con retraso, que fuéramos corriendo al Flight Connection Center y ellos se encagaban… Fue caótico. Allí nadie se encargó de nada, y fuimos muchos los que llegamos tarde al vuelo que partía a Hong Kong, y que curiosamente veníamos de vuelos de diferentes ciudades europeas. Sólo nos dijeron que el avión acababa de cerrar las puertas, y que ya no había remedio, nos quedábamos en tierra. ¡Qué decepción! Sobre todo porque todos los que estábamos allí tuvimos la sensación de que no nos habían dejado entrar porque no les había dado la gana, y además debían haber partido con medio avión vacío.

La odisea para conseguir un nuevo vuelo a Hong Kong

Alguien de información nos indicó que salía otro vuelo a Hong Kong media hora más tarde y que tenía plazas, pero nos remitieron a una cola que daba cuatro vueltas. Conseguir nuevos billetes sería misión imposible, y como imaginábamos, perdimos también ese vuelo. El ritmo de avance era una hora por vuelta, y además la gente que abandonaba el mostrador salía enfadada porque no les quedaba ni vuelo ni hoteles en Londres donde dormir.

Nuestro turno llegó a la 1 y media. Primero dijeron que no había hotel porque era la London Fashion Week, pero que si encontrábamos uno, ellos después nos devolverían el dinero. Nos pusimos a buscar, sin fiarnos mucho, y de repente la persona que nos atendía vino diciendo que habían aparecido unas habitaciones.

Nos cambiaron el vuelo para el día siguiente a las 5 de la tarde, nos dieron un bono para pagar la habitación con desayuno del Hilton London Heathrow Airport Terminal 5, y otro bono de 10 libras por persona para consumir en comida en el mismo aeropuerto. También nos entregaron un neceser a cada uno con el kit de supervivencia básico: una camiseta, cepillo de dientes, desodorante y algunas cosas más.

Noche en un hotel de Londres

Antes de abandonar el aeropuerto pasamos a comprar comida para llevar en la Cafetería Costa del aeropuerto, que parecía ser lo único abierto a esas horas, y por los pelos. Por cierto en el aeropuerto de Londres Heathrow se anunciaban sus 70 años de vida.

Al salir, llegó otra odisea, la de de coger un taxi, ya que ninguno aceptaba tarjeta de crédito y nosotros no llevábamos libras. Al final llamamos al hotel y ellos nos gestionaron el taxi. No enviaron un taxi típico londinense, sino que vino un hombre pakistaní en un coche normal, y para pagar él llamó a algún lugar para dar nuestros números de la tarjeta de crédito, ¡qué peligro!

Llegamos al hotel a más de las 2 y media de la madrugada, comimos el bocadillo y nos fuimos a dormir a las 3, agotados y algo decepcionados por haber perdido un día de Hong Kong.