Monumentos romanos de Tréveris. Ruta por la Roma de Alemania
Cuando organizamos la ruta de viaje a Luxemburgo nos planteamos la posibilidad de conocer alguna otra ciudad cercana a Luxemburgo. Entre ellas nos recomendaron Metz en Francia como ciudad bonita y Trier en Alemania como ciudad histórica. Finalmente nos decantamos por esta última, en parte porque nos quedaba mejor para continuar hacia la ruta de los castillos de Luxemburgo. Lo que no imaginaba para nada es que encontraría una ciudad conocida como la pequeña Roma de Alemania.
Algunos datos de la historia de Trier-Tréveris
Trier es la ciudad más antigua de Alemania y no siempre se llamó así. Fue fundada en el siglo 16 a.C. en época de la Antigua Roma con el nombre de Augusta Treverorum. Tréveris fue colonia romana desde el siglo I y centro comercial a partir del siglo II. A finales del siglo III se convirtió en una de las capitales de la Tetrarquía y fue en aquel momento cuando fue conocida como «la segunda Roma».
Trier es el nombre alemán actual de esta ciudad, Trèves el nombre francés. En 1986 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco dentro del conjunto denominado «Monumentos romanos de Tréveris». Y hoy realizamos un paseo por estos nueve monumentos romanos de Trier-Tréveris.
En Porta Nigra de Trier
Los 9 monumentos romanos de Tréveris
Son nueve los monumentos que forman parte de la ruta romana de Tréveris.
1. Porta Nigra
El lugar más emblemático de Trier es su Porta Nigra, una puerta monumental de entrada a la antigua ciudad de Treveris y que formaba parte de la fortificación de la ciudad. Fue construida sobre el 170 d.C. en la época del Imperio Romano y dicen de ella que es la puerta romana más antigua y mejor conservada al norte de los Alpes. A pesar de su edad podemos decir que se conserva en bastante buen estado y que aún hoy día no deja indiferente a nadie.
El nombre de Porta Nigra proviene del latín y significa «Puerta Negra». Lo que se pregunta todo el mundo que la visita es por qué la Porta Nigra es tan negra. No se sabe a ciencia cierta aunque hay varias teorías. Una es por el paso del tiempo y la contaminación, pero como ya en la Edad Media ya era negra hay otra teoría que hace referencia a un tipo de sedimento de color negruzco que protege sus piedras.
Algo que me gustó muchísimo y a la vez sorprendió de la Porta Nigra es que se puede acceder a su interior. Tiene varias plantas y se pueden ver las huellas de las dos iglesias superpuestas que fueron construidas y después demolidas por orden de Napoleón en el siglo XIX. Desde la planta más alta además se tienen unas vistas muy bonitas de la ciudad de Trier.
Por cierto, la Porta Nigra es ideal por su situación como punto de partida de una ruta por Trier y además tiene justo al lado la oficina de turismo de Trier.
Trier desde la Porta Nigra
2. Catedral de San Pedro de Tréveris
La catedral de Tréveris es una catedral católica considerada la iglesia más antigua de Alemania. Fue construida en el siglo IV sobre un antiguo palacio constantino, de dimensiones enormes, hasta el punto de convertirse en la iglesia cristiana más grande de la antigüedad. Mezcla diversos estilos arquitectónicos debido a las diferentes remodelaciones que se fueron realizando en la iglesia con el paso de los siglos y viendo su estructura desde el exterior podrías pensar incluso que se trata de un castillo.
El interior llama la atención por su amplitud, con sus tres naves. Tiene un claustro bonito, un órgano majestuoso, cripta y varias capillas. En una de ellas se guarda una de las reliquias más importantes de la cristiandad, la Santa Túnica, aunque desgraciadamente no está en exposición así que no la pudimos ver.
Catedral de San Pedro de Tréveris
3. Basílica de Constantino
Este edificio alberga muchísima historia pero nosotras lo bautizamos como el edificio más feo de Tréveris. Se construyó en el 310 y se llama Aula Palatina, Basílica imperial o Basílica de Constantino, pero no es una basílica con el uso religioso que entendemos hoy día. En la Antigua Roma una basílica tenía múltiples usos y estaba dedicada a mercado, a lugar de reunión de los ciudadanos para tratar asuntos comunes, a lugar de culto, de transacciones financieras e incluso de administración de justicia. Desde mediados del siglo XIX se utiliza como iglesia protestante.
La Basílica de Constantino es la estancia más grande que se conserva de la antigüedad, de planta rectangular como es habitual en las basílicas romanas y con una única nave. Tiene un gran ábside semicircular que albergaba el trono del emperador romano Constantino I el Grande. Los romanos quisieron expresar a través de este edificio la grandeza y poder del emperador y construyeron una Basílica de grandes dimensiones, con 71 metros de largo, 32,6 metros de ancho y 36 metros de altura. Se dice de ella que es tan grande que al órgano le responde un eco de 7 segundos.
Basílica de Constantino
4. Anfiteatro
El anfiteatro romano de Tréveris fue construido en el año 100. En un primer vistazo no es tan espectacular como otros anfiteatros, pero me gustó visitarlo. Está insertado en la ladera de la montaña y tuvo una capacidad de veinte mil espectadores. Fue escenario de luchas de gladiadores y de competiciones de animales. Se utilizó como anfiteatro hasta principios del siglo V y en la Edad Media fue utilizado como cantera.
La visita se inicia por un túnel que da acceso a la arena elíptica, desde la que puedes acceder mediante unas escaleras a los pasillos subterráneos y oscuros donde se encuentran los sótanos y calabozos. Después puedes subir por las gradas hasta la parte más alta desde la que puedes contemplar una panorámica completa del anfiteatro.
Anfiteatro de Treveris
5. Termas imperiales
Son las termas más importantes de Tréveris aunque desgraciadamente no pudimos disfrutarlas en toda su plenitud porque estaban en restauración. Fueron construidas a inicios del siglo IV durante el reinado de Constantino I el Grande convirtiéndose en el tercer mayor complejo de termas del mundo romano y en la más joven de las tres termas romanas de Tréveris. Como complejo termal era muy completo, con sala con piscina de agua caliente, termas templadas, baños fríos y un área externa para ejercicios. Además disponía de un sistema de calefacción en el que el aire era calentado por hornos y conducido por debajo del pavimento.
Tras superar nuestra decepción inicial al ver los andamios conseguimos disfrutar de la visita, principalmente al conocer su zona subterránea, donde encontramos unos pasillos largos y estrechos que resultaban algo espeluznantes. Por cierto estas termas también fueron utilizadas como cantera durante la Edad Media.
En los túneles subterráneos de las Termas imperiales
6. Termas del Viehmarkt
Son las termas más antiguas de Tréveris, construidas entre los años 80 y 100 d.C. Están situadas más céntricas que las termas imperiales, debajo de la plaza Viehmarkt de la que toman su nombre y son las más cercanas al foro. Durante el recorrido por estas termas puedes hacerte a la idea de todos aquellos lugares que formaban parte del complejo termal y que frecuentaban los antiguos romanos.
7. Termas de Santa Bárbara
Construidas en el siglo II d.C. con un tamaño de 172 x 240 metros, lo que las convirtió en las segundas termas más grandes de Roma aunque hoy día poco queda de aquel esplendor ya que sólo quedan ruinas.
Termas del Viehmarkt
8. Puente romano
Sobre el río Mosela encontramos el puente romano de Tréveris, que es a su vez el puente más antiguo de Alemania y el puente romano más antiguo al norte de los Alpes. Fue construido en el 16 a.C., en el 71 d.C. se realizó una segunda construcción y entre los años 144 y 152 d.C. la tercera. De sus siete pilares de piedra, cinco de ellos se remontan a la época romana. Gracias a sus dimensiones y su buena estabilidad aún hoy circulan por él los coches.
9. Columna de Igel
Algo alejado del centro de Trier, exactamente a 9 kilómetros, encontramos este monumento funerario romano del siglo III. Se trata de un mausoleo familiar en arenisca roja con una altura de 27 metros. Está decorado con relieves que representan escenas mitológicas y escenas cotidianas de comerciantes. El monumento está coronado con una escultura que representa a Júpiter y Ganímedes llevados hacia el Olimpo por un águila, en latín «aquila», de donde proviene el nombre de Igel.
