Ermita de San Juan de Izuel en Villanúa

Ermita de San Juan de Izuel en Villanúa

Después de visitar el viaducto de San Juan pusimos camino hacia la ermita de San Juan, también en Villanúa. En la oficina de turismo nos habían comentado que sólo podríamos llegar caminando. Aún así lo intentamos con el coche, ya que durante el primer tramo continuaba el camino de grava y se veían ruedas de coches marcadas. Nuestra alegría duró sólo 2-3 minutos, hasta que apareció una barrera en mitad del camino, que impedía al coche continuar. Así que lo dejamos aparcado frente a la barrera, y continuamos a pie en este camino que transcurría entre el bosque.

Camino de grava entre el bosque hacia la ermita

Sabíamos que la ermita no estaba lejos, poco más de 1 kilómetro. El único problema es que eran las 3, y a las 4 teníamos reserva para la visita de la Estación Internacional de Canfranc. Así que avanzamos a paso ligero para que nos diese tiempo a visitar la ermita, volver al coche, y después emprender camino de vuelta a Villanúa para llegar hasta Canfranc. En quince minutos ya estábamos delante de la ermita.

La ermita de San Juan de Izuel es el único resto que se conserva del antiguo poblado de Izuel del siglo XIII. Por la festividad del día de San Juan, el 24 de junio, se celebra una romería hasta aquí el último domingo de junio a la que acuden vecinos de Villanúa, Castiello de Jaca y Cenarbe.

Entrada a la ermita de San Juan de Izuel

Nos encontramos con una ermita pequeñita, de piedra, con tejas, y lo más importante de todo, la puerta se encontraba abierta. Así que pudimos acceder al interior, donde pudimos contemplar un templo muy modesto, con pinturas murales. A pesar de que nos dijeron que las pinturas eran bastante recientes, y por ello no tenían valor artístico, algunas de ellas estaban muy desgastadas.

Pinturas murales muy desgastadas

Pinturas murales