Mirador Ponta da Madrugada en Islas Azores
Salimos de Nordeste en dirección a Povoaçao. La carretera iba bordeando el Océano Atlántico y teníamos unas vistas increíbles de los acantilados. De repente a la izquierda anunciaron un mirador y sin pensarlo dos veces decidimos parar. Estábamos convencidos de que el mirador nos daría unas vistas impresionantes, como así fue.
Dejamos el coche en la zona de aparcamiento habilitada en el mirador y nos adentramos a pie en el camino que nos llevaría hasta el mirador. Había que cruzar una entrada con un arco adornado con vegetación desde el que comenzaba un camino. No sé por qué pero me dio sensación de que al final del camino habría una ermita. Me equivoqué, no había ninguna ermita sino un merendero con varias mesas y bancos de piedra. El merendero estaba cubierto, seguramente para protegerlo de la lluvia tan habitual en Azores. El merendero y en general todo el mirador estaba muy bien cuidado
Atravesamos el merendero y llegamos hasta el extremo desde donde se tenían unas vistas de los acantilados increíbles, con uno de los puntos más orientales de la Isla de Sao Miguel y el océano golpeando y entrando entre dos acantilados.
En los alrededores del mirador se tenían cerca las montañas con vegetación muy frondosa. Dentro del mirador también se tenían árboles, arbustos y algunas de las flores típicas de la Isla de Sao Miguel.
Mirador Ponta da Madrugada en Islas Azores
Entre las flores típicas de la isla encontramos en este mirador estas dos variedades de flores naranjas. Sin lugar a dudas el lugar debe ser ideal para pasar un día fresco de verano disfrutando de las vistas.