Laponia día 1: de Madrid a Helsinki, primera parada del viaje

Por fin ya de vuelta en España tras 2 semanas recorriendo la Laponia finlandesa, nos ponemos manos a la obra para poner en orden fotos y recuerdos. Me encanta esta parte en la que comenzamos a contar nuestras vivencias porque no sólo sirve para dar a conocer al mundo las muchas maravillas de Laponia, sino que también nos sirve para hacernos revivir de nuevo este fantástico viaje y sacarnos más de una tonta sonrisa al recordarlo.

3, 2, 1… ¡comienza nuestro diario de viaje por Laponia!

Itinerario de Madrid a Helsinki

Éste fue el itinerario de nuestro primer día de viaje, hacíamos escala en Helsinki:

• Vuelo a Helsinki: vuelo Norwegian D85416, fecha 30.11.2015, salida 08:00 Madrid (MAD – terminal 1), llegada 13:15 Helsinki (HEL – terminal 2) (12:15 hora de Madrid)
• Tren a Helsinki: tren del aeropuerto de Helsinki a la estación central de Helsinki

Vuelo de Madrid a Helsinki

Siendo el vuelo tan temprano implicaba un gran madrugón, además el día de antes, mejor dicho todo el fin de semana, habíamos estado inquietos, muy nerviosos por el viaje que deseábamos con tantas ganas y también preocupados por no olvidarnos nada de equipaje tanto de ropa como fotográfico, y eso que una semana antes ya habíamos hecho un «ensayo general». Al final el día de antes nos acostamos a la 1 y a las 5 y media ya estábamos en pie, dormidos pero ilusionadísimos, ¡por fin volábamos a Finlandia!

Fuimos en taxi hasta la terminal 1 del aeropuerto Madrid Barajas, este aeropuerto que renombraron hace un año como Adolfo Suárez Madrid-Barajas, aunque nosotros los madrileños continuamos llamándolo Barajas sin más. A las 6:20 ya estábamos en la cola de facturación, ya que aunque el día de antes habíamos sacado la tarjeta de embarque por internet, no la habíamos impreso y además facturábamos la maleta morada con toda la ropa gorda de abrigo para superar el frío lapón. En la mochila llevábamos el equipo fotográfico y en la roja algo más de ropa y los cacharros que no entraban en la mochila. Y aunque parezca mucho equipaje, ¡lo que nos costó seleccionar sólo lo imprescindible!

Nuestras 3 maletas

Una vez liberados de una de las maletas, pasamos el control y nos dedicamos a recorrer las tiendas del aeropuerto. Por cierto, como yo siempre pito en el control de Barajas, ya tenía asumido que me iban a cachear. Pues esta vez cuando me colocaron me quedé como una tonta con los brazos en cruz porque solamente querían pasarme un pequeño papel por mis manos que después colocaron en una máquina y les dio negativo. Y no me hicieron nada más. Ni idea de lo que era ese papel, aunque por los últimos acontecimientos de amenazas terroristas islamistas imaginé que sería para controlar si había tratado con explosivos, qui lo ça?

En las tiendas del aeropuerto no encontramos nada especialmente interesante, y como había muchos bares cerrados, y además tampoco teníamos tanto tiempo para desayunar tranquilos, decidimos aplazar el desayuno hasta estar en el avión. Rápidamente llegaron las 7:20 y comenzábamos a embarcar, ¡qué nervios!

Estuvimos atentos para embarcar de los primeros ya que nos habían avisado de que había problema con el equipaje de mano y el que no entrara se facturaría, gratis eso sí, pero teníamos aparatos y nos los podían estropear. Volábamos con Norwegian y al menos en este vuelo no tenían contratado finger. Siempre cuando tienes que bajar a coger el autobús que te lleva al avión resulta más pesado, pero en esta ocasión Madrid estaba amaneciendo y nos dio la oportunidad de ver esta vista tan magnífica del cielo entre aviones que sólo pude ver unos instantes antes de subir al autobús, menos mal que fueron suficientes para captar esta fotografía con el móvil.

Amanecer en Barajas

Nuestro avión de Norwegian hacia Helsinki

El vuelo despegó con normalidad y lo único reseñable fue que pasaron largo rato echando anticongelante al avión. Esto me dio por pensar que se avecinaba mal tiempo, aunque luego no fue así. Tuvimos un vuelo magnífico y además muy entretenido porque Norwegian es de las pocas aerolíneas (si no única) que ofrece wifi gratuito en su avión. Así que las 4 horas del vuelo las pasé con instagram, twitter y whatsapp, además de disfrutar de algunas magníficas nubes, y así se pasó bastante rápido.

Nubes desde el avión

Además teníamos una gran tarea pendiente: el desayuno. Bocadillo y café por 7,50 euros, algo caro sí, ya lo sabíamos, pero tampoco había muchas más opciones. No estaba malo pero eché en falta que los bocadillos estuviesen algo calientes o al menos templados, ya que recién salidos de la nevera resultaban poco apetecibles.

Menú en el avión

Llegamos a Helsinki con algunos minutos de adelanto y nos recibió un feo cielo grisáceo. ¡Qué diferencia con el cielo que dejábamos en Madrid!

Aterrizando en Helsinki

La recogida de la maleta fue bastante rápida y me llamó la atención que al lado de la pantalla de la cinta de equipaje había un gran anuncio de los hoteles Forenom donde curiosamente dormíamos esta primera noche y yo no estaba muy convencida, ya sabréis por qué.

Recogida de equipaje

Tren del aeropuerto a la estación de tren de Helsinki

Para llegar hasta el centro de Helsinki se puede ir en autobús, tren o taxi. Lo más barato era el tren así que fue el transporte elegido. Para coger el tren había que salir del aeropuerto y caminar nada más y nada menos que casi 1 kilómetro (el último día nos enteramos que había un autobús lanzadera). Salimos del aeropuerto y hacía un frío terrible, caían algunas gotas heladas y el camino hasta el tren nos resultó un auténtico infierno. He de decir que veníamos con la ropa de España ya que pensábamos abrigarnos bien al estar en el hotel si fuese necesario. Calculamos realmente mal.

Qué delicia entrar en la estación de tren tan templada. Y eso que entramos a un edificio de pasillos fríos y sobrios que me recordaron a la arquitectura nazi… Lo sorprendente fue encontrarnos con escaleras y más escaleras mecánicas hasta llegar al andén, y más sorprendente aún que para comprar el billete había que recorrerse todo el andén ya que sin ningún tipo de pudor un letrero anunciaba que la máquina estaba a 100 metros. Incomprensible… Quizás lo hacen para que disfrutes de las pinturas de los laterales del andén.

Estación de tren del aeropuerto

Tarde en Helsinki

Llegamos a Helsinki cerca de las 3 de la tarde y lo primero que hicimos fue ir a comer. Elegimos el McDonald’s de enfrente de la estación principalmente porque sabíamos que tenía internet y estábamos pendientes del hotel. Estos hoteles Forenom parece que no tienen recepción y envían un código al móvil y e-mail sobre las 4 de la tarde. Este tema nos tenía de los nervios, ¿y si no lo enviaban? Solicitamos que enviasen el código antes y nos dijeron que sería previo pago de 16,50 euros. Así que aprovechamos para comer y cuando estábamos terminando ya pasadas las 3 y media por fin nos llegó el código al móvil. Fuimos a pie ya que el hotel estaba a apenas 10 minutos de la estación. Para entrar al hotel y a tu habitación, había que ingresar el dichoso código, ¡menos mal que funcionó! Dejamos las maletas, sacamos la ropa de abrigo incluyendo gorro y guantes y salimos a pasar la tarde en Helsinki.

Ya eran pasadas las 4 de la tarde y había anochecido. Definitivamente era mi sino ver Helsinki siempre de noche. Guardaba mal recuerdo de la semana que estuve trabajando aquí, y quería desquitarme. Esta vez creo que me iba a gustar. El centro estaba muy iluminado con las luces de Navidad. El parque de la Esplanada estaba realmente bonito con sus árboles y renos de luces.

Parque de la Esplanada

Continuamos paseando por el puerto hasta llegar a la catedral ortodoxa Uspenski, la catedral rusa, realmente espectacular. Lástima que estuviera cerrada, me hubiera encantado ver su decoración interior.

Catedral ortodoxa Uspenski

Sí que estaba abierta la otra catedral de Helsinki, la evangélica, la enorme iglesia blanca, y al igual que la otra vez que la había visitado, en su interior había un coro formado por muchos niños que preparaban los conciertos de Adviento. Por cierto la catedral es impresionante, allá en el alto en que se encuentra sobre una gran escalina de 50 escalones.

Catedral evangélica

Coro de niños de la Catedral

Finalizamos este paseo por Helsinki por la zona de la estación de tren donde estuvimos haciendo fotos de los tranvías en movimiento. En los alrededores había un pequeño mercado navideño, y bonitas luces de Navidad cerca del centro comercial Stockmann. En este centro comercial había un escaparate con un espectáculo navideño que me recordaba a nuestro Cortylandia pero en diminuto.

Tranvía y luces de Navidad

Muñecos galerías Stockmann

Y en una de las calles encontramos esta sesión fotográfica con una modelo que iba vestida muy veraniega. Sólo de verla… ¡qué frío! No sé cómo podía aguantar.

Modelo en las calles de Helsinki

Antes de regresar al hotel pasamos por un Subway donde compramos un bocadillo acompañado de un zumo de plátano y mango y sidra finlandesa. Cena muy simple a la par que deliciosa. Nos fuimos a dormir poniendo fin a este primer día, sin dejar de soñar con la llegada al día siguiente a Rovaniemi, ¡ya quedaban menos de 24 horas!

Bocadillo del Subway