Curso de arroces en Madrid: El Gusto es Nuestro

Hay tardes divertidas en las que haciendo algo simple te lo pasas pipa, y eso es lo que nos pasó el jueves pasado en este curso de arroces en Madrid. Hacía varios años que habíamos hablado de hacer algún curso para aprender bien a hacer arroz, sobre todo cada vez que disfrutamos de un buen arroz a banda en Alicante, pero no sabíamos dónde. Hasta que me puse a buscar por internet y encontré varios locales de Madrid en los que se imparten este tipo de cursos. Entre todos ellos me decidí por éste: El Gusto es Nuestro, y reconozco que ha sido todo un acierto. ¿Quieres saber cómo fue?

Curso de arroces en Madrid

Llegada a El Gusto es Nuestro

Estábamos algo ansiosos y media hora antes ya teníamos el coche aparcado en Las Tablas, donde se encuentra El Gusto es Nuestro. Dimos una vuelta antes de entrar al local, y cuando ya quedaban diez minutos entramos. Al final de las escaleras de entrada nos esperaban dos personas, para pasar lista y medirnos la temperatura en la muñeca (nunca me habían medido la temperatura así).

También nos pidieron pasar al baño para lavarnos las manos, nos entregaron un delantal de El Gusto es Nuestro, y nos pasaron a una de las cocinas del local. Una cocina grande y moderna nos esperaba, de ésas que todos querríamos tener en nuestra casa. En la isla, una tabla y cuchillo para cada uno de los participantes, y todos los recipientes e ingredientes situados en el centro de la isla.

Los arroces que íbamos a cocinar en este curso

A las siete de la tarde comenzamos el curso. Éramos nueve alumnos y una chef, Celia. Primero explicamos cada uno por qué estábamos allí. Había 3 amigas que se lo habían regalado a una de ellas por su cumpleaños, y venían muy predispuestas a pasárselo bien. También un matrimonio al que sus hijos le habían regalado el curso a la mujer por el día de la madre, y se preguntaba si era una indirecta porque hacía mal el arroz. Después supimos que no, que los hace ricos, y simplemente querían que su madre lo pasara bien. Y por último dos parejas que estábamos allí porque no conseguimos coger el punto al arroz.

La chef Celia nos explicó en qué consistiría el curso, y los cuatro arroces que cocinaríamos entre todos:

• Arroz verde con emulsión de aguacate
• Paella valenciana
• Arroz negro con alioli
• Risotto de presa ibérica

¡Qué ganas!

Comenzamos a cocinar… de primero, arroz verde

Me generaba mucha curiosidad saber cómo haríamos los arroces, y de qué nos encargaríamos cada uno. Comenzamos pelando media cebolla cada uno, una para el sofrito del arroz verde y las otras tres para el sofrito de los otros tres arroces. También cortamos ajos, espárragos y pimientos de piquillo. Fuimos añadiendo los ingredientes, y los que estaban más cerca del wok ayudaron a dar vueltas a todo el sofrito.

Enseguida en el sofrito del arroz verde la chef agregó el arroz, dio unas pocas vueltas, y añadió el caldo que había preparado previamente. Me llamó mucho la atención que los caldos los preparaban con muchísimos ingredientes, y al horno, algo que veo complicado de hacer en casa.

Utilizamos un reloj de cocina para controlar los minutos exactos que debía estar el arroz. Durante todo ese tiempo ya no se debe remover, algo que nos hemos tatuado porque siempre nos da la sensación de que se va a quemar, y lo tocamos; y precisamente removerlo es uno de los motivos por los que queda mal el arroz.

Con este primer arroz estuvimos todos muy pendiente de los tiempos, y entre comentarios y risas enseguida pasó el tiempo, y quedó listo. Al ponerlo a reposar lo adornamos con las yemas de los espárragos, que sólo en ese tiempo ya quedaron cocinadas. Al descubrirlo nos encontramos con este arroz tan original.

Y más original aún me pareció la forma de servirlo. Utilizamos un aro, la yema del espárrago y una emulsión de aguacate que preparamos entre todos mientras se cocía el arroz. Nos pareció un arroz muy singular, que ninguno de los que estábamos allí habíamos visto ni probado. Y aunque es cierto que no tiene tantísimo sabor como otros arroces, me pareció espectacular, y tengo muchísimas ganas de prepararlo en casa.

Por cierto nos ofrecieron bebida, la que quisieras, y además podías repetir. En mi caso bebí vino blanco verdejo.

Paella valenciana

Éste es un plato que todos conocemos y hemos probado decenas de veces, pero que teníamos la sensación de que ninguno hacíamos como mandan los cánones. La preparamos con conejo, judías verdes, y algo que yo no conocía, garrofón, que parecía una especie de judía blanca.

Entre que la preparamos mientras terminábamos de comer el arroz verde, y que parecía que ya habíamos cogido ritmo, me dio la sensación que la paella quedó lista enseguida.

En esta ocasión la servimos de la forma tradicional en un plato, sin más adornos. He de decir que aunque al escuchar lo del conejo no me llamó mucho la atención, me pareció que la paella estaba deliciosa, e incluso el conejo me gustó. Riquísima, aunque sigue sin ser de mis arroces favoritos precisamente por el tema de los huesos.

Arroz negro con alioli

Éste era a priori el arroz que menos me llamaba la atención, y después se convirtió en mi favorito, y en el de la mayoría. Además fue sencillísimo de hacer, tanto, que cuando me quise dar cuenta ya estaba listo. Y lo más curioso es que la sepia la colocamos en el momento en el que pusimos el arroz a reposar, y sólo con esos diez minutos, ya quedó cocinada. Me pareció impresionante.

Para acompañar el arroz negro, también preparamos una salsa alioli que quedó deliciosa. En el momento de servir, en un lateral una cucharada de alioli, y en el resto del plato el arroz negro. Sorprendente. El mejor arroz de la noche.

Risotto de presa ibérica

Para finalizar la noche, un risotto, que era un arroz que había probado alguna vez, pero que nunca había cocinado, y después de aquella noche me di cuenta de que no tenía ni idea de lo que era un risotto. Al contrario que ocurre con los otros arroces que se preparan en paella, este arroz sí hay que removerlo, y mucho. Estuvimos más de media hora sin parar de remover y remover, turnándose entre varios.

Y cuando ya estaba el risotto casi al punto, añadimos queso parmesano y mantequilla, y más vueltas y vueltas. Ya casi al final, añadimos la presa ibérica en trozos, marcada con aceite de oliva.

Voy a reconocer que el risotto estaba riquísimo, pero también que me costó mucho terminarlo. Quizás porque la cena estaba siendo de poquitas cantidades pero en tiempos muy largos, lo que hace que te llenes antes. Pero también porque ese risotto empalaga un montón, y además sabía bastante a queso, y a mí no me gusta tanto. Pero rico, estaba muy rico.

El final de la noche del curso de arroces en Madrid

Al final de la noche todos sentíamos gran felicidad, por una tarde maravillosa, divertida, y en la que aprendimos mucho del mundo del arroz. Además, nos regalaron los delantales, un detalle que nos hizo a todos muy felices.

Son muchas las cosas que me llevo de este curso de arroces en Madrid, y entre ellas éstas son las que he aprendido y nunca olvidaré:

• El recipiente en el que se hace la paella no se llama paellera, sino paella. La paellera es la persona que cocina la paella.
• Es mucho mejor utilizar cucharas y espátulas de silicona para remover, antes que las típicas cucharas de madera que tenemos todos en casa, porque son muy porosas.
• El verbo nacarar, que es marcar el arroz en un cazo con el sofrito hasta que cambia de color.
• Algo que me llamó muchísimo la atención es que cuando se añade pimentón o alguna otra especia a un sofrito, se debe hacer un hueco en medio del sofrito, añadirlo en ese hueco y darle unas pocas vueltas antes de juntarlo con el resto del sofrito. Esto es algo que siempre he hecho mal, y que empezaré a practicar a partir de ahora.
• La importancia de añadir el caldo hirviendo, y no tocar el arroz mientras está cociendo.
• Que hay que ser muy estricto con los tiempos para que el arroz quede en el punto perfecto.
• Los minutos de reposo son 5, pero si te gusta algo más hecho puedes dejarlo reposando hasta 10 minutos, como hicimos nosotros.

Datos prácticos de nuestro curso de arroces en Madrid

Dónde está El Gusto es Nuestro

Se encuentra en la calle Puente la Reina número 25. Esto es en Las Tablas, en la zona norte de Madrid capital.

Precio del curso de arroces en Madrid

El precio me resultó algo caro, 65 euros por persona. Aunque es cierto que después me lo pasé tan bien, que no dudaría en repetirlo, e incluso estamos pensando en hacer algún otro curso de cocina con ellos, ya que tienen de muchos tipos.