Templo Wong Tai Sin, el más importante de Hong Kong
El primer lugar que conocimos de Hong Kong, sin contar aeropuerto, hotel y metro, fue el templo Wong Tai Sin. Y no fue por casualidad, elegimos este gran templo taoísta moderno por ser el templo budista más importante y popular de Hong Kong.
Algunos datos de Wong Tai Sin
Cómo llegar al templo Wong Tai Sin
Como está algo alejado del centro, la mejor opción para llegar hasta allí es el metro. Desde nuestro hotel en la isla de Hong Kong tardamos unos 50 minutos, y desde el centro turístico de la península Kowloon se tarda apenas media hora. La estación de metro se llama igual que el templo: Wong Tai Sin, de la línea verde. La salida que te deja más cerca es la B2.
Historia del templo
También se conoce por el nombre Sik Sik Yuen. El templo se construyó en 1973 y está dedicado a Wong Tai Sin (en cantonés de Cho Ping Wong), una deidad de la mitología china que tiene el poder de la curación. También se dice que ayuda a ganar apuestas en las carreras de caballos. Acuden a él incluso los que poseen grandes fortunas.
Wong Tai Sin adquirió la inmortalidad en el siglo IV, y dieciseis siglos más tarde los taoístas trajeron un retrato sagrado de este monje y fundaron el templo para honrarlo. Hoy día es uno de los lugares de adoración más populares de Hong Kong, y además acoge distingas religiones: taoismo, budismo y confucionismo. El mayor número de ofrendas y adivinaciones se realizan durante la primera quincena de mayo y la celebración del Año Nuevo Chino.
Visita al complejo de templos Wong Tai Sin
Entrada
Viajamos hasta allí en metro y al salir de la estación Wong Tai Sin nos resultó un poco lioso porque hay muchas salidas. Como nosotros no sabíamos cuál era, tuvimos que elegir una y nos equivocamos, así que nos tocó preguntar a un par de personas. Si sales por la salida B2 no deberías tener problema.
Encontramos un espacio amplio rodeado de rascacielos, y en el centro el complejo donde está instalado el templo. Wong Tai Sin es un conjunto de edificios tradicionales que ocupa casi 18 mil metros cuadrados (0,02 kilómetros cuadrados). El acceso es gratuito y se realiza por esta puerta de tres arcos, tan colorida y llena de caracteres orientales.
Entrada al templo Wong Tai Sin
Dos esculturas de bronce saludaban a todos los visitantes.
Tras la entrada tuvimos que elegir entre dos escalinatas, y tomamos la de la izquierda por parecer más principal.
Al final de la escalinata llegamos a un lugar de muchos colores y exageradamente ornamentado. Además olía muchísimo a incienso. Comencé a sentir la misma atmósfera que había sentido en los templos de Pekín. También había un curioso conjunto de unas ocho esculturas de bronce que representaban deidades chinas. Una de las cosas que me resultó más impresionante fue el contraste con los rascacielos del fondo.
Alrededor de todo este espacio estaban colgados los «Deseos» de los fieles. El lema del templo es “conceder todos los deseos que se pidan”, y existe la creencia de que los deseos que pides se cumplen en el mismo año.
También nos habían contado que seríamos «acosados» por algunos sacerdotes videntes que intentan adivinar el destino mediante los «chim», unas varillas con números. Pero a nosotros nadie nos abordó. Quizás nos libramos por ser última hora. Cuentan que al agitar las varillas alguna cae al suelo, y es en ese momento cuando el vidente se encarga de interpretar el poema asociado al número de la varilla, para leer tu futuro.
Salón principal
Desde aquí ya se veía el pabellón principal. Era espectacular, con tejados cubiertos de azulejos, pilares rojos y relieves de dragones. Me recordaba al templo de los Lamas de Pekín. En general en todo el complejo predominaba el color rojo en las columnas, el dorado o amarillo en los tejados y los verdes y azules en las celosías.
Al subir las escaleras nos encontramos con un buen número de fieles que estaban rezando. Me resultó extraño estar de visita turística mientras los hongkoneses rezaban.
Todo estaba lleno de globos chinos, y en los laterales había imágenes de los dioses, como este Dios de la Fortuna.
En la parte delantera, frente al altar del templo, es donde los fieles pedían sus deseos y quemaban las varitas de incienso. Pasamos rápidamente para no molestar, y fuimos a conocer el resto de salones, que sí estaban prácticamente vacíos.
Otros salones
En el complejo había otros salones más pequeños. El Salón de los Tres Santos es para el trabajo de tres deidades.
El Salón Memorial fue originariamente una sala de meditación, pero en la actualidad rinde homenaje a los sacerdotes taoístas fallecidos.
El Salón Confuciano o Salón del Unicornio es hexagonal y está dedicado a Confucio y sus seguidores. Cuando nació Confucio, un unicornio chino paseó portando una pieza de jade. Desde entonces siempre se relacionó a Confucio con el unicornio chino.
Salón Confuciano o del Unicornio
Jardín de los Buenos Deseos
En la parte trasera del complejo y cerca de este último templo encontramos una puerta abierta que no dudamos en atravesar. Nos dio acceso a un bonito jardín con un estanque, puentes en zigzag y decoración chinesca. Había un entramado de caminos casi laberíntico por el que fuimos encontrando esculturas, pérgolas y árboles propios de la región, hasta llegar al muro de los nueve dragones. Y aunque en este lugar pasamos muchísimo calor, sobre todo por la humedad, estos jardines del templo Wong Tai Sin son un lugar por el que merece la pena pasear tranquilamente.
Muy buena reseña!
Sabes cuanto cuesta la entrada al Templo Wong Tai Sin?
Te agradeceré la información!
Gracias!! La entrada al Templo Wong Tai Sin es gratuita.