Restaurante Monte Athos de Guadamur
El día que visitamos el Castillo de Guadamur ya sabíamos que nuestra visita finalizaría a la hora de comer, y nos planificamos para comer allí. La oferta de restauración de Guadamur no es muy amplia, pero en ella nos llamó la atención el Restaurante Monte Athos del que habíamos leído buenas opiniones. Y allí nos dirigimos.
Restaurante Monte Athos
Dónde está el restaurante Monte Athos de Guadamur
La visita al castillo la finalizamos en el Museo del Tesoro de Guarrazar, y desde aquí nos dirigimos a pie al restaurante, al que llegamos en apenas cinco minutos, ya que se encuentra en pleno centro de Guadamur.
Localización del restaurante Monte Athos
He de decir que cuando vimos su terraza nos dio sensación de aspecto de bar más que de restaurante, y dudamos si habíamos elegido bien para comer. Accedimos al interior, y un chico muy amable nos indicó que para comer mejor podíamos pasar a otro salón. El restaurante tiene su zona de bar con la terraza, y un salón comedor que desde fuera no hubiésemos adivinado.
Además a nuestra llegada estuvimos solos, algo que agradecimos al estar en el año del Covid, y ésta era para nosotros una de las primeras comidas que hacíamos fuera de casa durante la pandemia. Cuando estábamos terminando ya llegó otra pareja y un grupo de unos diez jóvenes turistas alemanes.
Por cierto del restaurante me gustaría destacar la atención del camarero, ya que estuvo pendiente de nosotros en todo momento. Cierto es que había poca gente, sólo algunos en la terraza y bar, y los que llegaron al final, pero aún así, el camarero me pareció especialmente amable y atento.
Nuestra comida en el restaurante Monte Athos
Primeros platos
El restaurante ofrece un menú del día con dos platos, postre, pan y bebida.
De primeros platos, Antonio eligió salmorejo, que venía acompañado de huevo cocido y picos. Y yo dudé entre el salmorejo y el gazpacho de sandía. Al final, después de hablar con el camarero, me decanté por el gazpacho de sandía, porque llevaba algunos años con ganas de probarlo e incluso de hacerlo, pero no lo había hecho aún.
Lo sirvieron con unas bolitas de sandía congeladas. Me gustó bastante el gazpacho. Lo único que cambiaría quizás es el echar algo menos de ajo, porque me sabía demasiado.
Segundos platos
De segundos, Antonio pidió una carrillera de cerdo estofada muy jugosa y sabrosa, y yo un plato que no había comido nunca: jamón fresco al horno con cama de patatas y champiñón negro. Me dio curiosidad porque aunque los ingredientes eran conocidos, nunca los había comido en esa combinación, y no sabía qué me iba a encontrar, y me sorprendió. Tenía una primera capa con una cama de patatas, a continuación el jamón al horno y por encima una especie de crema de champiñón negro. Me resultó muy original y me gustó mucho, así que me pareció una buena elección.
Postres
Yo continué disfrutando de la comida con un buen postre, flan con nata, y Antonio un café.
Y por último nos invitaron a unos chupitos de un licor muy fuerte y de crema de orujo.
En el momento de pagar nos llevamos una sorpresa, para bien, porque empezamos a comer sin saber cuánto costaba, y los 19,80 euros que pagamos por los dos menús nos pareció muy bien de precio.