Restaurante de Lucas de Colmenar Viejo
Hace varios domingos decidimos ir a comer a Colmenar Viejo, un lugar que conozco porque me llevaban mis padres de pequeña. A Colmenar, a Manzanares el Real, a la Pedriza, a Soto del Real, y a otros pueblos de la zona. En el recuerdo tengo buenos costillares y buena carne en general. Y con ese pensamiento fuimos hasta allí aunque luego cambiamos de idea al ver la carta del restaurante de Lucas.
Algunos datos del restaurante
Dónde está el restaurante de Lucas de Colmenar Viejo
El restaurante de Lucas está en la calle Corazón de María número 6 de Colmenar Viejo, una calle en la que puedes encontrar varios restaurantes de diferentes estilos. Y para aparcar, en su página web anuncian aparcamiento gratuito. Nosotros no aparcamos allí porque cuando llegamos a Colmenar Viejo no teníamos claro dónde comer, pero encontramos aparcamiento muy cerquita en el centro comercial mirador.
Localización del restaurante de Lucas de Colmenar Viejo
Nuestra comida en el restaurante de Lucas de Colmenar Viejo
Como estamos en época covid, nada más entrar gel alcohólico para las manos que se manejaba con un pedal en el suelo, primer sitio en el que lo veo, y me ha resultado mucho más práctico y seguro que el bote de gel. Aunque no teníamos reserva, quedaba alguna mesa libre. Comimos en el interior, respetando la distancia de seguridad de las mesas. También tienen terraza para comer con buen tiempo. Cuando nosotros fuimos hacía mucho frío, 2 grados en Colmenar.
Aperitivo
Con la bebida, una cerveza y un tinto de verano, nos trajeron uno de los humus más ricos que he probado nunca. No sé por qué estaba tan delicioso, quizás porque tenía bastante aceite y estaba más jugoso que el que he probado en otros sitios. Además llevaba unas almendras laminadas y pasas. Todo perfecto excepto las pasas, que yo las eliminaría, porque no me gustan nada de nada.
Junto al aperitivo también nos trajeron una bolsa de papel en la que venía impreso un código QR para poder leer la carta del restaurante. Y en el interior había dos barritas de pan y dos paquetes de palitos de pan Grissini torinesi.
Entrantes
El servicio fue rápido y estuvieron muy atentos, enseguida nos trajeron el primer entrante, y en cuanto terminábamos un plato traían el siguiente. Me gustó que esperaran a que terminásemos de comer antes de traer más. En otros sitios te traen todo de una vez, y parece que se disfruta menos.
El primer entrante lo eligió Antonio, un tartar de tomate aliñado con mahonesa de atún y salmón ahumado. Últimamente nos hemos hecho bastante fans de los tartares en casa, pero siempre los hemos combinado con aguacate. No se nos había ocurrido combinarlo con tomate, y es algo que vamos a probar en casa muy pronto. ¡El tartar estaba espectacular!
El segundo entrante lo elegí yo, zamburiñas salteadas, ensalada de wakame, aguacate, cacahuete y mahonesa de kimchi. En cuanto vi en la carta que había zamburiñas, se me hizo la boca agua. Cierto que me había imaginado las zamburiñas con su concha, al estilo de las vieiras, como había comido alguna vez en una marisquería, y me sorprendió bastante cuando apareció.
Venía en un plato con forma de estrella de cinco puntas, la ensalada en el centro y en cada una de las puntas la carne de la zamburiña. Y encima una capita de algo crujiente también con forma de estrella. De verdad, el plato original precioso. Pero no me dio tiempo a fotografiarlo porque de inmediato el camarero empezó a trocear la carne del aguacate y a mezclar todos los ingredientes. Y aunque se perdió parte de su belleza, sigue siendo un plato llamativo, además de riquísimo.
Plato principal
Estuvimos evaluando las carnes, sobre todo el solomillo de ternera, el magret de pato, la presa ibérica y la lasaña de rabo de vaca. Pero finalmente nos decantamos por un plato de pescado: atún rojo sobre puré de patata a la vainilla y teriyaki. Tienen otro plato de atún rojo con tomate, piñones y aceite de albahaca. Preguntamos cuál de los dos estaba más rico, y nos dijeron evidentemente que los dos, pero que el de toda la vida era el que llevaba el puré de patata, y por ese motivo lo elegimos.
Como lo pedimos para compartir, nos sirvieron un lomo de atún rojo a cada uno sobre la cama de puré de patata. Estaba hecho lo justo por dentro, y crujiente por fuera. Muy muy rico. Eso sí, sabía bastante a pescado, así que te tiene que gustar el sabor del atún fresco.
Postre
Aunque al principio pensamos que igual era poca comida, terminamos bastante llenos, así que no pedimos postre ni café. Nos ofrecieron unos chupitos, y tomamos crema.
Precio de la comida en restaurante de Luca
La comida costó 56,10 euros, algo que nos pareció bastante bien de precio ya que habíamos comido cosas muy ricas y caras:
- Tartar de tomate y salmón: 10,90 €
- Zamburiñas salteadas: 15,50 €
- Atún rojo: 20,90 €
- Pan y servicio (2 x 1,50): 3 €
- Tinto de verano: 3 €
- Cerveza: 2 €