Corippo, el pueblo más pequeño de Suiza
Hace algunas semanas te hablaba de un pueblo en el Valle Bavona llamado Foroglio, el pueblo más pintoresco de Ticino. Esta vez te voy a hablar de otro pueblo que está en su vecino valle de Verzasca, con una arquitectura muy similar que lo convierte en otro los pueblos más pintorescos de Ticino. Este pueblo se llama Corippo y tiene una particularidad que la hace especial en toda Suiza, ¿quieres saber qué es?
Corippo
¿Sabes cuál es el pueblo más pequeño de Suiza?
Si alguna vez te has preguntado cuál es el pueblo más pequeño de Suiza, ya lo has encontrado, es Corippo y está en el Canton de Ticino. Para serte sincera, cuando lo visitamos no conocíamos este dato, pero sí es cierto que sentimos que Corippo era uno de esos lugares en los que parece haberse parado el tiempo.
No vimos gente por sus calles y sí es cierto que paseando por ellas nos preguntábamos quién podría vivir allí, en este lugar tan maravilloso y alejado del mundanal ruido, pero tan poco accesible. No me imaginaba viviendo en esta aldea y teniendo que ir todos los días a Lugano, Locarno o Bellinzona a trabajar. Después supimos que Corippo sólo tiene 12 habitantes, de los cuales 11 tienen más de 65 años, así que harían vida prácticamente en el pueblo.
Corippo es un lugar perfecto para estar alejado de todo y desconectar, pero de verdad verdad. Soñamos con volver y estar una semana en alguna casa rural en completa desconexión, pero parece que si volvemos allí ya nos encontraremos con algunas personas más, puesto que se va a convertir en hotel. La Fundación Corippo es la encargada de preservar su patrimonio y lucha para vencer la despoblación del lugar, y con ese fin tiene un proyecto para convertir la aldea en un complejo turístico ecológico y sostenible. Para ello ya se están rehabilitando parte de sus viviendas, que están gran parte de ellas abandonadas y semiderruidas. El hotel planea abrir sus puertas en 2020. Las calles de Corippo serán los pasillos del hotel, la plaza el vestíbulo y las casas las habitaciones.
Llegada a Corippo
Llegamos a Corippo después de parar en la presa del Lago Vogorno. Supimos que estábamos cerca de Corippo cuando vimos esta imagen. Y aunque he estado pensando si subir o no la foto porque tiene mala calidad, ya que la tiramos con premura y en movimiento desde el coche, creo que ayuda a hacerse a la idea de dónde está Corippo.
En mitad de este paraje montañoso, a 563 m de altitud y como colgado de su ladera aparecían las casas de Corippo. La visión era impresionante, incluso a pesar de la neblina que nos impedía ver todo el paisaje.
Dónde aparcar en Corippo
No teníamos claro si podríamos llegar hasta Corippo en coche o deberíamos hacer parte de la subida a pie, ya que lo veíamos muy inaccesible. Hasta que a poco más de un kilómetro después de la Iglesia de San Bartolomeo apareció el desvío hacia Corippo.
Cruzamos un pequeño puente sobre el río Verzasca y empezamos a ascender por un carretera estrecha aproximadamente otro kilómetro más hasta llegar a la plaza del pueblo, que ya sí era el último lugar al que podíamos llegar con el coche. Nos quedamos algo pillados ya que la plaza era pequeñita y no se podía aparcar, así que tuvimos que girar y descender algunos metros hasta estas plazas de aparcamiento que estaban a la entrada. No te voy a engañar, en este aparcamiento entran muy pocos coches, no más de diez, y nosotros encontramos uno libre con suerte y eso que era noviembre. No me quiero imaginar dónde aparcarán los coches en verano, cuando tengan más turistas.
Nuestra visita a Corippo en el valle de Verzasca
En nuestro paseo, lo primero que nos llamó la atención de Corippo fueron sus preciosas vistas. Tenía una panorámica fabulosa del valle Verzasca, con la Iglesia de San Bartolomeo en primer término. La vista llegaba hasta el Lago Vogorno, unas vistas seguramente muy superables en días menos nubosos.
Desde el aparcamiento caminamos escasos metros para llegar a la plaza, que estaba justo detrás del edificio que se veía desde el aparcamiento. Este edificio era precisamente la Iglesia de la Virgen del Carmelo, la iglesia de Corippo.
En esta misma placita y junto a la torre de la iglesia estaba la «Sala comunale», que es la sala municipal, lo que viene a ser el ayuntamiento de este pueblo.
Nos gustó que la iglesia estuviese abierta. Nos encontramos un interior y altar modesto, y una maqueta moderna de la iglesia.
En la plaza también nos encontramos con esta fuente histórica de 1849 que imaginamos sería de agua potable aunque no lo indicaba.
Las casas tradicionales de Corippo
Lo más llamativo de Corippo son sus casas tradicionales de piedra cubiertas de pizarra negra. Entre ellas me llamó mucho la atención esta casa cuyo tejado estaba pegado al asfalto de la plaza central de Corippo. Me resultó cuanto menos inusual.
Y a partir de aquí comenzamos a divagar sin rumbo, por un camino estrecho y empedrado que partía de la plaza. Encontramos rincones tan encantadores como éste. ¿A que podríamos perfectamente estar en otra época?
Disfrutamos mucho paseando por estos caminos y descubriendo sus rincones que parecían casi secretos.
Y también nos encontramos con otra fuente y la parte trasera de la torre de la iglesia.
El río Verzasca
Pasamos unos veinte minutos entre las calles de Corippo y al abandonar la aldea ya con el coche, paramos en el puente sobre el río Verzasca. Nos encontramos con esta vista tan bonita de su garganta.
El río es estrechito, del estilo de los ríos de montaña, y lo más llamativo es el color de sus aguas. Como te había contado el día que te hablé de Lavertezzo, el río Verzasca tiene unas aguas de un color verde verdísimo como no había visto nunca. Y con la vista de estas aguas del que está considerado el río más limpio del mundo abandonamos Corippo para seguir disfrutando de nuestra ruta por el Valle Verzasca.
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