Ruta del viaje a Malta de una semana
Malta era uno de esos países que tenía pendiente desde hacía años, aunque no fue hasta el año pasado cuando lo elegimos como destino en nuestra búsqueda de sosiego. Conseguimos encontrarlo, aunque no fue lo único. También nos deleitamos paseando por sus calles históricas, viviendo amaneceres y atardeceres de ensueño, contemplando las siluetas de las ciudades frente al mar y muchos otros lugares que quedarán para siempre en nuestra retina. Hoy te invitamos a nuestra ruta del viaje a Malta de una semana.
La Valeta durante nuestra ruta del viaje a Malta de una semana
Ruta del viaje a Malta de una semana
Día 1: viaje de Madrid a Malta
Nuestro viaje a Malta comenzaba un sábado por la tarde con un vuelo de Iberia. Llegamos puntualmente al aeropuerto de Malta, a las 10 de la noche, cuando ya había anochecido, así que sólo tuvimos tiempo de coger un taxi que nos llevase al hotel.
El tema del taxi en el aeropuerto de Malta está bastante organizado, y aunque nos tocó esperar una cola de casi media hora, nos gustó que los precios estuviesen fijados porque así se evitan las vueltas innecesarias que dan algunos taxistas para cobrar más precio del debido a los turistas. Antes de subir al taxi lo dejas pagado y te dan un recibo con tu número de taxi. Para esta primera noche habíamos reservado uno de los hoteles que encontramos más cercanos al aeropuerto, en Birzebbuga, y sólo pagamos 15 euros de taxi.
Ya había contado antes todas las cosas que nunca olvidaré de Malta, y entre ellas se encuentran esta primera noche, por ser nuestros primeros minutos en este país y por haber comido la cena más rica de todo el viaje a Malta, a pesar de que a priori el lugar no parecía nada prometedor. Aquí se cumplió aquello de que las apariencias engañan.
Día 2: templos de Hagar Qim y Mnajdra y ciudad de Mdina
Viajamos en autobús desde Birzebbuga hasta el aeropuerto internacional de Malta, donde cogimos un coche de alquiler. Nuestro primer destino en Malta fueron los templos de Hagar Qim y Mnajdra, unas auténticas joyas megalíticas construidas entre el 3600 y 3000 a. C. De uno al otro puedes llegar a pie ya que están separados por apenas 500 metros. Si no quieres caminar, por un euro puedes realizar el trayecto en un coche como los de los campos de golf.
Desde el acantilado del templo de Mnajdra tienes unas vistas magníficas del Mediterráneo, y es el mejor lugar que conocimos para ver el pequeño islote de Filfla.
Islote de Filfla desde templo de Mnajdra
Tras la visita a los templos nos dirigimos a conocer la ciudad fortificada de Mdina. Ya desde el coche nos pareció espectacular, pero después de atravesar la muralla y pasear entre sus callejones estrechos y anaranjados, nos sentimos transportados a esa época árabe en la que Mdina era la capital de Malta.
Aprovechamos para comer con vistas a la ciudadela de Mdina. En aquel momento no éramos conscientes de que estábamos ante la que al final del viaje bautizamos como la ciudad más bonita de Malta.
Al lado de Mdina está la ciudad de Rabat, pero decidimos dejar esta visita para otro día y regresamos a Birzebbuga. La segunda y tercera noche repetíamos en esta ciudad, pero en otro hotel con vistas en primera línea de mar. Estábamos exactamente enfrente del puerto y de la playa Pretty Bay, una playa de arena catalogada como una de las mejores del país. Aunque nos resultó bastante pequeña y tiene mucho que aprender de las playas españolas, hacía tanta calor que agradecimos el baño. El agua estaba templada y limpia, y la playa era completamente de arena, tanto dentro como fuera del agua. Allí estuvimos hasta que comenzó a atardecer.
Día 3: Marsascala y Tres Ciudades
Este día lo dedicamos a conocer el sureste de la isla de Malta. Pusimos rumbo a Marsascala donde hicimos varias paradas. La primera, en la bahía de San Tomás, una amplia bahía que transmitía una calma enorme, y que estaba repleta de barquitas coloridas y acantilados al fondo. De este lugar nos sorprendieron sus apartamentos chalet de lujo que nada tenían que ver con las viviendas que conocimos en el resto de la isla.
La segunda parada fue en el Fuerte San Tomás, la torre de defensa más grande de Malta, y en unas antiguas salinas junto al mar.
Y llegamos al corazón de este antiguo pueblo de pescadores de Marsascala, un pueblo muy bonito construido alrededor de este brazo de mar, formando una bahía muy pintoresca.
Desde Marsascala continuamos hacia el norte en dirección a las Tres Ciudades y nos desviamos en este lugar que no teníamos previsto, pero al ver la puerta de entrada en nuestro camino, no pudimos evitar atravesarla. Nos encontramos con un pequeño pueblo pesquero llamado Kalkara.
Tras un corto paseo retomamos nuestro camino inicial hacia Cospicua, donde aparcamos y salimos a recorrer a pie las Tres Ciudades: Cospicua es la primera, y a partir de ella salen las dos penínsulas fortificadas de Senglea y Vittoriosa. Las Tres Ciudades son muy monumentales, y desde las penínsulas se tienen unas vistas magníficas de la una desde la otra, y también de La Valeta.
Abandonamos las Tres Ciudades por la puerta de Notre Dame, y pusimos rumbo de vuelta a Birzebbuga. Antes de finalizar la tarde de nuevo en la playa Pretty Bay, visitamos la Cueva de Ghar Dalam o Cueva de la Oscuridad. Tiene una sala inicial con exposición de restos arqueológicos y ya dentro de la cueva se puede ver arte rupestre, estalagmitas y estalactitas, y conocer los animales que aquí se hallaron.
Día 4: Marsaxlokk, Rabat e isla de Gozo
El cuarto día del viaje fue un día importante porque cambiamos de isla maltesa. Para ello tuvimos que atravesar toda la isla de Malta hasta el puerto de Cirkewwa, de donde parten los ferries. Como el puerto está en el norte de la isla, hicimos algunas visitas. La primera en Marsaxlokk, uno de los pueblos pesqueros más pintorescos de Malta y vecino de Birzebbuga. Junto al puerto hay un mercado muy animado con puestos de pescado y otros artículos, aunque la estrella son los «lizzy», los típicos barcos malteses de pesca pintados en azul, amarillo y rojo que dejan en la retina una estampa inolvidable.
Continuamos hacia el norte y durante el viaje vimos una torre en un alto que nos llamó poderosamente la atención. Decidimos buscarlo y terminamos en uno de los cementerios principales de Malta, el de Santa María de los Dolores o Santa Maria Addolorata, de verdad muy recomendable. También conocimos la Iglesia de San Sebastián en Qormi.
Y llegamos a Rabat, también construida por los árabes, y aunque no es tan bonita como Mdina, es muy monumental. Una de las visitas obligatorias en Rabat son las catacumbas de San Pablo y Santa Águeda, un laberinto subterráneo entre antiguos lugares de enterramiento, y sin duda es una visita espeluznante que no deja impasible a nadie.
Desde Rabat ya fuimos directos a la terminal de ferries en Cirkewwa para navegar hasta Gozo. Tras un tiempo de espera prudencial subimos al ferry con el coche, y la navegación fue espectacularmente bonita, especialmente la llegada al puerto de Mgarr.
Al bajar del ferry fuimos directo a nuestro hotel rural, y de aquí al lugar donde se encontraba el Azure Window o Ventana Azul. Aunque ya no se puede contemplar el famoso arco, sí se puede disfrutar de los acantilados, y ver el mar golpeando contra ellos es verdaderamente impresionante. También es uno de los mejores lugares de la isla de Gozo para ver atardecer. Tras el crepúsculo cenamos una magnífica parrilada de marisco en el restaurante Azure Window que se encuentra a pocos metros de aquí, un restaurante muy recomendable en la isla de Gozo.
Atardecer junto al antiguo Azure Window
Día 5: isla de Gozo
Nuestra primera mañana en Gozo la dedicamos a visitar el santuario de Ta Pinu en Gozo, que me pareció la iglesia más bonita de toda Malta, y a subir hasta el faro de Giordano, que nos dejó unas vistas magníficas de la isla.
Continuamos hasta otra de las ciudades más bonitas de Gozo y de todo el archipiélago de Malta: Victoria. Victoria es la capital y centro comercial de Gozo. Es una ciudad monumental, y su mayor atractivo turístico es la Ciudadela, un recinto amurallado de gran extensión, y desde el que se obtienen unas vistas magníficas de la isla de Gozo.
Por la tarde visitamos el molino de viento Ta’ Kola e intentamos entrar en la que se cree que es la cueva de la que habla Homero en la Odisea, la cueva de Calipso. Encontramos la cueva cerrada, pero el lugar nos regaló estas vistas magníficas de la playa de arena roja Ramla Bay, de la que dicen es una de las mejores playas de Malta.
Día 6: isla de Gozo
Nuestras últimas horas en Gozo las dedicamos a conocer otros paisajes marinos. El primero, esta pequeña aldea pesquera alrededor de la bahía de ix-Xlendi, famosa por sus formaciones coralinas, acantilados, práctica de natación y buceo.
Seguimos hasta los acantilados más altos de Gozo, Ta’ Cenc, algo más salvajes y con un hotel de lujo, el Hotel Ta’ Cenc & Spa, que me resultó sorprendente al colocar sus tumbonas entre la pendiente del suelo rocoso. Desde luego las vistas del acantilado y del mar desde aquí eran impresionantes.
Tumbonas del Hotel Ta’ Cenc & Spa
Antes de abandonar Gozo buscamos el punto más cercano de Gozo con Comino, y llegamos hasta una pequeña playa de arena y piedras en el agua llamada playa Ħondoq ir-Rummien. No íbamos a conocer la isla de Comino en este viaje, pero al menos pudimos distinguir desde la distancia el hipnótico color de las aguas de la Laguna Azul.
Laguna Azul de la Isla de Comino
Abandonamos Gozo con bastante pena, dejando atrás el puerto de Mgarr, y al llegar a la isla de Malta nos dirigimos al que llaman Pueblo de Popeye, que es un parque de atracciones dedicado a Popeye el marino. No entramos a las atracciones, pero sí contemplamos sus casas que parecen de cuento y las aguas cristalinas de la playa Anchor Bay.
Pueblo de Popeye y playa Anchor Bay
Tras esta visita ya nos dirigimos a nuestro hotel de Sliema, una zona mucho más turística y concurrida que Birzebbuga, y con gran oferta en restauración. Pedimos consejo para las playas de la zona, y nos recomendaron tres de las que dicen son las mejores playas de Malta: Golden Bay, Ghajn Tuffieha Bay y Gnejna Bay.
En las dos primeras nos costó muchísimo aparcar porque estaban masificadas y era un auténtica locura. Dimos un paseo por la playa, comprobando que en el agua había rocas, y decidimos probar mejor suerte con la tercera de las playas. En Gnejna Bay se estaba mucho más tranquilo y con espacio, aunque también tenía rocas el agua. Nos pusimos los escarpines y nos pegamos un baño que no disfrutamos mucho porque las rocas lo hacían muy complicado. Aquí fue donde decidí definitivamente que las playas de Malta no eran para mí.
Día 7: La Valeta
El séptimo día del viaje lo dedicamos por completo a conocer la capital de Malta. Hay muchas cosas que visitar en La Valeta: fortificaciones, catedral y otras iglesias, museos, palacios, jardines. Pero sin duda lo que más gocé de nuestra visita a La Valeta fue perdernos por sus calles sin rumbo fijo, desde las calles más anchas y comerciales hasta las más estrechas y solitarias. No quisimos visitarla antes porque pensábamos que nos iba a decepcionar, y al conocerla me resultó espectacular. Sin duda La Valeta es de lo más bonito de Malta.
Día 8: viaje de Malta a Madrid
Nuestro último día en Malta lo dedicamos a conocer algunos lugares que nos habían quedado en el tintero en días anteriores, y también a repetir alguna de nuestras visitas favoritas. Comenzamos con la visita a la iglesia Rotunda de Mosta, con una cúpula enorme de 37 metros de diámetro que la convierte en una de las cúpulas más anchas de Europa y el mundo.
Al mediodía volvimos a pasear y disfrutar de Mdina, y conocimos los acantilados de Dingli de 250 metros de altura. Continuamos hasta Zurrieq y su molino de campo tradicional, y el resto del tiempo que nos quedó antes de partir al aeropuerto lo dedicamos a contemplar de nuevo la playa Pretty Bay, esta vez desde la terraza de uno de sus bares. En este tiempo hicimos un repaso a todo lo que habíamos conocido en Malta, un país con muchas luces y sombras, y al que no sabemos si regresaremos alguna vez.
¡Hola! ¡Qué atractivo resumen de una ruta por Malta y Gozo! Estuve el año pasado y me encantó, aunque me gustaría reservar más tiempo en Gozo en una próxima ocasión. Me gustó mucho el paisaje agreste y las huellas del pasado en los templos neolíticos o las salinas romanas. ¡Gracias por compartirlo!
Hola Concha, ¡muchas gracias por tu comentario! A mí también me habría gustado estar más tiempo en Gozo, es de lo que más me gustó de la isla. Gracias!
Pingback: Yacimientos arqueológicos más importantes de Malta - Los viajes de Wircky
Me voy a guardar este post de una semana en Malta como oro en paño porque era nuestro viaje de Semana Santa que no hicimos… así que espero retomarlo en algún momento no muy lejano.
Ojalá puedas hacer el viaje a Malta pronto, una semana está bastante bien. Un saludo!
Que ganas tengo de conocer Malta, me parece una isla muy bonita y con unas playas preciosas. Me guardo este post para un futuro
Malta tiene algunas playas bonitas de ver, pero para bañarse prefiero las españolas con gran diferencia. Un saludo!
Estupendo post, me encanta esta ruta. Malta está en mi lista de viajes pendientes, estuve a punto de ir hace unos cuatro años pero hubo un problema con una linea aerea y al final cambié de destino. Me lo apunto todito.
Ya me contarás el día que por fin viajes a Malta.