Ruta por Laponia día 12: moto de nieve en Inari, Levi, iglú de hielo en Kittilä
Nuestro tercer y último amanecer en Inari nos dejaba el día más frío hasta ahora de todo nuestro viaje por Laponia, con temperaturas de -11 grados, y una sensación térmica aún menor. El día de antes habíamos viajado hacia el norte de la Laponia finlandesa y Noruega, y para el día de hoy teníamos planificado una excursión en motos de nieve en Inari, y después partir hacia el sur.
Excursión en motos de nieve en Inari
Hay una palabra que resume cómo fue nuestra excursión en motos de nieve por Inari, ¡espectacular! Al principio nos resultó demasiado tranquila y pensábamos que iba a estar peor que la otra excursión que realizamos en Rovaniemi, pero después fue in crescendo y se volvió increíble. El paseo fue por un bosque en los alrededores del lago Inari, montaña arriba con la moto de nieve. Lo mejor de todo es que fuimos solos con el guía, lo que favoreció que disfrutáramos aún más, porque lo teníamos sólo para nosotros.
Uno de los momentos estrella del recorrido fue cuando pisamos con la moto de nieve sobre un lago helado. También cuando nos cruzamos con un grupo de renos que iban buscando comida, y paramos algunos minutos para observarlos. ¡Era tan bonito verlos tan libres en la naturaleza!
A mitad de recorrido también hicimos una corta parada para charlar un rato mientras el guía nos ofrecía un zumo de bayas calientes. No sé en qué estaba yo pensando porque no lo acepté, y al final de la excursión me arrepentí porque terminé congelada, y me habría venido genial para entrar en calor. Por cierto que en esa parada el guía también nos enseñó a hacer el ángel en la nieve. Fue realmente divertido, porque yo nunca lo había hecho. Años más tarde lo repetí en Madrid cuando cayó la tormenta Filomena, ¡quién me lo iba a decir!
Último paseo por Inari
Después de la excursión en motos de nieve, nos quedamos con ganas de más, y decidimos pisar el lago Inari, que estaba congelado. Nos atrevimos nosotros solos porque el guía nos había explicado antes cómo hacerlo, y dónde pisar, ya que el lago de Inari aún no estaba completamente congelado, y había que tener muchísima precaución. ¡La sensación era alucinante!
Después fuimos a visitar la iglesia sami de Inari, y nos preparamos para el largo viaje que nos esperaba hasta Kittilä, repostando y comprando comida en un supermercado, ya que imaginábamos que no encontraríamos mucho lugar donde hacerlo en el camino.
Viaje de Inari a Levi
Teníamos previsto hacer del tirón el viaje de tres horas de Inari a Levi, pero cuando ya estuvimos en carretera fuimos parando cada tanto porque íbamos tan embobados con el paisaje, que no nos resistimos a parar en cualquier lado, a un lado de la carretera, para hacer fotos. Es lo bueno que tiene Laponia, que las carreteras tienen poco tráfico, se conduce a poca velocidad, y da para permitirte estas cosas.
Los bosques estaban completamente nevados y algunos árboles formaban unas figuras preciosas, especialmente los llorones. ¡Alucinante! Algo que nunca habíamos visto, y de verdad, que no podíamos dejar de mirarlo y parar a fotografiarlo una y otra vez.
Levi
El viaje hasta Levi fue muy agradable, pero largo, y cuando anocheció ya empezó a hacerse pesado. No os imagináis cómo agradecimos ver en la distancia una gran pista de esquí, porque significaba que ya estábamos cerca. No tuvimos más que seguir el camino hacia aquella imagen que relucía en el paisaje, tan blanca y con luces en medio de la oscuridad, y en cuestión de minutos nos presentamos en ella.
Nos encontramos con una ciudad dedicada por completo a la nieve, con casetas navideñas y mucha tienda de souvenir. Su mayor símbolo es la pista de esquí, que junto al mercado de Navidad forma una estampa muy bonita. Aunque en general puedes hacer todo tipo de actividades de nieve en Levi.
Tiene un teleférico de nombre «Góndola» para llegar hasta la parte alta de la pista de esquí y al Museo Samiland. Aunque nosotros no subimos, sí me pareció curioso y me quedé con algo de ganas, pero me apetecía ya llegar hasta nuestro «hotel», porque iba a ser un lugar muy especial, y tenía ganas de disfrutarlo bien.
Iglú de hielo en Kittilä
Levi se encuentra en el municipio de Kittilä, donde íbamos a pasar la noche, y que nos iba a permitir cumplir uno de nuestros grandes sueños: dormir en un iglú de hielo en Laponia. Te recomiendo que te leas mi artículo para conocer todos los detalles, porque de verdad merece la pena. Y por supuesto te lo tengo que decir. Si vas a Laponia, no dudes en dormir en un iglú de hielo, es una vivencia única llena de experiencias inolvidables, y agradecerás haberlo vivido. ¡Para mí fue fascinante!
Así de bonito fue el iglú de hielo en el que pasamos la noche.
Restaurante de hielo en Kittilä
Antes de irnos a dormir a nuestro iglú de hielo del Snow village, también nos ofrecieron la oportunidad de cenar en su restaurante de hielo, y por supuesto es otra experiencia que no nos quisimos perder. Fue algo que tampoco habíamos vivido nunca, cenando con mucho frío y con guantes, sentados sobre unas pieles porque todo era de hielo. La comida nos gustó, aunque no era la más importante. Lo mejor es que nos reímos muchísimo.
Después de la cena ya nos fuimos a dormir contentos, felices, exultantes. ¡Vaya día tan maravilloso que habíamos vivido!