El Castell de Guadalest, recorriendo los pueblos más bonitos de Alicante
Tenía muchísimas ganas de realizar una ruta en coche por la provincia de Alicante, y además por lo especial que ya sabéis que es Alicante para mí, quería ir con mi coche y conduciendo yo. Dejamos el invierno de Madrid por el casi verano que encontramos en Alicante, y no sólo agradecimos el calor, sino también el poder disfrutar de unos días de calma y relajación en mi provincia más querida; con permiso de mi Madrid claro.
Visitamos pueblos marineros y pueblos de interior. ¿Por qué elegí como primera visita Guadalest? Para serte sincera, no lo sé. Quizás porque en los últimos años había visto decenas de veces su famosa imagen del peñasco, y no recordaba si de pequeña la había visitado o no. Siendo no sólo uno de los pueblos más bonitos de Alicante sino también uno de los pueblos más bonitos de España, sentí que era un buen inicio para una ruta por Alicante.
Nuestro día en Guadalest
Cómo llegar a Guadalest en coche desde Alicante
Para viajar a Guadalest desde Alicante, primero debes llegar hasta Benidorm. Para viajar de Alicante a Benidorm, antiguamente cogíamos la nacional N-332, pero como justo en este año 2020 ha comenzado a ser gratuita la autovía AP-7, hemos ido por ésta ya que se llega mucho más rápido y seguro.
Desde la AP-7 a la altura de Benidorm ya se coge la CV-70 que pasa por La Nucía, un pueblo que nos resultó enorme y en el que además nos sorprendió encontrar los dos lados de la carretera llenos de puestos tipo rastro. Después nos enteramos que el rastro de la Nucía es uno de los más importantes de la provincia y se celebra cada domingo. A lo largo de esta carretera también nos encontramos con el desvío a la localidad de Polop con su fuente de los 221 chorros, y a las fuentes del Algar, el mayor entorno paradisíaco del interior de Alicante.
El último tramo de la carretera se me hizo un poco pesado porque era un pequeño puerto, y a mí, que aún me considero una conductora novata, me ponen muy nerviosa. No te puedes imaginar la alegría que sentí cuando vi la señal que anunciaba que estábamos en Guadalest.
Ya dentro de Guadalest es poco camino el que puedes recorrer en coche, ya que es un pueblo pequeño en el que gran parte sólo se puede recorrer a pie. Íbamos pensando dónde podríamos dejar el coche y enseguida encontramos varias indicaciones de parking. Como parecía que los de arriba estaban llenos, terminamos en un aparcamiento municipal que bajaba por una empinada cuesta y que costaba 2 euros.
Nuestro paseo por Guadalest
No fue nada difícil encontrar la oficina de turismo de Guadalest ya que desde la salida del aparcamiento la anunciaban. Nos entregaron un mapa y una pequeña guía de Guadalest donde se explicaba que el pueblo se dividía en dos partes: el arrabal, que es donde se encontraban las edificaciones modernas de la parte baja, las tiendas, la oficina de turismo, y la mayoría de museos y restaurantes; y por otro lado el centro histórico en la parte alta, alrededor del castillo de San José, sobre una peña a 587 metros de altitud. Ésta sin lugar a dudas es la zona más llamativa de Guadalest.
Enseguida pusimos rumbo hacia la zona más alta del pueblo, realizando una corta parada en un pequeño parque en el que ya florecían unos almendros en flor. Me sorprendió porque iban con mucho adelanto. En Madrid por ejemplo aún quedaba un mes para ver los almendros en flor del Parque Quinta de los Molinos.
La subida hacia el castillo de Guadalest la iniciamos por la calle de la Virgen, una calle estrecha de fachadas blancas, macetas con flores, tiendas y restaurantes. La calle desembocó en un parque infantil que nos regaló una vista increíble de la peña en la que sobresalía el campanario y una de las torres del castillo. Sin lugar a dudas la vista más impresionante de Guadalest.
Bordeando el parque y el jardín de palmeras, el camino nos llevó hasta una escalinata y al túnel de San José. La entrada al túnel está en la fachada blanca, bajo el risco.
Tras cruzar el pasaje subterráneo, llegamos al casco antiguo, con la Casa Orduña, una casa nobiliaria hoy convertida en museo que da acceso al Castillo de San José. A continuación la Iglesa de nuestra Señora de la Asunción, que justo la encontramos abierta y aprovechamos para entrar.
A pocos metros de la iglesia llegamos a la Plaza de San Gregorio, la pequeña plaza principal de Guadalest, con el edificio del ayuntamiento bajo el que se encuentran las mazmorras del siglo XII.
Tras el ayuntamiento encontramos un mirador al valle, con el pantano de Guadalest, el lugar en el que encontramos mayor número de turistas, que no paraban de hacerse selfies y fotografiar el valle de Guadalest.
Tras disfrutar de las vistas del valle, emprendimos el camino de descenso hacia el coche para continuar nuestra ruta por Alicante, y ya en la parte baja nos encontramos con este antiguo lavadero.
Pingback: Resumen del año No viajero 2020 - Los viajes de Wircky
Pingback: Benidorm, visita de invierno a la ciudad que nunca duerme - Los viajes de Wircky