Visita a los baños árabes de Elche
Mira que he ido veces a Elche con mis padres durante las vacaciones de verano, desde que era pequeña. En el recuerdo tengo la la estatua de Fofó en el Palmeral, los jardines del Huerto del Cura, y las zapaterías donde siempre comprábamos algo. Pero no fue hasta 2020 cuando me enteré de que en el mismo centro de Elche puedes encontrar unos baños árabes, y que además están en el sótano de un convento.
Algunos datos de estos baños árabes
Dónde están los baños árabes de Elche
Los baños árabes están en pleno centro de Elche, en el Paseo de les Eres de Santa Llúcia, 14. También puedes localizarlo buscando el Convento de Santa Lucía, ya que están en su interior.
Localización de los baños árabes de Elche
Horario de los baños árabes de Elche
El horario de visita es de martes a sábado, de 10:00 a 14:00 y de 15:00 a 18:00.
Los domingos y festivos, sólo abren de 10:00 a 14:00 horas.
Precio de los baños árabes de Elche
El precio de la entrada a los baños árabes es 1 euro, entrada general. Los domingos la entrada es gratuita.
Nuestra visita a los baños árabes de Elche
Un poquito de historia de estos baños árabes
Estos baños árabes fueron construidos en el siglo XII, hacia el año 1150, y además no fueron los únicos baños árabes de la medina islámica de Elche, aunque sí son los únicos que se han conservado hasta la actualidad. Fueron rehabilitados el siglo pasado, y abiertos al público en 1998. Y esto es parte de los motivos por los que yo no había sabido de ellos, ya que durante mis primeros veinte años de vida, es como si estos baños no hubiesen existido.
El siglo XII era una época en la que la existencia de baños era símbolo de bienestar económico y prosperidad de una ciudad. Y además eran un elemento clave en todo el mundo musulmán, ya que facilitaban la limpieza del cuerpo antes de la oración, tal y como obligan los preceptos del Corán.
Plano de los baños árabes de Elche
A la entrada tienes un plano de los baños que indica el itinerario de la visita, y han situado una plataforma para acercarte a ellos sin dañarlos. También hay varios paneles informativos que cuentan la historia y uso de los baños, algo que te acercará a entender esta parte de la vida en el siglo XII.
Los baños árabes tenían una distribución sencilla. En los extremos había bancos para sentarse y pilas de agua para refrescarse. Se utilizaban toallas y zuecos de madera. Y no se permitía, algo imaginable en aquel mundo, que hombres y mujeres acudieran juntos a los baños, de forma que se establecían turnos.
Aunque el espacio que ocupan los baños no es especialmente grande, está formado por tres naves con bóvedas de cañón, cada una correspondiente a una sala: caliente, templada, fría. Las tres salas están comunicadas entre sí con arcos rebajados, y disponen de iluminación natural mediante claraboyas. Nada más entrar, ves perfectamente las tres zonas diferenciadas.
Sala caliente
A la izquierda se encuentra la sala caliente, que era la más popular entre los árabes que acudían aquí a bañarse. El sistema para tener estos baños calientes es muy simple, y a la vez ingenioso. La sala fue construida de losas de piedra, y se sostenía por ocho pilares entre los que circulaba el aire caliente. Este aire llegaba a través de un túnel subterráneo que transportaba el aire caliente del horno de la sala contigua, hasta la sala caliente de los baños. Este sistema de expulsión del aire caliente alcanzaba altas temperaturas, y este vapor de agua originaba lo que hoy conocemos como sauna.
En la bóveda de esta sala se ven perfectamente las claraboyas, también llamados lucernarios, utilizados para la iluminación y ventilación de los baños.
Sala templada
En el medio la sala templada, también con las claraboyas.
Sala fría
Y por último lugar, y a derecha, encontramos la sala fría. En su bóveda se dejan ver restos de la decoración de la iglesia. Fue curioso pasar por cada una de las tres salas, ya que se iba sintiendo la diferencia de temperatura, y sobre todo al llegar a esta sala fría, se notaba que era bastante más fresca, y se sentía correr algo de aire frío.
Convento de la Merced
Ya mencionamos al principio del artículo que los baños árabes de Elche se encuentran en el sótano de un convento. ¿Y cómo terminaron aquí? Es muy fácil de entender. Tras la reconquista cristiana que supuso la expulsión de los árabes, la ciudad pasó a la Corona de Castilla en el año 1250. En el 1265 los musulmanes de Elche fueron expulsados tras una rebelión, y posteriormente en 1305 fue cedida al Reino de Valencia.
A partir de 1270 la ciudad de Elche inició su cambio de fisonomía islámica a castellana, bajo la autoridad del rey de Castilla Alfonso X El Sabio. Y por orden del Infante Don Manuel, Mayordomo Mayor y hermano del rey, los baños árabes fueron otorgados a la orden de la Merced para que llevaran a cabo la fundación de un convento. Estos baños árabes fueron convertidos primero en iglesia, y posteriormente fueron usados como almacén del convento.
Enfrente de la sala fría se pueden ver dos agujeros grandes, que no pertenecieron a los baños árabes, sino a reconstrucciones posteriores. Son una especie de tinajas que se utilizaron cuando los baños se convirtieron en almacén.
El Convento de la Merced quedó en desuso cuando en 1835 fueron suprimidos todos los conventos con menos de 12 religiosos profesos, y pasó a propiedad de la administración. Hasta que en 1854 las monjas clarisas se instalaron en el antiguo Convento de la Merced, pasando a ser llamado Convento de Santa Lucía.
Estuvo en uso hasta 2007, cuando pasó de nuevo a ser propiedad del municipio de Elche, y el ayuntamiento lo ha convertido en el Centro Cultural Las Clarisas. De él sólo pudimos visitar su claustro, porticado y con un pozo en el centro. En sus paredes nos encontramos con una exposición de fotografías de las fiestas de Moros y Cristianos, algunas realmente bonitas.