Un paseo por Djúpivogur
Llegamos a Djúpivogur tras dejar atrás dos de los tres fiordos que rodean a esta localidad: Álftafjörður y Hamarsfjörður. El tercer fiordo era Berufjörður que lo rodearíamos después de conocer Djúpivogur. Aparcamos fácilmente en el centro y salimos a recorrer Djúpivogur en un paseo que nos llevó una hora. La realidad es que la localidad es bastante pequeña y se puede recorrer en menos tiempo pero nos lo tomamos con bastante calma.
Lo primero que nos encontramos al bajar del coche fue la antigua iglesia de Djúpivogur, una pequeña y curiosa iglesia que pudimos conocer por dentro. Enfrente de esta iglesia, aún más curiosas unas casas de elfos cubiertas de césped. Aunque en la foto parezcan grandes, en realidad medían sólo medio metro aproximadamente. Nos hubiera gustado acercarnos para fotografiarnos con ellas y que así se viese el tamaño real comparado con nuestras figuras, pero no pudimos hacerlo porque estaba cercado.
Desde la iglesia bajamos caminando por un camino que nos llevó hasta el puerto de Djúpivogur, pasando por un pequeño parque con el busto de un político islandés del siglo XX, Eysteinn Jónsson.
Busto del político Eysteinn Jónsson
El puerto era bastante pequeño aunque muy recogido y las vistas del fiordo con las montañas al fondo nos mostraba un paisaje realmente bonito y que transmitía sobre todo muchísima calma.
Frente al puerto está la casa más antigua de Djúpivogur, llamada Langabúd, hoy centro cultural, y una roca dedicada a Erling Jóhannes Ólafsson.
Roca dedicada a Erling Jóhannes Ólafsson
Enfrente de la oficina de turismo había un curioso esqueleto de un reno.
Antes de abandonar Djúpivogur nos fijamos en el famoso monte Bulandstindur que durante todo nuestro paseo había estado oculto por las nubes, y ya nos acercamos en coche hasta el museo al aire libre de los huevos Eggin i Gledivík.