Subiendo a San Juan de Gaztelugatxe

Una de las vistas que más me impresionaron de todo el viaje por Vizcaya fue la de la ermita de San Juan de Gaztelugatxe. Y lo que me llamó mucho más la atención es que siendo tan espectacular, sea tan desconocido para los que no son del País Vasco. Cierto es que poco a poco se va dando a conocer, y se va convirtiendo en punto clave para los turistas que visitan el País Vasco. En verano ya comienza a estar masificado.

La primera vez que oí hablar de San Juan de Gaztelugatxe fue en prensa rosa, increíble sí, a raíz de la boda de Anne Igartiburu, en 2004. Viendo las imágenes de su boda me pareció una paraje espectacular, y cierto que lo es. Eso sí, más increible aún me parece que se elija la ermita San Juan de Gaztelugatxe para casarse, porque el paraje es increíble y puede resultar muy romántico, pero también muy duro de subir. Si a esto añades la lluvia, e ir vestida de novia, puede convertirse en algo realmente complicado.

Subiendo a San Juan de Gaztelugatxe
Gaztelugatxe

Cómo llegar

La mejor forma de llegar a Gaztelugatxe es en coche, ya que el autobús te dejaría muy lejos, y además tiene poca frecuencia y mala combinación. En resumen, en autobús podrías tardar varias horas en llegar. En coche está a apenas 35 kilómetros de Bilbao (unos 40 minutos), y se accede desde la carretera que une Bermeo con Baquio.

Hay aparcamiento gratuito para el coche, al lado del restaurante Eneperi. Desde el aparcamiento aún se tienen unos 40 minutos de camino hasta la ermita de San Juan de Gaztelugatxe. Se realiza por un camino que baja por la montaña, y a continuación la cansada subida por la escalera de Gaztelugatxe. En total unos dos kilómetros y medio.


Mapa de situación de Gaztelugatxe

Subida a la ermita de San Juan de Gaztelugatxe

Gaztelugatxe es en realidad un islote en el mar Cantábrico que pertenece a la localidad de Bermeo, en Vizcaya fue la de la ermita de San Juan de Gaztelugatxe. Está unido a la costa por un puente de dos arcos y atravesado por túneles, formando arcos. Antiguamente no existía este puente, por eso se llamó Gaztelugatxe, que en euskera significa «castillo difícil», haciendo referencia al difícil acceso a este islote o peñón.

A ambos lados del islote se abren playas de piedra muy utilizadas por buceadores, ya que albergan bastante vida marina. El descenso por la montaña hasta el puente se realiza por un camino de tierra y barro bastante cómodo a la ida si tienes cuidado con los resbalones, y traicionero a la vuelta. Es fácil que haya barro, sobre todo en la primera parte que transcurre por montaña.

Vista costa cantábrica desde San Juan de Gaztelugatxe
Costa cantábrica erosionada

Una vez llegas al puente, la vista impresiona, tanto por la belleza como por el camino en ascenso que se adivina bastante duro. Al final del puente comienza una escalera formada por 231 escalones de piedra, que zigzaguea por la montaña hasta llegar a la ermita de San Juan de Gaztelugatxe. Me recordó a pequeña escala a la subida por la Gran Muralla China. Afortunadamente esta subida es mucho más corta.

La subida cuesta, y a menos que estés en una forma estupenda, a mitad de camino tienes que parar. Aquí nuevamente me acuerdo de las novias, en qué estado llegarán a la ermita. Se considera esta subida como un viacrucis. En el último escalón la huella de San Juán Bautista. Dicen que si metes el pie en ella, te traerá salud.

Puente de San Juan de Gaztelugatxe
Puente de Gaztelugatxe

Una vez llegamos arriba, echamos la vista atrás y nos encontramos con unas vistas impresionantes de la escalera en zigzag, del puente y de la costa cantábrica con sus acantilados.

Escalera y puente de San Juan de Gaztelugatxe
Vista de la escalera y puente

Costa cantábrica desde San Juan de Gaztelugatxe
Vista de la costa cantábrica desde Gaztelugatxe

En la cumbre del islote de Gaztelugatxe nos encontramos con la ermita de San Juan de Gaztelugatxe, del siglo X y dedicada a la degollación de San Juan. Hoy día está dedicada a los pescadores. En el interior hay cuadros representando embarcaciones a punto de naufragar y maquetas de barcos colgados a modo de ofrendas por aquellos que se salvaron de algún naufragio, y para pedir protección.

Según la tradición, una vez alcanzada la ermita hay que tocar la campana tres veces y pedir un deseo. Así que allí nos encontramos todos los turistas haciendo turno para tirar de la cuerda y tocar la campana.

Junto a la ermita además hay una casita que es un pequeño refugio con chimenea que permite protegerse del viento y merendar disfrutando de sus maravillosas vistas. Si puedes ver atardecer desde aquí, me han contado que es realmente precioso.

Ermita de San Juan de Gaztelugatxe
Ermita de San Juan de Gaztelugatxe

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wircky

Me llamo Cristina. Me apasiona la fotografía, viajar y escribir, así que en 2014 decidí combinar mis 3 aficiones, y surgió Los viajes de Wircky.

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