Refugio de Majalavilla en castañar El Tiemblo
Refugio de Majalavilla en castañar El Tiemblo
El refugio de Majalavilla no es un refugio cualquiera aunque en un primer vistazo sí lo parezca. De hecho nosotros habíamos leído que era un hito importante en la ruta de senderismo senda del castañar y al verlo no entendimos muy bien por qué. Nos encontramos con un refugio pequeñito de piedra y nos resultó muy poquita cosa. Lo rodeamos para ver qué escondía y sólo encontramos musgo en este otro lateral. Cuando estamos haciendo una ruta de senderismo normalmente no entramos en los refugios pero en éste vimos salir a varias personas que tenían más pinta de turistas que de senderistas y decidimos asomarnos por el agujero de su pequeña puerta.
Musgo en refugio de Majalavilla
En un primer momento lo vimos todo oscuro por el cambio brusco de luz. Cuando nuestros ojos ya se habituaron a la oscuridad entendimos por qué era tan popular el refugio de Majalavilla. Sus paredes estaban totalmente pintadas por unos grafitis muy coloridos y realmente bonitos. No lo esperábamos así, quedamos sorprendidísimos. Enfrente además había una chimenea con restos de cenizas como si hubiese estado encendida no hacía mucho tiempo.
Grafitis en refugio de Majalavilla
Los grafitis representaban flora y fauna de la zona de El Tiemblo. A la izquierda de la chimenea encontrábamos un jabalí rodeado por las plantas típicas de la zona además de frutos de bellotas y castañas.
A continuación un precioso ciervo.
Rodeando la puerta de entrada un poderoso águila.
En el lateral derecho se tenía dibujado otro ciervo rodeado también por las plantas típicas de El Tiemblo.
Y por último un cóndor junto a castañas, bellotas y setas.
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Yo conocí este refugio cuando a finales de diciembre de 1971 pasé cuatro días ahí. Yo tenía trece años como casi todos mis compañeros del grupo de diez o doce boy scout con los que iba. Desde entonces no había vuelto a verlo ni en fotos pero lo recuerdo perfectamente. Entonces la entrada y la ventana eran sólo unos huecos en el muro y por la noche poníamos los macutos para taparlos. Con el frío la parte que quedaba por fuera se congelaba y por la mañana los macutos estaban pegados unos a otros con una costra de hielo y caràmbanos. La única fuente de calor era esa pequeña chimenea, las pintadas no estaban, pero sí esa especie de
burladero de la entrada para que no se metiesen las vacas. Por supuesto estaba todo nevado y no había móviles para comunicar con la familia en Madrid. Íbamos con dos monitores de unos dieciocho años -súper mayores y súper expertos para nosotros- y eso nos hacía sentir súper seguros, claro.
Vaya experiencia Manuel! Veo que a pesar de todos los años que han pasado, lo recuerdas perfectamente. Muchas gracias por contarla! Saludos!
Qué cosa más graciosa de refugio!
La verdad que sí, de lo más original 😀
Que genial sorpresa encontrarte esto en el camino!!!! son las cosas que te regala la vida por andar en determinado sendero!….
Sí. Y sólo unos pocos entramos a curiosear. No saben los demás lo que se perdieron 😀
Pues jamás había oido hablar de este lugar. Preciosa decoración.
Es bastante desconocido aún. Nosotros íbamos a recoger castañas y nos encontramos por sorpresa con esta maravilla 😉
Me encantan este tipo de curiosidades viajeras 🙂
Gracias! La verdad que es un refugio muy curioso dentro del castañar 😉
Que bueno! No conocía este sitio…
No es muy conocido aunque cada vez lo va conociendo más gente y ya en otoño está masificado…
qué artistas 😉
La verdad que sí, quedamos maravillados! 🙂
Hay que ver los bello o lo cutre que puede ser un grafiti… y sin duda esto es muestra de los primero!
Totalmente de acuerdo!
Qué chulada!
si que son bonitos