Los 10 lugares más terroríficos de Cádiz provincia
Se acerca la noche de los difuntos, las fiesta de Halloween y ese momento del año en el que nos gusta asustarnos y buscar lugares de miedo. Ésta es nuestra propuesta de los lugares más terroríficos de la provincia de Cádiz. ¿Conoces alguno? ¿Crees que deberíamos añadir alguno más a esta lista?
Lugares terroríficos de Cádiz
Ventorrillo Salinero Dolores en la Bahía de Cádiz
El Parque Natural de la Bahía de Cádiz es un lugar de gran tradición salinera, con varias casas que fueron viviendas del capataz y de su familia. Entre San Fernando y Cádiz capital encontramos una de las casas salineras más singulares de la bahía, el Ventorrillo Salinero Dolores, inconfundible por su portada rematada por tres almenas, del que se dice que está encantado.
El lugar es una zona habitual de paseo, para mariscar o para coger espárragos. Y los que van allí dicen haber visto la presencia de una niña que juega entre las ruinas de la casa, aparece y desaparece. Al caer la noche, también cuentan que se escuchan sus risas. También hay otra versión en la que se narra que el responsable de estos sucesos para normales es un anciano que murió en la casa.
Hospital de Mora de Cádiz capital
El edificio que hoy alberga la Facultad de Económicas y Empresariales es uno de los lugares de Cádiz más conocidos por sus historias de fantasmas. Los trabajadores del antiguo hospital contaban multitud de sucesos inexplicables, especialmente en la década de los noventa, cuando el hospital se encontraba en proceso de cierre.
Hoy día sus estudiantes universitarios relatan sus antiguas historias, y las nuevas. Los fenómenos paranormales actuales ocurren en la biblioteca, que fue el antiguo mortuorio, y en los sótanos. Ruidos, sombras, llantos, presencias en los pasillos, de una monja enfermera con el hábito ensangrentado, y lamentos de niños.
Poblado de Sancti Petri en Chiclana de la Frontera
Son dos las leyendas de misterio que rodean a es poblado marinero de Chiclana de la Frontera y que ha dado lugar a la creencia de los fantasmas de Sancti Petri. Por un lado se habla de una niña de ocho años que va descalza, con aspecto desaliñado, aire melancólico y triste, que suele merodear por los alrededores de la iglesia, la casa del guarda o las embarcaciones de la playa, durante la noche.
También de noche, entre las casas en ruinas de Sancti Petri se ve entrar y salir una figura masculina con sotana y sandalias color marrón, que aparece y desaparece de manera mágica.
Jardines El Altillo en Jerez de la Frontera
El Altillo era una antigua finca de recreo en el que vivieron siete niñas, hijas de Cristóbal de la Quintana y Margarita González Gordon, que fueron educadas por una institutriz con una educación muy severa. Al hacerse mujeres, fueron recluidas porque no las dejaban casarse, no se las permitía salir, y para colmo se decía de ellas que tenían una madre siempre enferma.
Se cuenta que hoy día las niñas y su institutriz siguen paseando entre los Jardines El Altillo de Jerez de la Frontera, y los que pasean por allí escuchan ruidos, voces, y sienten presencias y pasos alrededor.
Antigua Casa de la Cruz Roja de San Fernando
Fue la antigua Casa de Socorro y centro de urgencias en San Fernando, y en él murieron personas. Los isleños cuentan que muchas noches se puede ver una cara asomada por la ventana, acompañada de ruidos misteriosos. Y que si cruzas por la noche el pasadizo que hay entre la Casa de la Cruz Roja y la iglesia del Carmen, notarás extrañas sensaciones, y te sentirás acompañado. Los habitantes más miedosos de San Fernando evitan esta zona de noche.
La iglesia de Santa María de Arcos de la Frontera
Cuenta la leyenda que en el verano de 1910 llegó a Arcos de la Frontera un inglés que deseaba conocer el tesoro artístico que se conserva en la la Iglesia de Santa María. Habló con el sacristán, quien le llevó por una escalera de caracol hasta la sacristía alta, donde se encontraba la mayoría del tesoro. El inglés quedó fascinado con todos los objetos, sobre todo con las ricas vestiduras sacerdotales, y pidió al sacristán poder probarse dos de las capas. Se recreó echándose sobre los hombros una capa pluvial de seda color salmón con ricos bordados en oro viejo, y otra de terciopelo negro tachonada de estrellas bordadas en plata.
Al año siguiente, ocurrió lo mismo, y así durante varios años consecutivos, hasta el punto de que el sacristán ya le dejaba la llave de la sacristía. Hasta que un verano no apareció, y envió una carta indicando que estaba enfermo, y que rezaran por él. El inglés, de nombre Harry Holbrook y pastor anglicano de la iglesia Saint Peter de Colchester, nunca más apareció, pero desde entonces, algo extraño empezó a ocurrir en la sacristía de la Iglesia de Santa María. Cada verano se siente algo en el ambiente, y las dos capas que él se probaba se mueven con un movimiento suave y lento, como si su alma andara por la sacristía. Y éste es el fantasma de Arcos de la Frontera.
Palacio de Purullena en el Puerto de Santa María
El Palacio de Purullena es un magnífico edificio del siglo XVIII, en el que vivió Juana Ortuño Ramírez, hija de Agustín Ortuño, Marqués de Villareal y de Purullena. Cuenta la leyenda que Juana se enamoró de uno de los esclavos negros que llegaron de las Indias en uno de los buques de la familia. Cuando el padre se enteró, se indignó tanto que encerró a su hija en una de las cámaras del palacio. Para asegurarse de que no se escapaba, ordenó que dejasen los cabellos de la mujer fuera de la cámara en la que estuvo recluida hasta su muerte.
Desde aquella trágica historia de amor, se han visto luces en el interior del edificio y se escuchan voces de mujer en las habitaciones, lo que ha ayudado a hacer crecer la leyenda del fantasma del palacio de Purullena. Aunque tiempo más tarde se han realizado investigaciones y se ha puesto en duda esta historia, pero aún no hay certeza absoluta ni de una cosa ni de la otra.
Casa del Marqués de Arizón en Sanlúcar de Barrameda
En este edificio de Sanlúcar de Barrameda reconvertido en el Hotel Palacio de Arizón, otra vez el amor es el protagonista de esta historia, en este caso por una infidelidad. Diego de Arizón era un comerciante que cargaba y vendía oro de América, con una posición privilegiada. Fue informado de que su mujer Margarita Zerver le era infiel con su criado Juan Peix, y lo contempló con sus propios ojos. Fue tanta su ira, que decidió tomarse la justicia por su parte, y los mató y emparedó en una de las estancias del palacio.
Después fue procesado y encarcelado en el castillo de San Sebastián de Cádiz, aunque consiguió el indulto del rey Felipe V a cambio de la indemnización de 60.000 pesos, una cantidad que fue destinada a las obras del Palacio Real de Madrid. Diego llegó a arrepentirse de lo que había hecho, y donó parte de su fortuna a varios conventos de Sanlúcar.
La creencia popular cuenta que desde el asesinato, y en noches de luna llena, se aparece el espectro de la esposa asesinada, «la dama blanca«, que deambula por la casa y el torreón, y especialmente cerca de la habitación en la que fue emparedada. Algunos incluso afirman que se aparecen caras.
Casa Cuna de Cádiz
En 1621 se fundó el hospicio de la ciudad gaditana, donde se recogían a los hijos ilegítimos y a aquellos de los que sus padres no podían hacerse cargo. A todos ellos los llamaban los «Niños del Hospicio». El lugar funcionó como Casa Cuna hasta agosto de 1947, cuando el almacén de minas submarinas de la Defensa Submarina de Franco, procedentes de la Segunda Guerra Mundial, y que supuestamente estaban inactivas, saltó por los aires.
La explosión provocó uno de los episodios más catastróficos de la historia de Cádiz. Destruyó por completo la Casa Cuna y acabó con la vida de todos los que se encontraban allí: niños, niñas, monjas y sirvientas. Muchos de los cadáveres no pudieron ser identificados por la condición de sus cuerpos, y fueron enterrados en fosas comunes de manera anónima.
Después de aquel suceso, el edificio fue derruido y reconstruido como la Institución Generalísimo Franco, un colegio femenino dirigido por religiosas, con alumnas internas y externas. Desde entonces, sus alumnas escuchan lamentos, llantos de bebés, risas, pisadas, carreras de niños; además de sombras extrañas, apariciones de niñas. Y también empezaron a vivir esos hechos paranormales los familiares que iban de visita a las alumnas, convirtiéndose en uno de los lugares de más misterio de la provincia de Cádiz.
Hotel Monasterio San Francisco de Vejer de la Frontera
En Vejer, conocido por ser uno de los pueblos más bonitos de Cádiz, también se encuentra uno de los lugares más terroríficos de Cádiz provincia. Cuenta la leyenda que en el Monasterio-Convento de San Francisco un viejo fraile cayó a un pozo mientras limpiaba su borde, el brocal, y murió ahogado. Fue enterrado en el cementerio de los monjes, y desde ese día comenzaron los ruidos de cadenas en el patio del pozo, gemidos y lamentos, durante toda la noche.
En 1836 el monasterio-convento fue abandonado por los monjes, por el decreto de desamortización de bienes eclesiásticos, y todo pasó a propiedad del Estado. Estuvo abandonado durante una buena época, y después fue adquirido y pasando por distintos propietarios, hasta que a mediados del siglo XIX fue convertido en hospedería. En aquel momento volvieron a aparecer fenómenos extraños, con presencias, ruidos y sombras.
A finales de los años setenta se encontraron numerosos escritos y obras. En algunos de ellos se menciona la presencia de monjes y algunas de sus vivencias. La más llamativa es la carta de suicidio de un monje arrepentido por haberse entregado a los pecados terrenales, lo que le lleva a poner fin a su vida tirándose al pozo. Y se cree que el espíritu de ese monje suicida y su alma atormentada son los que vagan hoy por el hotel.