El Jardín Secreto de Salvador Bachiller en Madrid
El jueves pasado íbamos muy felices a subir a la Azotea del Círculo de Bellas Artes, y terminamos en el Jardín Secreto de Salvador Bachiller. ¿Y cómo es posible? Fácil. Cuando íbamos en el coche por Castellana, llegando a Cibeles, empezó a caer un chaparrón de esos tremendos de verano, y aunque fue corto, ya no vimos apropiado estar en una terraza al aire libre, más que nada por si volvía a llover. Así que lo cambiamos por una cena en el restaurante japonés Don Zoko de la calle Echegaray, y después de casualidad terminamos tomando unos cócteles en el Jardín Secreto de Salvador Bachiller. ¿Quieres saber cómo es este lugar tan espectacular de Madrid?
Restaurante Jardín Secreto de Salvador Bachiller
Llegada al Jardín Secreto
¿Y cómo llegamos hasta aquí? Cuando estábamos terminando de cenar en el japonés, valoramos si irnos a casa, o quedarnos a tomar algo en alguna terraza. La verdad que tenía muchísimas ganas de pisar alguna terraza, de las altas, así que buscamos entre las que se encontraban por la zona de Puerta del Sol y Gran Vía. Fueron varias las que llamaron mi atención, pero en cuanto vi la terraza de Salvador Bachiller, lo tuve claro, ya que hacía algunos meses había estado leyendo de los cuatro restaurantes que tienen en Madrid, y tenía muchas ganas de conocerlos. ¡Estando tan cerquita no podía perder la oportunidad!
Salimos del restaurante japonés hacia la Puerta del Sol, que aún estando en obras estaba preciosa, con el edificio de la Comunidad de Madrid iluminado, maravilloso. Allí tomamos la calle Montera, y fuimos mirando a ambos lados de la calle a ver si localizábamos el restaurante. Ya casi al final, cercano a Gran Vía, vimos a izquierda una cornisa iluminada, y enseguida pensamos que allí estaría, como así fue. La dirección exacta el Jardín Secreto es calle Montera número 37.
Localización de El Jardín Secreto de Salvador Bachiller
Entrada al restaurante Jardín Secreto de Salvador Bachiller
La entrada al restaurante se realiza por la tienda de Salvador Bachiller. Si no la conoces, te diré que es una tienda de bolsos, maletas y otros complementos. Como eran más de las once de la noche, la tienda se encontraba cerrada para compras, pero sí tenías que pasar por ella para llegar al restaurante, y de hecho ves los artículos que están en venta. En la planta baja había un vigilante de seguridad que muy amablemente nos indicó dónde estaba el Jardín Secreto; en la cuarta planta.
Subimos por las escaleras hasta el cuarto piso, y en la última escalera ya nos encontramos con esta imagen.
Conociendo el Jardín Secreto de Salvador Bachiller
Yo iba algo ansiosa, con ganas de llegar, cuando nos encontramos con este arco de entrada al Jardín Secreto de Salvador Bachiller. ¡Menuda maravilla! Parecía llevarnos al paraíso.
Al entrar, y a a pesar del calor tremendo que hacía en Madrid, se respiraba frescura, ya que es un verdadero jardín en una terraza climatizada. Un auténtico oasis natural en el centro de Madrid.
Todo el Jardín Secreto está decorado con muy buen gusto, y para mí uno de los lugares más especiales es este rinconcito junto a la terraza por la que te puedes asomar a la calle Montera. Es el lugar más bonito y romántico de todo el jardín.
Nosotros fuimos sin reserva y tuvimos suerte de encontrar una mesa disponible, porque la verdad es que no tiene tantas mesas, y se ha vuelto muy popular últimamente. Nos asignaron una mesita muy acogedora desde la que teníamos estas vistas. Y completamente rodeados de plantas, que nos daban en la cabeza e incluso de vez en cuando caían algunas gotas de agua.
La carta del Jardín Secreto de Salvador Bachiller
Cuando decidimos ir al Jardín Secreto, íbamos pensando en tomar unos cócteles. Una vez allí, vimos que en su carta también había platos para merendar o cenar. Por mencionar algunos, tenías para elegir nachos, tablas de quesos o ibéricos, ensalada, o hamburguesas, por mencionar algunos.
A tener en cuenta. En la entrada al Jardín Secreto había un cartel que decía que la consumición mínima por persona es de 15 euros.
Tomando cócteles en el Jardín Secreto de Salvador Bachiller
En su carta encuentras casi 30 cócteles para elegir. Antonio enseguida se decidió por una piña colada. Yo quería uno dulzón. Me recomendaron unos cócteles de nombres love potion, al agua patos o sex bomb. Finalmente me decidí por el love potion. Los sirvieron con un platito de gominolas y otro de frutos secos.
El cóctel love potion llevaba vodka, fresas, helado de fresa y granadina. Además venía decorada con unas fresas y unas gominolas con forma de corazón. Y el cóctel era una especie de helado líquido, muy dulzón y con un ligero toque de alcohol. Me gustó mucho. También traía un curioso mensaje en la pajita que decía: «Me emborraché para olvidarte, pero ahora te veo doble«.
La piña colada llevaba ron, mangaroca, malibu, toque de lima y zumo de piña. Y tenía una luz verde proveniente de un cubito de hielo con luz en su interior. Muy curioso.
Precio de los cócteles
El precio de cada cóctel estaba entre los 12 y 15 euros. Y después había algunos cócteles para 2 personas entre 25 y 30 euros. Nuestros cócteles costaron justo 15 euros cada uno, así que pagamos 30 euros, que coincidía exactamente con el precio que deberíamos pagar por la consumición mínima.
¿Es barato? No, la verdad que los precios de toda la carta son algo caros, pero pagas por el lugar tan bonito que te permite pasar algunas horas desconectando de todo. Y por ese motivo, lo recomiendo. ¡Pasarás una gran velada!
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