Fiordos noruegos: glaciar Boyabreen, túnel de Laerdal y tren de Flam
Día 6 de ruta por los fiordos noruegos
Fiordo Innvik
Nuestra jornada anterior por los fiordos noruegos había dejado el listón muy alto tras las visitas al fiordo Geiranger y al glaciar de Briksdal. Pensábamos que después de aquello, sería difícil sorprendernos, pero Noruega continuó fascinándonos.
Salíamos de Loen, donde tuvimos algún tiempo libre antes de partir, mientras algunos compañeros de ruta hacían una excursión en helicóptero sobre el glaciar de Briksdal. En aquel momento no me atreví, y con el paso del tiempo me arrepentí porque después contaron que fue algo increíble.
Salimos de Loen con dirección a la región de Sogndal, y la primera parada que realizamos fue en un mirador del fiordo Innvik.
Atravesamos algunos valles preciosos con sus cumbres aún nevadas, y al paso de la localidad de Skei nos encontramos con varias cascadas que se deslizaban altísimas desde las cimas.
Glaciar Boyabreen
Tras hora y media de recorrido desde Loen, llegamos al glaciar Boyabreen, otra lengua del glaciar de Jostedal, algo menos espectacular que Briksdal, principalmente porque había tenido un mayor retroceso y gran parte de la roca visible no se encontraba cubierta de hielo. Sí lo estaba toda la parte alta de la montaña, que no alcanzábamos a ver desde el suelo.
Túnel de Laerdal
Tras contemplar el que era el segundo glaciar de mi vida, continuamos nuestro camino entre cascadas, valles y fiordos, hasta el ferry de Mannheller a Fodnes, que nos dejaba a pocos kilómetros del túnel de carretera más largo del mundo. Se trata del túnel de Laerdal, con 24,5 kilómetros. Tuvimos que adentrarnos en él para llegar hasta la localidad de Flam, y he de decir que aunque al principio nos resultó divertido, al final se hizo realmente pesado y todos estábamos deseando ver la luz a la salida del túnel. Imagino que el que más lo deseaba era el conductor, incluso a pesar de que para evitar la monotonía de los conductores, hay tres cuevas con iluminación distribuidas a lo largo del túnel, que consiguen espabilarte un poco.
Tren de Flam
Y llegamos a Flam, un bonito pueblo al final del fiordo Aurlandsfjord, que es uno de los brazos del fiordo de los Sueños. Además de encontrarnos con algunos simpáticos trolls por el pueblo, subimos al Flåmsbana o tren de Flam, un tren histórico que recorre 20 kilómetros con un desnivel enorme, y que además nos regaló unas vistas espectaculares del valle.
La duración del trayecto es una hora de subida y otra hora de bajada. A mitad de recorrido el tren realizó una parada para permitirnos disfrutar de la fuerza de la cascada Kjosfossen, mientras una ninfa aparece y desaparece.
Flam fue la última visita del día. Ya sólo nos quedó volver a atravesar el túnel de Laerdal y llegar hasta nuestro hotel cercano al fiordo de los sueños.