Fiordos noruegos: de los sueños, iglesia Kaupanger y cascada Tvindefossen
Día 7 de ruta por los fiordos noruegos
Iglesia de madera de Kaupanger
Tenía muchísimas ganas de visitar las típicas iglesias noruegas de madera, ya que sólo había visto muy de pasada la de Gol en Oslo, así que podemos decir que Kaupanger fue la primera iglesia de madera que conocí, y me resultó verdaderamente espectacular.
En Noruega llaman stavkirke a estas iglesias de madera construidas con una técnica de entramado de madera, muy resistentes a las condiciones climatológicas y que pueden llegar a tener más de 800 años. La de Kaupanger es del siglo XII, y es la más grande de toda la región Sogn og Fjordane. Alrededor de la iglesia, como es habitual en este tipo de iglesias, su pequeño cementerio.
Iglesia de madera de Kaupanger
Fiordo de los sueños
Muy cerca de la iglesia de Kaupanger nos esperaba el ferry que nos llevaría a conocer uno de los fiordos más espectaculares de Noruega: Sognefjord o fiordo Sogn, que significa fiordo de los sueños, ¿imaginas por qué?
El fiordo de los sueños tiene el honor de ser el fiordo más grande de Noruega y el segundo más grande del mundo. En algunas zonas llega a una profundidad de 1300 metros bajo el agua, un dato que nos dejó boquiabiertos. Fue en esas aguas donde vi un tiburón por primera vez. Así que cualquiera se bañaba en un fiordo… Fue todo muy rápido porque nadaba veloz, pero todos los que estábamos en la cubierta del ferry lo identificamos perfectamente, y la verdad que sentimos bastante emoción. Lástima que no nos dio tiempo a fotografiarlo.
Navegando en ferry pudimos disfrutar durante más de dos horas de las maravillas de este fiordo. Los paisajes eran una auténtica delicia, montañosos, con aguas muy claras y verdosas. Atravesarlo fue algo fascinante, sobre todo cuando nos adentramos entre montañas altas en su parte más estrecha. Algunas cumbres llegaban a los 700 metros y largas cascadas volcaban sus aguas al fiordo.
Cascada en fiordo de los sueños
Entre el bosque fuimos encontrando algunas casas solitarias que parecían muy inaccesibles. Y a orillas del fiordo pequeñas aldeas de casas de colores que producían un paisaje de cuento. Sin duda el fiordo de los sueños se había convertido en una de las grandes visitas imprescindibles de este viaje.
Pueblo a orillas del fiordo de los sueños
Cascada Tvindefossen
Descendimos del ferry y aún estábamos comentando las emociones que nos había provocado el fiordo, cuando llegamos a una cascada preciosa junto al camping Tvinde. La cascada es estruendosa y muy bonita. Además, nuestra guía nos contó que todo aquél que bebía del agua de la cascada, tendría el don de la eterna juventud y reactivación de su potencia sexual. Así que todos nos acercamos a la cascada lo suficiente para beber de ella.
Tras la visita a la cascada Tvindefossen, fuimos directos a Bergen, donde pasaríamos nuestra última noche del viaje por los fiordos noruegos.