Día1: Segunda llegada a Jaca

Llegada a Jaca - Ciudadela de Jaca
Llegada a Jaca. Ciudadela de Jaca

Nuestro segundo viaje de Madrid a Jaca fue bastante similar al que realizáramos casi dos años antes, con la única diferencia de que la otra vez viajamos en noviembre y además salíamos del trabajo con lo que salimos por la tarde y además nos anocheció en el camino. Esta vez viajábamos en agosto y salimos desde casa por la mañana, así que pudimos disfrutar del camino completo con muy buena luz.

Por delante teníamos 455 kilómetros hasta Jaca que nos llevaría aproximadamente 4 horas y media, a lo que deberíamos añadir el tiempo de parada para comer, que aún no sabíamos dónde sería. Salimos de Madrid por la que ahora se llama autovía del Nordeste aunque siempre la hemos llamado autovía de Barcelona, la A-2. Los primeros 300 kilómetros hasta Zaragoza los recorrimos con una circulación muy fluida y pocos coches, imaginamos por ser miércoles de agosto. Una media hora antes de Zaragoza llamó nuestra atención a lo lejos la localidad de Cariñena con su iglesia, histórica localidad zaragozana que quedaría apuntada para visitar en otro viaje. Al llegar a Zaragoza ya emprendimos el camino hacia el norte por la autovía mudéjar, la E-7 o A-23. Antes de llegar a Huesca anunciaban el Santuario de la Virgen de Monlora, otro destino que sin duda merecía la pena una visita en otro momento.

En Huesca capital paramos para comer en un restaurante de comida rápida cercano al centro comercial Coso Real y para hacer la compra de comida principalmente para la ruta de senderismo que haríamos al día siguiente. Tras la comida reemprendimos el viaje de Huesca a Jaca y fue sin duda el tramo que más nos gustó. Además parecía que era la primera vez que pasábamos por él, la otra vez que pasamos como era de noche nos habíamos perdido toda la belleza del paisaje. Al abandonar Huesca comenzamos a atravesar algunos túneles que ya nos estaban adentrando en los Pirineos de Huesca, dejando a un lado la Sierra de Guara que se considera la «Puerta de los Pirineos». Pasamos entre algunos cañones y pudimos ver buitres leonados que sobrevolaban las cumbres más altas sobre nuestras cabezas. Al pasar por Sabiñánigo estuvimos dudando si parar a ver esta ciudad y decidimos verlo en nuestro viaje de vuelta. El último día al final no pudimos verlo por la lluvia. Así que fuimos directos a Jaca, hicimos el check-in en el apartahotel y aprovechamos para dar un tranquilo paseo por esta pequeña y monumental ciudad que recordábamos mucho mejor de lo que pensábamos. Sin duda disfrutaríamos estos días por el Pirineo de Huesca.

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wircky

Me llamo Cristina. Me apasiona la fotografía, viajar y escribir, así que en 2014 decidí combinar mis 3 aficiones, y surgió Los viajes de Wircky.

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