Selva Negra y Alsacia día 5: Estrasburgo, Karlsruhe, Baden-Baden
De Estrasburgo a Karlsruhe
Tras dos noches en Estrasburgo hoy abandonábamos esta ciudad y poníamos fin a nuestros magníficos días en Alsacia. Eso sí, con muchas ganas de volver, y pensando en hacer la ruta del vino de esta región. Hoy volvíamos a la Selva Negra.
Saliendo por el norte de Estrasburgo en un lateral de la autovía nos encontramos con un curioso vagón de tren francés que estaba de exposición y parecía que iba a descarrillar. Continuamos por la autovía y no sabemos muy bien en qué momento dejamos de seguir las instrucciones del GPS y terminamos en un peaje de la autopista que ni siquiera nos llevaba hacia la Selva Negra, sino hacia el norte de Francia. Cuando nos dimos cuenta ya no pudimos escapar del peaje, ni siquiera explicándoselo a su responsable. No conseguimos hacernos entender, o no quiso entendernos, y la única solución que nos dio fue pagar 1,20 euros de peaje y coger un desvío en el propio peaje para hacer el cambio de sentido. Lo peor de todo es que tuvimos que volver a pagar otros 1,20 euros para salir de este mismo peaje. Nos sentimos tremendamente tontos y también algo estafados, ya que no entendimos el segundo pago…
Monumento vagón de tren a la salida de Estrasburgo
Una vez estuvimos en el camino correcto, ya sí nos dirigimos a la esclusa Schleuse Iffezheim por la que llegaríamos de nuevo a la orilla derecha del Rin, y pasaríamos de estar en Francia a estar en Alemania. Teníamos pendientes bastantes destinos para terminar de explorar la región de la Selva Negra. Nuestro siguiente destino era Karlsruhe. Desde la esclusa hasta Karlsruhe deberíamos haber tardado media hora, pero el camino estaba de obras y fue toda una odisea encontrar la forma de llegar hasta allí.
Terminamos perdidos, y la única solución fue entrar en la ciudad de Rastatt. Mira por donde íbamos a tener una visita panorámica sorpresa. Pasamos por el centro centro de Rastatt donde además parecía haber mercado y mucha gente que se nos atravesaba delante del coche mientras nosotros intentábamos buscar la salida hacia el norte. Fue complicado, varias veces pasamos por el mismo sitio pero lo conseguimos. Y aunque tardamos el doble de tiempo, conseguimos llegar a Karlsruhe.
Karlsruhe
No sé por qué pero no nos imaginábamos Karlsruhe como era, tan grande, tan seria, tan sobria. Nos dio sensación de alojar edificios del partido nazi, que en verdad no lo eran ya que muchos de los edificios de esta ciudad fueron destruídos durante la Segunda Guerra Mundial y los que vemos son de construcción bastante moderna. Aún así pasear por sus calles impresionaba, con espacios amplísimos, y se sentía como frialdad en sus calles. También tenía grandes edificios que albergan museos o palacios, además de una gran zona universitaria. Tiene además el honor de albergar la pirámide más grande al norte de los Alpes. En Karlsruhe aprovechamos para comer en la cadena Nordsee y por la tarde partimos hacia Baden-Baden.
Baden-Baden
De Karlsruhe a Baden-Baden había sólo 40 kilómetros que recorrimos en media hora. En Baden-Baden nos pasó todo lo contrario que con Karlsruhe, nos sorprendió mucho, pero para bien. Es una ciudad pequeñita y encantadora con preciosas zonas ajardinadas, iglesias, con muy bonita arquitectura y como su nombre en alemán indica con gran importancia en baños termales ya desde la época de los emperadores romanos. Nosotros pensamos, si los emperadores lo hacían, nosotros no podemos perdernos un baño en las aguas de Baden-Baden. Así que en ellas nos bañamos.
Hay varios espacios termales, entre ellos los más famosos son Friedrichsbad y las termas de Caracalla. Parece que los más auténticos eran los de Friedrichsbad, lo único que eran baños nudistas. Por el contrario las termas de Caracalla tenían una especie de cuevas muy muy románticas. Evaluamos una y otra opción, porque nos apetecían las dos, pero no disponíamos de dos días en la ciudad para probar las dos. Por un lado la romántica, por otro lado la nudista sería toda una experiencia, aunque yo nunca había hecho nudismo y me daba mucha pero que muchísima vergüenza. De momento no os contaré con cuál de las dos termas nos quedamos, sólo diré que fue increíble. Si vas a Baden-Baden no salgais de aquí sin probarlas, imprescindible alguna de las dos, son estupendas.
Tras el baño, salimos tan tan relajados que nos olvidamos de la hora que era y de que en Alemania los restaurantes cerraban temprano. En todos los que preguntamos ya habían cerrado la cocina y sólo nos quedó el último recurso, un Mc-Auto. Nos llevamos las hamburguesas a la gasthaus donde nos alojábamos, cenamos y nos fuimos a descansar deseando disfrutar tanto al día siguiente como habíamos disfrutado durante el día de hoy. ¡La Selva Negra prometía!
Pingback: Qué hacer en una escapada de amigas a Baden-Baden
Pues yo si voy a Baden-Baden, seguro que voy a las de Friedrichsbad! Ganas me están dando… Baden-Baden lo tengo yo bien desde Alicante con Ryanair, lo estuve viendo una vez por gusto…
Pues aprovecha entonces, te da tiempo en el día a ir, bañarte en las aguas termales y volverte. Aunque ya que estás, unos días por la Selva Negra… jeje 😉