Día 3: De Silleda a la Costa da Morte

Primer día del año 2015, sin despertador y además hoy sin escuchar el canto del gallo. Así que nos despertamos tranquilamente con el amanecer a partir de las 9:15, y hasta prácticamente las 11 no salimos de la casa rural. Queríamos haber salido un poco más temprano, pero nos habíamos propuesto no estar con prisas, la idea era tener un viaje de relax. De hecho ni siquiera habíamos venido con un itinerario fijo para estos días. Ayer en la oficina de turismo de Santiago donde nos atendieron de forma inmejorable nos dieron varias ideas, entre ellas una ruta por Rias Baixas y Costa da Morte. Fue escuchar que pasaríamos por el único río de Europa que desemboca en el mar formando cascada, y automáticamente los dos pensamos, ésa es nuestra ruta.

La ruta comenzaba en Noia. Así que salimos de Silleda tomando la N-525 dirección Santiago de Compostela. Antes de llegar a Santiago, tomamos un desvío hacia la autopista AP-9 que en este tramo de 5 kilómetros era gratuita, y después continuamos por la autovía AG-56. En el coche llevábamos los pies congelados, y un olor a empanada porque la llevábamos en el asiento de atrás por si acaso no encontrásemos sitios donde comer hoy al ser Año Nuevo.

Día 3: De Silleda a la Costa da Morte
Entrando en Noia

A 12:00 ya empezamos a ver el mar a lo lejos, por el lado izquierdo, con lo que parecían dos peñones. Estábamos entrando en el municipio o concello de Noia, a algo más de 7 kilómetros del pueblo de Noia. Al llegar a Noia nos saltamos el desvío y hemos terminado cruzando un puente gigantesco sobre la ría de Noia. Así que aunque hemos hecho más kilómetros, ha estado bastante interesante la equivocación. Después en lugar de deshacer el camino hemos continuado y hemos terminado entrando en Noia por Noia sur, cruzando otro pequeño puente, hasta aparcar enfrente de un pequeño brazo de la ría a las 12:20.

Pudimos disfrutar de un agradable paseo por este pueblo marcado claramente por la ría. Tiene un centro histórico por el que también merece la pena pasear, aunque sin duda yo me quedo con la ría, impresionante. El tiempo aquí era muchísimo mejor, tuve que quitarme los guantes y la bufanda porque tenía calor.

Después de una hora disfrutando de Noia, pusimos rumbo al siguiente destino, Muros, a unos 29 km por la AC-550. En este tramo atravesamos Esteiro, donde nos encontramos gente bañándose desnuda. Nos quedamos bastante sorprendidos, lo que no sé es si debido a que estaban desnudos en prácticamente la mitad del pueblo, o bien por el frío que deberían estar pasando.

A poco más de las 2 de la tarde estábamos en Muros, pequeño pueblo pesquero al que prácticamente llegamos para comer. Paseando por el puerto encontramos un restaurante que ofrecía mariscadas, y nos animamos a entrar. Buenísima elección, la comida en este restaurante O Castelo estuvo increíble, y a buen precio.

Salimos de Muros a las 4 de la tarde. De la ruta pensada teníamos que eliminar algunos puntos ya que no nos daría tiempo a visitarlos todos. Pero sí queríamos llegar al menos a Finisterre, comienzo de la Costa da Morte, para ver atardecer. Teníamos por delante 60 kilómetros, 1 hora y 20 minutos de camino, y además queríamos realizar dos paradas imprescindibles.

La primera fue muy rápida, el hórreo de Carnota, que es el hórreo más grande del mundo. No estuvimos más de 10 minutos. Lo peor es que pasamos por calles estrechísimas para llegar a él, y rozamos el coche, el plástico del faro del retrovisor derecho.

La segunda parada nos llevó mucho más tiempo, las cascadas de Ézaro. Son las cascadas que nos habían contado se formaban en el único río de Europa que desemboca en el mar formando cascada. Son impresionantes, y no pudimos evitar sacar trípode, filtros, y todo tipo de fotografías.

Al final estuvimos una hora, así que a las 6 estábamos saliendo hacia Finisterre. Queríamos ver atardecer desde allí, pero nos habíamos entretenido demasiado y al final íbamos muy apurados, de hecho el navegador marcaba las 18:30, demasiado tarde. Tomamos la ruta más rápida que nos llevó por el interior entre bosques altos de hojas verdes y marrones, y adelantamos 5 minutos, pero al llegar al faro de Finisterre ya vimos muchísima gente que regresaba del faro, incluso autocares. El sol ya se había puesto, así que tuvimos que conformarnos con hacer algunas fotos del horizonte naranja y rosa que quedaba de los restos del sol.

Finisterre
Atardecer en Finisterre

A las 19:00 pusimos rumbo a la casa rural, teníamos por delante 120 kilómetros que nos llevaría 2 horas, y algunas zonas con bancos de niebla. A las 21:00 llegamos a la casa rural, cansados, con ganas de disfrutar de una tranquila noche frente a la chimenea mientras escribíamos el resumen de lo acontecido en el día.

Para ver la ruta completa del viaje fin de año en Galicia, haz click aquí.

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wircky

Me llamo Cristina. Me apasiona la fotografía, viajar y escribir, así que en 2014 decidí combinar mis 3 aficiones, y surgió Los viajes de Wircky.

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