Selva Negra día 1: Viaje de Madrid a Friburgo
Itinerario de nuestro viaje de Madrid a Friburgo
Para comenzar un viaje por la Selva Negra y Alsacia hay varias opciones para volar. Las más habituales son el aeropuerto de Basilea o Estrasburgo ya que otras opciones están algo más lejanas y a menos que el precio sea muchísimo más barato no interesan. Nosotros compramos un vuelo con Easyjet hasta Basilea que suele tener bastantes buenos precios y después alquilamos un coche para ir desde Basilea hasta nuestro primer destino en la Selva Negra: Friburgo.
Éste fue el itinerario de nuestro viaje de Madrid a Friburgo:
- Vuelo a Basilea: vuelo Easyjet EZS1116, fecha 04.09.2013, salida 16:30 Madrid (MAD – terminal 1), llegada 18:45 Basel (BSL)
- Coche de alquiler: compañía Firefly, del aeropuerto de Basilea a Friburgo
Vuelo de Madrid a Basilea
Salíamos a las 16:30 de la tarde así que comimos temprano en casa y nos dirigimos a la terminal 1 del aeropuerto Madrid – Barajas, como siempre llegando con muchísimo tiempo de adelanto aunque aún así siempre nos ponemos nerviosos hasta que facturamos la maleta. Nos dio tiempo a recorrer todas las tiendas del aeropuerto y a esperar largo rato en la puerta de embarque. No queríamos ser de los últimos ya que en Easyjet tienes que pagar por la reserva de asiento y habíamos decidido no pagar, así que queríamos entrar de los primeros para ir juntos durante el vuelo. Tras las personas que tenían prioridad en el vuelo y unas 8 personas que teníamos delante, subimos nosotros al avión. A partir de la mitad del avión había muchos asientos libres, así que nuestro primer objetivo de ir juntos, ¡conseguido!
El vuelo de Madrid a Basilea transcurrió con bastante normalidad. Nada de aperitivo ni bebida gratis, eso sí los azafatos se pasaron todo el vuelo ofreciendo cosas, de pago claro. Quizás algo pesado. Nosotros pasamos el vuelo hablando de todo lo que nos esperaba en los próximos días y que teníamos tantísimas ganas de conocer. Después de años deseando conocer la Selva Negra, ¡lo teníamos a un paso!
Coche de Basilea a Friburgo
Unos minutos antes de lo previsto aterrizamos en Basilea. Recogimos la maleta y rápidamente nos dirigimos a buscar el coche de alquiler que habíamos reservado. A partir de aquí fue todo un pequeño gran desastre:
- Empresa del coche de alquiler invisible: habíamos reservado con Firefly, empresa que no conocíamos y parece que ni en el propio aeropuerto la conocían, ni siquiera en información. Tuvimos que dar vueltas y vueltas preguntando incluso en las empresas de la competencia hasta que alguien nos sugirió que preguntásemos en la oficina de Hertz. Volvimos a pasar por el mostrador de Hertz y mientras esperábamos vimos un pequeñísimo cartel que decía Firefly, ¿acaso se avergonzaban? La verdad daba sensación de que no querían que la relación entre Hertz y Firefly estuviese muy visible.
- Problemas con la tarjeta de crédito: para retirar el coche Firefly nos exigía bloquear en tarjeta unos 1400 euros. No nos habían avisado. En la tarjeta que habíamos reservado el coche ya no quedaba tanto saldo, teníamos otra en la que tampoco y después de mucho negociar conseguimos que cogieran saldo de varias tarjetas hasta llegar a los 1400.
- Perdidos intentando salir de Suiza: como nuestro viaje era por Selva Negra (Alemania) y Alsacia (Francia), cometimos el tremendo error de no prepararnos los mapas de Suiza en el GPS. El aeropuerto de Basel-Mulhouse está como en medio de un triángulo cuyas puntas son 3 países diferentes: Suiza, Francia y Alemania. Incluso ya saliendo del aeropuerto eliges el país. El problema es que con el coche no fuimos capaces de seguir los carteles hacia el lado alemán, o más bien nos llevó más de la cuenta.
- Cacheados en la aduana francesa: en una de nuestras vueltas con el coche buscando la salida hacia Alemania llegamos hasta un puesto de aduana. Nos acercamos para ver de qué país se trataba. Ya cuando estábamos a unos metros vimos que era Francia, pero aún así decidimos acercarnos para ver si nos orientaban sobre la aduana alemana.
Los aduaneros franceses nos dijeron que parásemos, les dijimos que no queríamos pasar, sólo hacerles una pregunta. Nos obligaron a callar y salir del coche y la verdad que fueron muy desagradables, sobre todo la jefa (eran 3). A mi chico le cachearon completamente, le pidieron todo tipo de documentación, nos hicieron todo tipo de preguntas, algunas la verdad algo improcedentes, y nos abrieron y toquetearon todo el equipaje. La verdad que terminamos sorprendidísimos ya que otras veces habíamos cruzado fronteras entre países europeos y nunca habíamos tenido este control tan… digamos profundo. Siendo países del acuerdo Schengen es sorprendente. Y que conste que no nos quejamos del control, que controlen lo que consideren, pero no hace falta que sean tan increíblemente desagradables.
Una vez superados todos estos encontronazos, conseguimos encontrar la aduana alemana. Cruzamos la frontera de Suiza a Alemania sin casi enterarnos ya que ni nos pararon ni vimos a nadie y… ¡por fin pisamos Alemania, qué ganas! A partir de aquí el camino fue como la seda y en una hora estábamos en Friburgo. Íbamos algo preocupados por la gasthaus que teníamos hoy para dormir ya que había que hacer el check-in antes de las 10 de la noche. Llegamos muy justos, cerca de las 10, a tiempo para dejar las cosas en la habitación y salir a cenar nuestro primer flammkuchen en el centro de Friburgo, simplemente delicioso.
Qué hormigueo de leerte, qué ganas de aeropuerto, de esperar delante del panel el número de la puerta de embarque, de salir corriendo, de llegar a una ciudad desconocida…
jaja y qué bien expresas todas las sensaciones. La verdad que cuando se leen viajes entra más gusanillo de viajar 😀