Christiania, el barrio libre y hippie de Copenhague

Visita a Christiania

Yo no imaginaba que existiese un barrio tan atípico en la Unión Europea, y menos en Dinamarca, hasta que conocí este rincón danés. Visitar Christiania es una de las experiencias más curiosas que puedes vivir en la ciudad de Copenhague.

Qué es Christiania

Consiste en un barrio libre y hippie de unos mil habitantes que surgió en 1971 a partir de una zona militar que fue tomada por okupas, y declarada como ciudad libre. Está administrada por sus propias leyes, libre de impuestos, y con casas construidas por ellos mismos que pertenecen a toda la comunidad. Se ha convertido en un punto turístico de moda, y de hecho es el segundo lugar más visitado de Dinamarca después del parque de atracciones Tívoli.

Entrada a la ciudad libre de Christiania

Entrando en Christiania

La entrada a Christiania es gratuita. Se accede mediante este arco con el nombre de Christiania que informa de la entrada a este llamémosle barrio especial. Lo curioso es que si lo atraviesas y te giras, el mismo portón por detrás dice «You are now entering the EU”, para informar de que una vez sales de Christiania vuelves a estar en la Unión Europea. Esto es porque los habitantes de Christiania no se consideran parte de la Unión Europea.

Salida de Christiania

Las normas de Christiania

Este barrio también es famoso por permitir la venta y consumo de drogas blandas. Nada más entrar me di cuenta de ello ya que todo olía a estas sustancias, y además me encontré con que los habitantes de Christiania portaban unos porros de tamaño considerable, como nunca antes había visto. Por todo esto recibe el apelativo de Distrito Verde (Green light district) , y lo sorprendente es que llegado a un punto hay un letrero que detalla las reglas que todo visitante debe cumplir.

Las normas de Christiania consisten básicamente en estas tres:

• Diviértete.
• No corras, porque crea pánico.
• No hagas fotos, porque  la compra y venta de hachís continúa siendo ilegal.

Así que a partir de aquí, guardé la cámara en el bolso, y comenzamos a pasear por Pusher Street, calle principal de Christiania, de manera muy prudente y respetuosa. La verdad que yo iba tensa. Yo te recomiendo que no te sorprendas de lo que veas, aunque sé que es difícil, porque yo sí me sorprendí. Me resultó inevitable ante los puestos en los que vendían las enormes tabletas de hachís y marihuana. El ambiente era extraño. Lo curioso es que puedes ver incluso cómo cortan las tabletas para proporcionar la cantidad solicitada por el comprador.

También hay pequeños negocios en los que se puede comprar ropa, artesanía y souvenirs, o bien comer o beber en los bares. Dicen que los precios suelen ser bastante más baratos que en el resto de Copenhague, ya que en este barrio no se pagan impuestos. En todos los bares además puedes fumar porros y por las noches hay conciertos. No obstante, se recomienda la visita durante el día para evitar tanto problemas como verse inmerso en alguna de las redadas que ocurren de vez en cuando.

Después de conocer lo que es Christiania, ¿qué te ha parecido? ¿A que te ha sorprendido?