Paseo por Grundarfjördur en Islandia
La península de Snæfellsnes estaba siendo una cajita de sorpresas y una de ellas fue el pequeño pueblo pesquero de Grundarfjördur (Fiordo de Grundar). La primera imagen que tuvimos de él fue desde la carretera 54 tras ir bordeando las pequeñas lenguas de fiordos que nacían del fiordo Breiðafjörður. La última, el fiordo Kolgrafafjördur, tras él una pequeña península montañosa y ya apareció ante nuestros ojos la bahía de Grundarfjördur, impresionante, con las casas a pie de fiordo y a su derecha la figura poderosa del volcán Kirkjufell. Nos dio una sensación de tranquilidad, paz, relajación. He de decir que la foto no hace justicia a la increíble estampa que tuvimos desde la parte más alta antes de descender a nivel del mar.
Grundarfjördur y volcán Kirkjufell
Nuestra llegada a Grundarfjördur fue nocturna, casi a medianoche, aunque los días son tan largos en verano en Islandia que casi no lo parecía. Estábamos ya agotados así que entramos directos a dormir al hotel, que estaba a orillas del fiordo en la zona portuaria. Se nota que este pueblo vive de la pesca y se sentía en el aroma que se respiraba, olía horriblemente mal a pescado. Salimos del coche tapándonos la nariz porque era algo exagerado, además no encontramos aparcamiento en la zona delantera del hotel y tuvimos que aparcar en la zona trasera junto a los cubos de basura que parecían pertenecer a las lonjas de pescado. Fue un alivio llegar al hotel y además nos encontramos con una grata sorpresa: teníamos vistas al fiordo y al magnífico sol de medianoche.
Sol de medianoche en fiordo Grundarfjördur
Al día siguiente ya salimos a explorar Grundarfjördur comenzando por su puerto en el que había atracado un enorme barco de crucero. Curiosamente el aroma a pescado había desaparecido, ¿será que se vuelve profundo por las tardes-noches? Lo que sí encontramos fueron decenas de gaviotas enfrascadas en la tarea de la pesca que revoloteaban alocadamente, mientras otras nadaban plácidamente sobre las aguas del fiordo, ¡sentí envidia de estas gaviotas!
Crucero en puerto de Grundarfjördur
Gaviotas nadando en fiordo Grundarfjördur
Durante nuestro paseo por Grundarfjördur nos encontramos pocas casas y apenas gente. Su menos de mil habitantes estarían trabajando o escondidos… Lo que sí encontramos fueron algunas cosas curiosas como esta roca gigante que imaginamos tendría algún significado pero no fuimos capaces de descifrar.
Roca gigante en las calles de Grundarfjördur
Junto a la roca había mucha bandera islandesa con muy poco garbo por la falta de viento. ¿Por qué 5 banderas? Ni idea…
Y lo más curioso de todo, una recreación de un asentamiento vikingo en el que no podía faltar un barco. Junto al barco nos hizo mucha gracia la mesa y taburetes de troncos de madera en los que podíamos imaginar a vikingos sentados alrededor comiendo y bebiendo.
Recreación asentamiento vikingo
También hay una recreación de las antiguas casas de césped en las que he leído que algunos turistas llegan a pasar la noche y al día siguiente aparece alguno de los dueños de estas casas y les hace alguna broma, como pedirles alquiler por haber pernoctado, todo en tono jocoso. Parece que este asentamiento vikingo pertenece a Polgrimur Kolbeinsson y Markus Ingi Karlsson que aunque nosotros no tuvimos la suerte de conocer, están intentando formar una comunidad vikinga y se suelen pasear por ahí con su traje vikingo. Curiosidades de Islandia…
Grundarfjördur también tiene una pequeña iglesia no muy llamativa y que estaba cerrada y cerca de ella la escultura «Syn».
Antes de abandonar Grundarfjördur paramos con el coche frente al volcán Kirkjufell para disfrutar por última vez de él y de la cascada Kirkjufellsfoss que encontramos justo enfrente. La combinación de cascada y volcán dan una de las postales más populares de Islandia aunque nosotros la imagen conjunta la dejamos pendiente para otro viaje… ¿cuándo será?