El lago de Furnas
El lago de Furnas (Lagoa das Furnas) es otro de los lagos imprescindibles de la Isla de Sao Miguel en Islas Azores. Como la mayoría de lagos de esta isla, también está formado en la caldera de un antiguo cráter volcánico.
Sin embargo la importancia de este lago no es por el lago en sí, sino por la zona de calderas que tiene a su alrededor y que son las que han hecho que Furnas se convierta en uno de los lugares turísticos más importantes de la Isla de Sao Miguel.
Para llegar hasta el lago subimos un puerto hasta los 600 metros de altura. Todo el camino se encuentra rodeado de frondosa vegetación, y un poco antes de llegar al lago incluso podemos visualizar a lo lejos el Océano Atlántico.
Cuando comenzamos a ver el Lago de Furnas nos encontramos con un lago de agua muy verde, limpia y clara. El color verde está en parte provocado por el efecto espejo al reflejarse la montaña y su bosque en el agua del lago.
El lago de Furnas con fumarolas
Al comienzo del lago entrando por su zona sur, llama la atención un edificio aislado que parece una iglesia abandonada. Se trata de la Capilla de Nuestra Señora de las Victorias. Es fácil que la primera vez que pases por aquí te la saltes y tengas que dar la vuelta.
Al fondo del lago, en su zona norte, enseguida comienzan a verse las fumarolas que nacen desde el suelo y que son las que identifican la zona de Caldeiras (calderas volcánicas). Podemos llegar en coche hasta allí.
Al bajar del coche lo primero que te encuentras son charcos de agua sulfurosa que están borboteando. Es algo increíble. Y huele muy mal, como a huelo podrido. Hay quien no aguanta el olor e incluso se tapa la nariz. Al principio es algo insoportable pero pasados unos minutos te habitúas.
Más adelante aparecen muchísimos hoyos en la tierra. Al asomarte ves agua en el fondo que está borboteando a causa del azufre, es agua sulfurosa. Es algo espectacular que nunca habíamos visto. Y lo más increíble de todo es que ésta es la zona donde se cocina el famosísimo cozido das Furnas.
El Lago de Furnas tiene también unas vistas muy bonitas desde los miradores Pico do Ferro y Salto do Cavalo.