Leyendas del Lago Mummelsee
Al Lago Mummelsee le rodean múltiples leyendas encantadoras, siempre relacionadas con la belleza y amor de los seres que vivían bajo sus aguas, aguas oscuras en pleno corazón de la Selva Negra.
La leyenda más popular cuenta que el Lago Mummelsee recibió este nombre por las pequeñas damas del lago, sirenas o nereidas (Mümmeln), seres bellos y elegantes capaces de enamorar a cualquier persona que se cruce en su camino.
Vivían en el fondo del lago, en un palacio de cristal con bellos jardines. El rey de este palacio permitía a las sirenas subir a la superficie del lago, siempre a condición de que por la noche, en cuanto aparecían las estrellas, las sirenas debían volver a palacio.
Las sirenas subían cada día a la superficie del lago para cantar y bailar al son de los instrumentos de los campesinos y leñadores. Siempre regresaban a su hora a palacio. Hasta que un día una de las más bellas sirenas se enamoró de un joven del cercano pueblo de Seebach.
En la siguiente visita a las aguas oscuras del Lago Mummelsee, todas las sirenas regresaron en hora al palacio de cristal, menos la joven sirena enamorada. No quería separarse de su enamorado, y estuvieron bailando y bailando hasta que escucharon el campanario tocar y se dieron cuenta de que había anochecido.
En este momento la joven sirena y su enamorado corrieron hacia el lago, y la sirena dijo con voz muy triste a su amado:
«Posiblemente no nos veremos nunca más, porque deberé morir. Espera aquí. Si ves sangre en el agua del lago, habré perdido la vida».
Ella bajó a su palacio de cristal, y a los pocos minutos una nube de sangre subió desde el fondo a la superficie del lago. Era la sangre de la joven sirena que murió a causa de su amor.
Otras Leyendas del Lago Mummelsee
- Otras leyendas cuentan que una de las personas del pueblo no quería que las sirenas volvieran, y manipuló el reloj para que las sirenas regresasen tarde a palacio. El rey se enojó tanto que nunca más volvió a dejar salir a las sirenas del palacio en el fondo del lago.
- Otra de las leyendas cuenta que en lugar de un palacio fue un monasterio, y las sirenas eran monjas. Estas monjas subían a ayudar a los agricultores a criar a sus hijos y atender a sus animales. Hasta que una joven monja se enamoró de un joven campesino. El agua oscura del lago se levantó de la tierra y se tragó el monasterio.