Visita al Santuario de Covadonga
En Asturias encontramos uno de los lugares más bonitos de España, el Santuario de Covadonga, un lugar rodeado de leyendas y que está enclavado en un paraje natural maravilloso. Son muchos los rincones que puedes ver en el Santuario de Covadonga, destacando la Basílica y la Santa Cueva, pero como puedes comprobar en este artículo, hay mucho más.
Algunos datos del Santuario de Covadonga
Dónde está el Santuario de Covadonga
El Santuario de Covadonga se encuentra en Asturias, a una distancia de 11 kilómetros de la localidad de Cangas de Onís y dentro del Parque Nacional de Picos de Europa. Desde Oviedo y Gijón se llega al Santuario de Covadonga en una hora aproximadamente. En nuestro caso partíamos de la aldea asturiana Puertas de Vidiago, también a una hora del Santuario de Covadonga.
Debes tener en cuenta que en temporada alta los accesos a Covadonga están muy controlados e incluso pueden llegar a cortar el acceso en coche, sustituyendo el acceso por transporte público.
Localización del Santuario de Covadonga
Tours al Santuario de Covadonga
Como alternativa al coche, puedes contratar un tour guiado en el que te recogerán en autocar, y que puede incluir varias visitas, siempre con guía, algo que siempre se agradece porque terminas conociendo mucho más del lugar. Si estás interesado, te recomiendo algunas de éstas con los enlaces donde puedes reservarlas:
Horarios de apertura del Santuario de Covadonga
El horario de visita es de 09:30 a 14:00 horas y de 16:00 a 19:00 horas.
Precio de la visita al Santuario de Covadonga
El precio del Museo de Covadonga es de 2,5 euros. El resto de visitas del Santuario son gratuitas.
En caso de que no puedas acceder con tu vehículo y debas hacer uso del transporte público, el precio es de 9 euros si accedes en autobús, y 12 euros si accedes en el taxi turístico de Covadonga.
Qué ver en el Santuario de Covadonga
La Basílica
El edificio más espectacular del Santuario de Covadonga es su basílica, que además es lo primero que se ve del conjunto cuando realizamos la subida. Contemplar la imagen de las agujas de la iglesia alzándose en lo alto es verdaderamente impresionante y te haces una ligera idea de lo que te vas a encontrar.
Su nombre exacto es Basílica de Santa María la Real de Covadonga y fue impulsada por el Arzobispo de Oviedo Don Benito Sanz y Forés. Fue construida entre 1877 y 1901 en lo alto de una colina, en estilo neorrománico, y el material utilizado fue piedra rosácea y marmórea extraída de las propias montañas de Covadonga. Hoy día es un lugar muy concurrido por el enclave en el que se localiza y también por ser lugar de peregrinación.
En el interior destacan algunas obras de arte y tras el altar podemos contemplar una réplica de la Cruz de la Victoria. En la cripta destaca una talla de madera policromada del Sagrado Corazón de Jesús y un altar de mármol blanco con la Virgen de marfil.
Monumento al rey Pelayo
En la misma plaza de la basílica encontramos un monumento homenaje al rey Pelayo, por haber frenado la expansión de los musulmanes hacia el norte, iniciar la Reconquista y haber fundado el reino de Asturias, convirtiéndose en su primer monarca.
La estatua está hecha en bronce y a su espalda se levanta una gran Cruz de la Victoria, emblema del Principado de Asturias. Con su mano parece señalar el lugar donde se encuentra la Santa Cueva, donde encontró la protección Divina.
Casa Capitular del Monasterio de San Pedro
En la propia explanada de la Basílica, justo enfrente de su fachada principal, encontramos el edificio de la Casa Capitular, que consta de Sala Capitular, biblioteca y salón de recepciones.
Escolanía de Covadonga
Uno de los siguientes edificios alberga la Escolanía de Covadonga, que es un grupo de niños cantores que participan en las celebraciones litúrgicas venerando a la Virgen de Covadonga, que es la patrona de Asturias. Estos niños se forman académica y musicalmente en este entorno. Sus estudios y formación académica la realizan en Cangas de Onís, y en Covadonga estudian música, solfeo e instrumento musical.
Museo del Real Sitio de Covadonga
En una parte del edificio de la Escolanía se encuentra el museo de la iglesia, que fue abierto en primer término para acoger las ofrendas que los fieles depositaban en agradecimiento a la Virgen de Covadonga, conocido como el Tesoro de la Santina.
Actualmente también conserva obras de gran valor que se han sumado a los fondos propios del museo. Entre estas obras hay pinturas, fotografías antiguas, tallas religiosas, piezas de orfebrería, piezas textiles y joyas, entre otros objetos. Todas estas obras permiten conocer tanto la historia como las distintas transformaciones del Santuario, desde la época de Don Pelayo hasta nuestros días. Entre las obras destacan la Corona de la Virgen de Covadonga y la del Niño Jesús.
La Torre
Se trata de una torre de tres pisos en piedra rojiza que fue construida a principios de los años sesenta. Durante años albergó el antiguo cuartel de la Guardia Civil y en la parte alta de su fachada principal se puede contemplar un escudo de España bastante singular, al estar dividido en cuatro partes por una gran cruz de la Victoria.
La Campanona
Echando la vista a las montañas entre el bosque destaca una enorme campana monumental de cinco mil kilos de peso y tres metros de altura. Se puede visitar, ofreciendo un magnífico mirador al Santuario de Covadonga. La Campanona fue una donación y fue realizada a finales del siglo XIX en los altos hornos asturianos de la Compañía Metalúrgica Duro Felguera. Su decoración es bastante impresionante con bajorrelieves esculpidos que representan escenas de la Divina Comedia de Dante, dentro de las que destacan las del juicio final.
Santa Cueva
El rincón más buscado y venerado del Santuario de Covadonga es la Santa Cueva, un lugar en el que se respira una gran solemnidad. Se accede a ella a través de un túnel cuya entrada se puede encontrar tras descender de la Basílica, después de haber pasado el Museo de Covadonga y en un lateral del Arcea Gran Hotel Pelayo.
Junto a la entrada a la cueva una inscripción recuerda la visita del papa Juan Pablo II a Covadonga en 1989. Al acceder al túnel lo primero que encontramos es un buen número de velas de ofrenda, y mucho silencio. Unos metros más adelante encontramos, el monumento de las Tres Cruces. Se trata de tres cruces de piedra que constituyen uno de los rincones más bonitos de Covadonga, con un magnífico mirador de la Basílica.
Los otros lugares importantes de la Santa Cueva son la tumba de Don Pelayo, encajada en la pared lateral derecha. Y la pequeña capilla neorrománica en la que se visita y venera a la Virgen de Covadonga, llamada cariñosamente “La Santina” por los asturianos.
Según cuenta la tradición, precisamente en este lugar es donde se refugiaron Don Pelayo y sus hombres durante la Batalla de Covadonga, y la Virgen les ayudó a vencer a los musulmanes haciendo que las flechas y piedras que les lanzaban se volvieran contra ellos mismos. A ambos lados de la Virgen de Covadonga se pueden ver unas lámparas de estilo visigodo que son una réplica de la corona de Recesvinto que forma parte del tesoro de Guarrazar en Toledo.
La salida de la Santa Cueva se realiza por las llamadas escaleras del perdón o escaleras de las promesas, con 105 escalones. También puedes hacer la entrada por las escaleras y la salida por el túnel, pero creo que es más espectacular hacerlo al revés.
El Pozón
Desde la capilla de la Santina se contempla un estanque natural que está situado bajo la Santa Cueva y que es conocido como El Pozón. Capta toda la atención durante todo el descenso por las escaleras del perdón. La panorámica es muy bonita, y más aún lo es al llegar abajo.
Desde abajo es verdaderamente maravilloso ver la imagen del estanque y la capilla de la Santa Cueva. Y en época de lluvias o deshielo lo es aún más, cuando al fondo del estanque cae una gran cascada en forma de cola de caballo. Durante nuestra visita en julio apenas caían unos hilillos de agua.
Las aguas de este estanque más abajo se unen al río Reinazo, dando origen al río Covadonga.
Fuente de los Siete Caños
Al fondo del estanque a la izquierda, debajo de la Santa Cueva y muy cerca de donde cae la cascada, está la Fuente de los Siete Caños. En la anterior foto puedes ver un reguero de gente que llega hasta ella a través de un sendero de piedra que bordea el estanque.
La Fuente de los Siete Caños tiene forma de copa de la que caen siete pequeños chorros de agua, que se dice pueden hacer referencia a los siete Sacramentos. También se la conoce con el nombre de «Fuente del Matrimonio«, por esta leyenda de amor que reza una antigua copla del folklore asturiano: “La Virgen de Covadonga tiene una fuente muy clara, la niña que de ella beba dentro del año se casa”.
Colegiata de San Fernando
Junto a la Santa Cueva y El Pozón encontramos el edificio de la Colegiata de San Fernando, construido en el siglo XVII y que es el edificio más antiguo del Santuario de Covadonga. Con fachada de color amarilo, tiene una planta rectangular distribuida en torno a un patio y una torre cuadrada en una de sus esquinas.
Un gran fuente con canapé adorna el patio de entrada. Como curiosidad, desde el claustro de la Colegiata se accedía antiguamente a la Cueva antes de construirse las escaleras del perdón.
Parque del Príncipe
El Parque del Príncipe es un exquisito pulmón y remanso de paz en el corazón de Covadonga para caminar y relajarse, que puede presumir de tener la frondosidad propia del bosque atlántico. Por él pasa el río Covadonga y caminando por él puedes encontrar preciosos puentes de madera y fuentes.
La Fuente del león
Entre las fuentes del Parque del Príncipe destaca la Fuente del león, una fuente monumental de piedra del año 1896. En su parte central destaca una cabeza de león en hierro de donde mana el fino chorro de agua que cae a la base de piedra rectangular.
Los leones
Son dos leones en mármol de Carrara que custodian la entrada del santuario desde 1964, situados a ambos márgenes de la carretera. Son una réplica de los leones que Antonio Cánova esculpió para la tumba del Papa Clemente XIII que se encuentra en la Basílica de San Pedro del Vaticano.
Obelisco
Para recordar la hazaya de Don Pelayo se instaló en el siglo XIX un obelisco, justo situado en el lugar donde Don Pelayo se proclamó rey, llamado ‘El Repelao’. En el obelisco destaca la Cruz de la Victoria.
