Teleférico de vértigo en la isla de Lantau
El teleférico a la isla de Lantau es una de las visitas que siempre recordaré del viaje a Hong Kong. Por un lado por el miedo que pasé, y por otro por las vistas espectaculares de las que pude disfrutar. Una mezcla de diversión y pavor convirtió esta experiencia en inolvidable.
Ngong Ping 360: el teleférico de la isla de Lantau
Cómo llegar al teleférico Ngong Ping
Para llegar al punto de inicio del teleférico puedes tomar cualquiera de los autobuses con destino Tung Chung, o bien el metro hasta la estación también llamada Tung Chung. Te dejará en una estación con mucha circulación de autobuses, y al salir de ella se reconocen muy fácilmente las escaleras de acceso al teleférico.
Escaleras de acceso al teleférico Ngong Ping 360
Precio del teleférico Ngong Ping
El nombre exacto del teleférico es Ngong Ping 360, porque sus cabinas permiten disfrutar de vistas a 360 grados. Hay dos tipos de cabinas:
- Cabina estándar: el trayecto de ida y vuelta sale a 185 dólares hongkoneses por persona, unos 23 euros.
- Cabina de cristal: el trayecto de ida y vuelta sale a 255 dólares hongkoneses por persona, unos 32 euros. Su particularidad es que el suelo es de cristal.
Trayecto del teleférico Ngong Ping
Este teleférico hongkonés une Tung Chung con la plaza Ngong Ping. Recorre un total de 5700 metros en 25 minutos. El mayor interés de llegar a Ngong Ping es visitar el templo budista Po Lin y el Gran Buda de Lantau, una de las visitas imprescindibles de Hong Kong.
Nuestra subida al teleférico de Ngong Ping
Nosotros íbamos dispuestos a comprar el ticket de la cabina de cristal, pero como había tantísima diferencia de precio, al final elegimos la estándar, que ya de por sí era bastante cara. Además tuvimos un problema a la hora de pagar, ya que después de esperar cola nos dijeron que no funcionaba el pago con tarjeta de crédito, y como no nos quedaba tanto efectivo, tuvimos que buscar una oficina de cambio en Tung Chung, y volver a hacer cola. Perdimos un tiempo valiosísimo.
Viaje de ida: ascenso de Tung Chung a Ngong Ping
Estábamos algo nerviosos y a la vez con muchas ganas de vivir esta experiencia. Esperamos muy poco para subir, y además tuvimos suerte de ir solos en una cabina, imaginamos porque era una de las últimas salidas de la tarde, y había mucha más gente de bajada que de subida. El fotógrafo que estaba esperando junto a las cabinas nos hizo una foto nada más subir, que nos estaba esperando a nuestra llegada a Ngong Ping a un precio desorbitado.
El primer tramo transcurrió bastante tranquilo, y nos permitió disfrutar de unas vistas increíbles de la bahía y del aeropuerto de Hong Kong. Nos habría encantado ver desde las alturas la península Kowloon y la isla de Hong Kong, pero no son visibles desde este teleférico.
Primer tramo del teleférico de Ngong Ping
Enseguida empezamos a sentir la verticalidad del ascenso para salvar todo el terreno montañoso que forma esta isla de Lantau, y la verdad que empecé a sentir algo de vértigo. Pero lo peor estaba por llegar…
Cuando empezamos a coger altura, comenzó un viento que daba unos meneos a la cabina… ¡uuff! Yo iba taquicárdica perdida, y se me hizo eterno. Además cuando subimos al teleférico no habíamos preguntado por la duración para que fuese sorpresa, y desde luego que lo fue. Cada vez que veía una torre de teleférico a lo lejos pensaba que sería la última, pero había otra torre, y otra montaña, y otra, y otra… no recuerdo cuántas torres pasamos, pero fueron muchas. En estos momentos agradecí ir en una cabina normal, porque si encima el suelo hubiese sido de cristal…
Nos dio muchísima alegría al ver la figura del Gran Buda, porque imaginábamos ya estaríamos cerca. Desde aquí quedaron sólo cinco minutos, que además nos dieron un respiro al transcurrir con algo menos de viento.
Gran Buda de Lantau desde teleférico Ngong Ping
El trayecto que no sé por qué había imaginado más corto, se convirtió al final en un vertiginoso recorrido de 25 minutos que se me hicieron larguísimos, aunque he de reconocer que fue una descarga de adrenalina tremenda, y nada más bajar de la cabina ya la echábamos de menos, ¡había sido impresionante!
Viaje de vuelta: descenso de Ngong Ping a Tung Chung
Salida del teleférico Ngong Ping
En Ngong Ping nos habría gustado tomar el autobús al pueblo pesquero de Tai O, pero no nos daba el tiempo. Así que visitamos el Gran Buda de Lantau y emprendimos viaje de vuelta. El descenso en teleférico transcurrió de idéntica manera, con la diferencia de que íbamos acompañados de dos parejas más, y yo en particular lo disfruté más porque iba algo más relajada. Me dio la sensación de que era el mismo viento, pero que la cabina se movía algo menos. Seguramente el mayor peso de la cabina tuvo mucho que ver.
Las vistas a la bajada fueron igual de espectaculares, y además pudimos ver el sol minutos antes de desaparecer, entre este cielo de Hong Kong que parece estar siempre así de grisáceo.
Bajamos del teleférico eufóricos, reconociendo que había sido una pasada, y tomando la decisión de que la próxima vez que pisemos Hong Kong, volveremos a este teleférico, y además seremos valientes y reservaremos una cabina de cristal.