Navegar en barco de vela en el puerto de Valencia

Navegar en barco de vela era uno de esos sueños que tenía ganas de cumplir y no sabía si alguna vez cumpliría. El desconocimiento me hacía dudar de si alguna vez tendría el valor de realizarlo, y también la falta de compañía atrevida que tuviese ganas de lanzarse conmigo a esta pequeña aventura. Pero hace tres semanas este sueño se me presentó y tuve la oportunidad de navegar en un barco de vela en el puerto de Valencia. Fue un día maravilloso en el que disfruté muchísimo y espero con este artículo ser capaz de transmitir, si no todas, al menos muchas de las emociones que sentí.

Navegar en barco de vela - Nuestros barcos de vela
Nuestros barcos de vela

Dos días en Valencia. Objetivo: navegar en barco de vela

Día 1: llegada a Valencia

El día de antes viajé en Ave a Valencia junto a otros compañeros de trabajo, porque sí, esta oportunidad me la dio mi empresa dentro de un programa de transformación del liderazgo. Teníamos la opción de viajar en el mismo día con el primer Ave de la mañana, pero la mayoría preferimos viajar el día de antes y así estar más descansados para la jornada en barco de vela.

Al llegar a Valencia algunos nos fuimos a nuestro hotel y otros a casa de familiares. En mi caso había reservado el hotel Sol Playa, un hotel dos estrellas de ambiente playero, entre restaurantes y otros hoteles a escasos metros de la playa. Lo mejor del hotel es su ubicación junto a la playa de las Arenas y el puerto de Valencia, hasta el punto de que diría que es uno de los mejores hoteles para ir a las playas de Valencia. Estaba bastante bien de precio ya que me costó 50 euros, eso sí reservando con varios meses de antelación, porque después fue subiendo de precio y el último día ya se había puesto a 100 euros.

En el hotel me dio tiempo a trabajar y después disfrutar de la playa de Valencia. Como estaba algo nublado me confié y no me eché suficiente protección, algo que nunca se debe hacer y que en realidad nunca hago. No sé bien por qué me confié y terminé roja como un cangrejo en algunas partes de mi cuerpo. Aunque no me importó porque disfruté muchísimo la tarde, y eso que me resultó extraño estar en la playa yo sola.

Playa de las Arenas de Valencia
Playa de las Arenas de Valencia

Por la noche quedé a cenar con mis compañeros en el Restaurante Císcar en el centro de Valencia y tras la cena fuimos a pie a tomar copas al Mercado Colón, un mercado antiguo reconvertido en centro comercial. Estaba iluminado, muy bonito y además me gustó muchísimo su ambiente nocturno. Aunque había ganas de quedarse hasta altas horas, fuimos moderados por todo lo que nos venía al día siguiente y pasadas las 2 de la mañana nos recogimos, todos menos algunos más fiesteros que estuvieron hasta casi las 5.

Día 2: navegación en barco de vela

Por fin el día había llegado. Las semanas anteriores había tenido algunos nervios pensando en cómo iría el día. Si sería peligroso, si me marearía, si vomitaría… Pero este día parecía que todos mis temores habían desaparecido y sólo sentía emoción y muchísimas ganas de comenzar la actividad.

Fui a pie hasta el puerto porque mi hotel estaba a tan sólo cinco minutos y a mitad de camino empezó a llover. Fue muy cómico porque como era tan poquito trayecto, continué caminando haciendo caso omiso de la lluvia, sólo pensando en llegar a destino, y al final me tuve que parar en unas casetas para ponerme el chubasquero estando a sólo un minuto del punto de encuentro. Al final llegué empapada, menos mal que no hacía frío.

Cuando llegaron todos mis compañeros ya empezamos la jornada de navegación, primero con algo de teoría para aprender unas nociones básicas de navegación y las partes de un barco de vela. Tras la teoría nos organizamos en tres equipos, cada uno con un instructor, y ya partimos hacia el barco de vela.

Navegar en barco de vela - Regata
Regata en barco de vela

Subimos a nuestro barco de vela

Yo formaba parte del Alfa team junto a otros seis compañeros y nuestro instructor, Vicente. Subimos al barco de vela y todo fue ilusión y emoción. El barco era más grande de lo que habíamos imaginado, la botavara no era de las que te pueden golpear la cabeza y la parte interior era muy completa con un saloncito, cocina, baños y habitaciones. El barco me pareció espectacular y no podía parar de hacer fotos por todas partes.

Navegar en barco de vela - Dentro del Alfa Team
Dentro del Alfa Team

Primera prueba: gymkhana

Enseguida tuvimos que organizarnos para comenzar con la primera prueba: una gymkhana por el puerto de Valencia. Debido a la lluvia, viento y olas, hubo que replanificar la gymkhana de la mañana para hacerla en mar interior en lugar de mar abierto. Nos dio pena al principio porque teníamos ganas de salir a lo grande, pero para iniciarnos no estuvo nada mal.

La prueba consistía en llegar a diferentes puntos del puerto de Valencia, atracar y llegar hasta unas coordenadas exactas donde debíamos realizarnos una foto. Además cada hito tenía una puntuación diferente en función de la complejidad, así que antes de comenzar trabajamos una estrategia. Tuvimos suerte y además lo trabajamos mucho y muy bien. Fuimos muy rápidos, muy originales, y además cada vez que atracábamos corríamos muchísimo hasta el punto donde debíamos hacernos la foto.

Todo esto dio como resultado que finalizamos esta prueba con la mejor puntuación, y sobre todo muy orgullosos porque realizamos un trabajo en equipo fabuloso. Y algo que me sorprendió muchísimo es que la primera vez que subí al barco lo hice muy temerosa, y después de atracar, subir y bajar varias veces, perdí el miedo y me sentía como si llevase haciéndolo toda la vida.

Eso sí, terminamos agotados de tanto correr, hasta el punto de no recordar haber corrido tanto desde que estaba en el instituto. Agradecimos el descanso tras la gymkhana y la deliciosa comida del Restaurante Dos Lunas Beach donde degustamos unos entrantes fabulosos, una fideuá y paella de marisco espectaculares, y un surtido de postres de escándalo.

Navegar en barco de vela - Atando cabos junto al instructor
Atando cabos junto al instructor

Segunda prueba: regatas

Por la tarde por fin salimos a mar abierto. Cuando salimos por la bocana del puerto la sensación fue espectacular, principalmente por sentir el barco navegando sobre las olas, el viento y todo el movimiento. He de confesar que la primera vez que el barco saltó sobre las olas me dio un vuelco el corazón, aunque fue muy instantáneo y enseguida se me fue el susto y comencé a disfrutar de lo espectacular del momento. Tuvimos unos primeros minutos de reconocimiento del terreno y práctica de virajes, y después iniciamos la regata.

La regata consistía en llegar hasta una boya y regresar a la línea de meta. Me pareció increíble poder estar navegando 7 personas que no sabíamos nada de navegación con un solo instructor, y que fuésemos capaces de navegar e incluso de ir hacia donde nos proponíamos. Lo que me resultó más complicado es estar situado en la línea de salida cuando comenzaba la cuenta atrás. Porque si te acercas mucho te pasas porque el barco no se queda nunca quieto, y si te quedas muy atrás sales tarde y te toman ventaja los otros barcos.

Regata en barco de vela
Regata en barco de vela

Me sorprendió que para llegar hasta la boya no se va recto, sino que en algún momento incluso parece que te vas alejando cada vez más, porque vas buscando las corrientes de aire. Y después los virajes no se nos dieron siempre bien. Algunas veces no conseguíamos que el timón y los winches fuesen bien sincronizados, y a pesar del gran trabajo de mis compañeros encargados de esas tareas, a veces el barco se nos quedaba totalmente parado. Por este motivo fue que perdimos la regata, ya que se nos dio bastante bien y tuvimos verdaderas posibilidades de ganar, pero al final quedamos segundos en la primera y terceros en la segunda.

Nos quedamos con ganas de una tercera regata para tomarnos la revancha, pero no hubo tiempo de más. Tuvimos que regresar a puerto, con la emoción por las nubes y la adrenalina a tope, juntándonos con el resto de compañeros e intercambiando entre todos impresiones. A todos nos había encantado la regata, excepto a una persona que se mareó y lo pasó algo mal. Antes de partir tuvimos un picoteo y ya regresamos a la estación de tren de Valencia para tomar el último tren del día con dirección de vuelta a Madrid, todos eufóricos compartiendo impresiones y con muchísimas ganas de repetir.

Yo también estaba emocionadísima y sobre todo muy feliz porque no me había mareado.
A partir de este día sueño con volver a navegar en un barco de vela, ya sea en Valencia, Alicante o Cádiz. ¿Cuándo se repetirá?

Los otros barcos de la regata
Los otros barcos de la regata

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wircky

Me llamo Cristina. Me apasiona la fotografía, viajar y escribir, así que en 2014 decidí combinar mis 3 aficiones, y surgió Los viajes de Wircky.

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