Mis impresiones de Islandia
Paisaje en Árborg cerca de Selfoss
Acabo de partir de Islandia y ya la echo de menos. Ahora que finaliza mi viaje, y estoy en el avión de vuelta, puedo hacer un resumen de mis impresiones de Islandia. Es un país que nos ha sorprendido y cautivado desde el minuto cero, cuando aterrizamos a medianoche en el aeropuerto internacional, que para gran sorpresa no se encuentra en Reikiavik, sino en Keflavik, a 47 kilómetros al sur de la capital islandesa.
Al bajar del avión nos encontramos con un aeropuerto abarrotado que parece no dormir durante los meses de verano. Me gustaron las sensaciones. Al salir del aeropuerto, llovía y hacía un frío tremendo a pesar de estar en verano, comienzos de julio. Y lo más sorprendente de todo, eran las doce de la noche y teníamos una noche iluminada, con crepúsculo civil, que no es exactamente sol de medianoche.
Los primeros días recorrimos paisajes tan impresionantes que parecía increíble que pudiesen existir. Pronto llegué a la conclusión de que era el país más bonito que había conocido, teniendo en cuenta que me queda mucho mundo por conocer, de momento sólo conozco 24 países. Igualmente me parece difícil encontrar otro país con una naturaleza igual de sorprendente.
Para mí Islandia es el país de las cascadas. Mires donde mires aparece una cascada, y cada una más sorprendente a la anterior. Pero Islandia no sólo son cascadas, sino también cataratas, glaciares, volcanes, géiseres, fumarolas, lagos, lagunas glaciares, playas negras, fiordos, atardeceres de ensueño. Tiene tal variedad de fenómenos naturales que me resultaría complicado elegir mi favorito entre todos ellos. Quizás por quedarme con algo, me quedaría con una región, con toda la zona sur entre la cascada Seljalandfoss y Höfn, que nos maravilló tanto que incluso lo repetimos el penúltimo día.
Recorriendo el país puedes disfrutar de los contrastes tan increíbles, con regiones extensas de lava cubierta de musgo, que dan paso a regiones desérticas arenosas, en las que puedes recorrer kilómetros y kilómetros y no sabes qué aparecerá más adelante.
Hay tantísimo para ver en este país, que parece imposible cansarse de él. Después de 12 días y 3500 kilómetros en coche recorriendo la isla, tengo claro que ya quiero volver para recorrer algunas regiones que nos quedaron pendientes en este viaje, y volver a disfrutar de aquellas que tanto me impactaron y no pude ver con tanta calma. Hasta pronto Islandia.