Intento fallido de baño en Ponta da Ferraria
Ponta da Ferraria desde Miradouro da Ilha Sabrina (Mirador de la Isla Sabrina)
Abandonamos Sete Cidades con la idea de ir a pegarnos un baño en el mar, en Ponta da Ferraria. Recordamos que estamos en el Océano Atlántico, en diciembre y hace muchísimo viento y frío. No es que nos hayamos vuelto locos ni que seamos chicarrones del norte, sino que Ponta da Ferraria tiene truco. Tiene una piscina natural de aguas termales que se mezcla con el agua del mar.
Cuando baja la marea, tenemos el agua a una alta temperatura. El problema de esta piscina es que cuando sube la marea se cubren las aguas termales con el agua del mar. Esto en verano hasta se agradece, pero en invierno no hay quien se acerque a ese agua. Todo pintaba que tendríamos un intento fallido de baño en Ponta da Ferraria.
Dejando Mosteiros en el camino a la derecha a lo lejos, que visitaríamos más tarde, en apenas 15 minutos llegamos a Ponta da Ferraria. En concreto aparecimos en el mirador llamado Miradouro da Ilha Sabrina (Mirador de la Isla Sabrina).
Desde el mirador nos encontramos ante un promontorio con rocas de color muy negro en el que las olas golpeaban fuertemente. El color negro se debe a que está formado por rocas de lava. También se veía una piscina que no es la piscina natural que buscábamos, unas casetas y una especie de escalones hacia el océano. Una carretera descendía a Ponta da Ferraria desde el mirador. Así que tras disfrutar de las vistas, descendimos con el coche hasta el aparcamiento de Ponta da Ferraria.
Al bajar del coche nos encontramos un campo repleto de innumerables rocas de lava y un viento que soplaba fortísimo. El camino hasta la piscina natural fue menos de 5 minutos, aunque se nos hizo más largo y difícil por el viento en contra, imposible, hasta tal punto que pedacitos de roca de lava nos cegaban los ojos.
Antes de bajar a la piscina natural, se tienen unas casetas para los vestuarios. La zona de aguas termales es una pequeña caldera que se diferencia porque tiene las típicas escaleras de las piscinas para acceder al agua. Nos resultó curiosísimo.
Como imaginábamos, fue imposible bañarnos. La marea estaba alta y había unas olas increíbles que llegaban a cubrir la piscina. Pensamos en volver más tarde cuando la marea hubiese bajado, pero la verdad que con el mal tiempo que hacía nos dio muchísima pereza y al final nos fuimos de la Isla de Sao Miguel sin vivir esta experiencia. Así que tenemos que volver al menos para bañarnos en las aguas termales de Ponta da Ferraria.
Piscina natural en Ponta da Ferraria
Para que os hagais una idea de cómo es la piscina natural cuando la marea está baja y no hay olas, os pego una imagen de uno de los carteles de Ponta da Ferraria. Se ve perfectamente la unión con el mar. Nada que ver con lo que nosotros encontramos, ¿verdad?