Grecia día 5: De Delfos a Osios Lukas y Kalambaka
Después de la visita al museo arqueológico hoy continuábamos el recorrido por Delfos visitando su sitio arqueológico, de ahí partiríamos al monasterio de Osios Lukas para terminar la noche en la ciudad de Kalambaka.
Sitio arqueológico de Delfos
En las afueras de la ciudad de Delfos (Delphi) encontrábamos las ruinas arqueológicas de esta antigua ciudad, a los pies del monte Parnaso y declaradas Patrimonio de la Humanidad. Comparadas con Olimpia que habíamos conocido el día anterior este sitio arqueológico me gustó muchísimo más por estar bastante mejor conservado y sobre todo por estar construído en la ladera de la montaña, parecía tener mucho más encanto. En la parte sur teníamos el magnífico tholos del Santuario de Atenea Pronaia, el oráculo más famoso de la antigüedad y el Gimnasio. Un tholos es una construcción de forma circular.
Tholos en el Santuario de Atenea Pronaia de Delfos
Gimnasio del Santuario de Atenea Pronaia
En la mitología griega Delfos era un sitio importante para la adoración del dios Apolo y también era venerado en todo el mundo griego porque se consideraba a Delfos el centro del universo. Éstos son los restos del Templo de Apolo.
El Tesoro de los Atenienses fue construido para conmemorar su victoria en la batalla de Maratón y ofrecido por Atenas a la ciudad de Delfos y fue el primero en aparecer durante las excavaciones de Delfos en 1893.
El teatro sin llegar a ser ni por tamaño ni por cualidades como el de Epidauro, era magnífico.
Aunque hoy día no son tan conocidos como los juegos de Olimpia en Delfos también se celebraban juegos cada cuatro años, los Juegos Píticos (Pythis), uno de los Juegos Panhelénicos. Estos juegos de Delfos tenían carácter poético y se celebraban en honor a Apolo y las Musas.
El estadio me pareció espectacular, con esas gradas que tanto eché de menos en Olimpia e incluso aún se podían ver los grabados en las piedras de línea de salida de los atletas. Cerca del estadio también hay restos del hipódromo y del gimnasio.
En la salida de Delfos pudimos ver algunas grutas que aparecían en el monte Parnaso. Continuamos el camino pasando por el bonito pueblo de montaña de Arachova hasta llegar al Monasterio de Osios Lukas.
Monasterio de Osios Lukas
A los 40 minutos llegábamos al Monasterio de Osios Lukas (Hosios Loukás) uno de los monasterios bizantinos más bonitos de Grecia. Está dedicado a San Lucas, su fundador, cuyos restos se pueden ver en su cripta. El recinto que ocupa este edificio medieval es bastante grande porque no sólo es un monasterio, también tiene una iglesia, caballerizas y antiguas casas donde vivía la gente que ayudaba a los monjes.
La belleza del monasterio reside en su decoración con pisos de mármol, jaspe y pórfido, sus pinturas y sobre todo sus magníficos mosaicos tan característicos sobre fondo dorado del siglo XI y el fresco del Pantocrátor.
Frescos iglesia bizantina Kaholikon
Fresco del Pantocrátor en iglesia Katholikon
Kalambaka
A partir del Monasterio de Osios Lukas realizamos camino directo hacia el norte durante 4 horas para llegar a Kalambaka. Tan sólo paramos a mitad de camino a comer en Lamía. El trayecto se hizo un poco pesado y tan sólo vimos de pasada algunos monumentos militares y esta escultura llamada león de Gerania.
Al por fin entrar en Kalambaka nos encontramos con esta increíble imagen de las montañas al fondo de la ciudad, las montañas de Meteora. Aún tuvimos tiempo antes de cenar de pasear por las calles de Kalambaka que estaban llenas de tiendas de souvenirs y sí, aprovechamos para comprar algunos regalos para la familia. Nos fuimos a cenar al hotel y con muchas ganas nos acostamos pensando en la visita que haríamos al día siguiente que no sabíamos por qué pero nos daba que nos iba a encantar.