Día 3: Jaraba, Ateca y Castejón de las Armas
El tercer día en Castejón de las Armas lo habíamos planificado para pasarlo en la localidad de Jaraba, a 23 kilómetros. La idea era por la mañana visitar el pueblo y su famoso cañón, y por la tarde ir a alguno de sus balnearios. Sin embargo según fueron sucediendo los acontecimientos al final nos provocó un cambio casi total de planes.
A las 11:30 salíamos de la casa rural. La temperatura había bajado muchísimo en el día de hoy, estábamos a sólo 8 grados. Como ayer no nos dio tiempo a visitar el monasterio cisterciense del Monasterio de Piedra, nos había quedado como visita pendiente para hoy. Así que antes de ir a Jaraba pasaríamos por él.
Hacemos el mismo camino de ayer por el valle repleto de almendros. Paramos a fotografiar algunos aunque no podemos parar con el coche en la zona con los almendros más florecidos. Volvimos a pasar por la presa aunque esta vez no paramos. Sí hicimos una parada más adelante en un mirador del Embalse de la Tranquera.
A las 12:20 llegamos al Monasterio de Piedra. Conforme entramos con el coche en el recinto nos alegramos aún más de haber visitado el parque natural el día anterior porque hoy está repleto de coches y con tantísima gente no se visitan las cosas igual.
La visita al monasterio cisterciense que inicialmente nos decían duraba 20 minutos nos llevó una hora. Lo recorrimos con bastante tranquilidad y aparte de fotos hicimos vídeos. Debo decir que aunque hay partes que dan mucha pena porque están en ruinas y quemadas, la verdad que el monasterio me ha parecido espectacular, y aunque es una pena lo estropeado que está, también le da un cierto encanto fantasmagórico.
A las 13:40 salimos del monasterio rumbo a Jaraba por la A-202. Al poco de tomar la carretera nos han parado unas personas en la carretera para darnos un folleto de un restaurante diciendo que si mostrábamos el papel nos regalaban unas migas. Hoy no teníamos previsto comer en Nuévalos así que continuamos. Bajando hacia Nuévalos la montaña a la derecha sobre el Embalse de la Tranquera hoy tiene unas tonalidades que me maravillan. Al llegar a la A-1501 tomamos el desvío a la izquierda hacia Jaraba.
A partir de aquí el camino era nuevo. Durante los primeros kilómetros continuamos bordeando el embalse que nos da unos paisajes espectaculares. Pasamos por Ibdes, donde destaca una iglesia en alto y además vemos que se anuncia la Gruta de las maravillas. Nos suena muchísimo esta gruta, pero no la de aquí sino la de Aracena. Aún así nos desviamos para ver qué se puede ver. La gruta está cerrada así que reemprendemos el viaje hasta Jaraba donde llegamos a las 14:15.
Teníamos pensado comer en Jaraba. Recorrimos varias veces el pueblo y sólo encontramos 2 bares cerrados y uno que parecía estar abierto aunque algo raro porque estaba en un segundo piso. Resultó ser el bar del ayuntamiento y sólo había jubilados. Aún así también servían platos combinados así que aunque en un entorno raro, al menos pudimos comer.
Después de comer dimos un paseo por el pueblo y nos acercamos hasta el Balneario Serón. No aceptaban a gente que no estuviese alojada en el hotel, así que cogimos el coche y nos fuimos a ver el cañón entre Jaraba y Calmarza. El cañón seguía las hoces del curso del río Mesa. La verdad que es impresionante sobre todo en las partes más estrechas con paredes de hasta 100 metros. A mitad de camino paramos para ver el Santuario de la Virgen de Jaraba. Pudimos subir hasta él pero no entrar. Al llegar a Calmarza dimos la vuelta y vinimos grabando un video del trayecto por el cañón, veremos cómo de movido queda…
Paramos también en el Balneario Sicilia de Jaraba, no llegamos a quedarnos porque aunque no estaba mal de precio tenía demasiada gente y no iba a ser el lugar de relajación que se supone es un balneario. Así que al final decidimos irnos para casa. Antes de llegar a la casa rural nos desviamos hasta Ateca para hacer algunas fotos sobre todo de las torres mudéjares que nos habían llamado la atención el primer día.
Al llegar a la casa rural salimos a dar un tranquilo paseo por Castejón de las Armas. Cuando ya era de noche además subimos por unas calles estrechas y llenas de gatos hasta la ermita y ya reemprendimos la bajada. Había sido un día intenso, estábamos cansados y teníamos agujetas en los gemelos, así que cenamos de nuevo en la casa rural, esta vez ensalada con salsa césar y a dormir.
De pequeño estuve mucho por esta zona y tengo varios amigos de Ateca, me ha traído recuerdos tu post, gracias. Saludos viajeros.
Muchas gracias Raúl por comentar. Me alegro que te traiga recuerdos. Yo no lo conocía y me ha encantado. Tengo pendiente subir las fotos de Ateca… Saludos viajeros!!