Boca do Inferno, el lugar donde grita el demonio
No imagino una visita a Cascais sin acercarme a su Boca do Inferno, y aunque en castellano significa como se aventura «Boca del infierno«, su visita no resulta para nada infernal, sino todo lo contrario, con un deleite visual y lugar idóneo para ver atardecer.
Llegar hasta allí a pie es muy fácil desde el centro de Cascais, simplemente tomando el camino que bordea el mar en dirección oeste lo encontrarás en menos de 20 minutos. Durante el paseo además puedes ir disfrutando de algunos de los edificios más pintorescos de Cascais, como son la ciudadela, la casa Santa María e incluso el faro, todos ellos a orillas del Océano atlántico. Al final del camino llegamos a un saliente en el mar con un mirador que ofrece vistas impresionantes de los acantilados.
Acantilados de la Boca do Inferno
Entre estos acantilados destaca la Boca do inferno, un agujero formado por la erosión del oleaje tan fuerte que golpea esta zona, que junto a las lluvias han generado cuevas y cavidades en el interior de las rocas calizas. Cuenta la leyenda que un hechicero provocó la creación de este agujero para tragarse a dos enamorados.
En días con mar en calma puedes disfrutar de la vista de la gruta, observar sus cavidades y el agua que es tan clara y verdosa. Siempre que he ido el viento en esta zona soplaba fortísimo, incluso con mar tranquilo.
Gruta de la Boca do Inferno con mar en calma
Y en días con mar bravío, la gruta se cubre de la espuma del mar cuando las olas entran por la Boca do Inferno y producen un ruido ensordecedor. Estos días de fuerte oleaje cuentan que es posible oír al demonio gritar enfurecido desde las profundidades. ¡Qué miedo, no! Aunque por ver este espectáculo merece la pena tentar este «infierno», ¿verdad?