Ruta por Sagunto: tras sus huellas íberas, romanas y judías
Hacía años que deseaba conocer Sagunto, una ciudad por la que sentí gran pasión tras leer la trilogía de Santiago Posteguillo sobre Escipión el Africano. A través de sus líneas viví el asedio de los cartagineses, y creció en mí la curiosidad de conocer este lugar, que tan bien había descrito el autor. Y aunque no soy muy dada a extenderme en la historia de las ciudades, en este caso voy a hacer una excepción, ya que Sagunto tiene un pasado tan apasionante, que hay que contarlo.
Historia de Sagunto
La civilización íbera fundó esta ciudad en el siglo VI a.C., con el nombre de Arse. A orillas del río Palancia, esta ciudad moderna logró gran poder económico, comercializaron con fenicios y griegos, y llegaron a acuñar su propia moneda. Tenían Senado y todos los edificios públicos y religiosos de una ciudad moderna de hace 2500 años.
Vista de Sagunto desde el castillo
Su esplendor duró hasta el año 219 a.C. en que fue asediada por los cartagineses al mando de Aníbal Barca. Su situación estratégica en el Mediterráneo la convirtió en un blanco deseado. El asedio duró ocho meses y su caída marcó el inicio de la Segunda Guerra Púnica entre Roma y Cartago. Cuando sintieron que iban a caer, se inmolaron para no ser sometidos, y al entrar Aníbal en la ciudad y comprobar que había quedado reducida a cenizas, destrozó todo lo que quedaba en pie excepto el templo de Diana.
Tras siete años de contiendas en varios territorios, Roma, al mando de Escipión el Africano, logró vencer a las tropas cartaginesas, y con ello la ciudad fue recuperada y devuelta a los íberos, aunque se fue transformando poco a poco en hispanorromana, incluyendo un cambio de nombre. Los romanos la renombraron Saguntum, pasó a ser administrada como municipio romano, acuñaron moneda íbera y romana, construyeron un gran circo en la parte baja de la ciudad, un teatro con capacidad para 4.000 espectadores en la parte alta, un acueducto por la ladera del monte y hay indicios de que también pudo haber un anfiteatro.
Tras la caída del Imperio romano de Occidente en el año 476, la ciudad fue nuevamente atacada y casi destruida por los pueblos germánicos del norte del imperio. Durante la Edad Media los árabes tomaron la ciudad en el año 713, y la llamaron Morbyter, que derivó en Murviedro en castellano y Murvedre en valenciano, haciendo referencia a los «muros viejos».
Con la invasión árabe se inició la decadencia de Murviedro en favor de la Taifa de Valencia, llamada entonces Balansiya. Y en 1239 fue conquistada por Jaime I el Conquistador, rey de la Corona de Aragón. Tras la reconquista, Murviedro tuvo una destacada judería, ya que en la ciudad de Valencia estaba prohibida la presencia de judíos.
Durante la Guerra de la Independencia Española, la ciudad fue tomada por los franceses, y una vez recuperada, se decidió recuperar el nombre romano adaptado a los cánones de la época. Fue así como en 1868 pasó a denominarse Sagunto. Pocos años más tarde, en 1874, se produjo en Sagunto el pronunciamiento militar encabezado por el general Martínez Campos, que dio fin a la I República y originó el periodo de la Historia de España conocida como Restauración borbónica.
De la época moderna de Sagunto cabe destacar la figura del ilustre músico Joaquín Rodrigo, autor del «Concierto de Aranjuez».
Ruta por Sagunto a través de sus lugares más históricos
Plaza Mayor
Un buen punto de partida para iniciar una ruta por Sagunto es la plaza principal de la ciudad. Ya en la Edad Media fue su centro comercial y cultural, donde se celebraba el mercado medieval, y hoy día aquí se siguen celebrando los actos más importantes. En mi caso encontré la plaza preparada para el inicio de la Semana Santa.
La Plaza Mayor es porticada y con forma rectangular. Además de los soportales, conserva fustes de columna de la que fuera plaza pública romana y la puerta del Almudín, donde antiguamente se depositaba el trigo para el abasto de la población. En el perímetro de la plaza se encuentra una de las puertas de la Iglesia de Santa María, Monumento Nacional de estilo gótico ojival valenciano, y cuya construcción duró desde el siglo XIV al XVIII.
Plaza Mayor de Sagunto con Iglesia de Santa María
Restos del Templo de Diana
Me daba muchísima curiosidad este templo que tiene el honor de ser el único edificio que había quedado en pie tras el asedio de los cartagineses. Aníbal Barca decidió salvarlo de la destrucción por estar consagrado a la diosa Diana, que era la diosa de la caza, protectora de la naturaleza y la Luna. Así que en cierta manera debemos a Aníbal que hoy tengamos la posibilidad de contemplar sus restos.
Me habría encantado conocer el templo completo, pero en la actualidad sólo permanece un muro enorme de grandes sillares, de 15 metros de longitud y 4 metros de altura. Su construcción, de los siglos V al IV a.C., lo convierte en uno de los vestigios más antiguos de Sagunto, y fue declarado Monumento Nacional en 1963. En sus alrededores se han encontrado inscripciones que rinden culto a Diana. Para visitarlo debes entrar a la Casa dels Berenguers.
Casa dels Berenguers
Este edificio fue una vivienda señorial en la época medieval, y hoy día acoge el Centro de Recepción de Visitantes y de Interpretación de la ciudad. Además de acceder a él para conocer el muro de los restos del Templo de Diana, en su interior también tienes una exposición muy interesante sobre cultura grecolatina, con vestuario y atrezzo de la tragedia griega, y también un mikvah, que es el baño ritual de la antigua sinagoga, donde los judíos realizaban el baño de purificación.
Exposición de Casa dels Berenguers
Mikvah en Casa dels Berenguers
Museo Histórico de Sagunto
Con este nombre se conoce al museo arqueológico de Sagunto, situado en un edificio histórico que albergó una lonja en el siglo XIV. Expone los hallazgos de las excavaciones arqueológicas tanto de la ciudad como de su comarca, desde época íbera. Una de las piezas más importantes del museo es la escultura en piedra arenisca del “Toro Ibérico”.
Toro Ibérico del Museo Histórico de Sagunto
Judería
Enfrente del Museo Histórico de Sagunto encontramos la judería, a la que puedes acceder desde la calle del Castillo por alguno de los arcos o portales de la judería. El primero que encontramos es un arco estrecho en estilo ojival o apuntado en la plaza de la judería. El siguiente es un arco de medio punto llamado Portalet de la Sang o portal de la sangre. Tras pasar el arco llegamos a la calle de la Sang Vella o Sangre Vieja y comienza un bonito paseo entre casas pintorescas y callejones con encanto.
Portalet de la Sang o Portal de la Judería
Teatro Romano
Tras pasear por la judería, volvemos a tomar la calle del Castillo, y enseguida un imponente edificio llama la atención. Se trata del Teatro Romano, posiblemente el edificio más importante de Sagunto, declarado Monumento Nacional en 1896. En época romana tuvo capacidad para 4 mil espectadores. Se edificó aprovechando la concavidad de la montaña y ofrece unas condiciones acústicas excepcionales. Ver las gradas y el escenario resulta verdaderamente impresionante.
Lo que menos me gusta del teatro es que ha sido restaurado de una manera muy moderna para mi gusto, y quizás hubiera sido más acertado mantener el toque histórico. De hecho resulta espectacular lo que fue excavado y se deja entrever por debajo de la grada moderna. Hoy día se celebran espectáculos en el teatro.
Castillo
Pasado el Teatro Romano continúa la subida por una carretera que da acceso a la fortaleza de Sagunto, declarada Monumento Nacional en 1931. El castillo es muy extenso ocupando todo el largo de la montaña, y marca la fisonomía de Sagunto desde varios kilómetros de distancia. Está dividido en siete plazas, y recorriéndolas resulta increíble imaginar las batallas que sucedieron en este lugar, sobre todo el asedio de los cartagineses al mando de Aníbal.
Museo de la Vía del Pórtico
Para continuar la ruta por Sagunto, tras recorrer el castillo, puedes descender nuevamente al centro histórico de Sagunto hasta el yacimiento arqueológico de la Vía del Pórtico, que muestra una calzada romana de 60 metros de largo, y restos arqueológicos, integrado en un edificio de viviendas, y musealizado para facilitar su visita.
Domus dels Peixos
Una domus o casa de época romana, del siglo II, que te permite conocer cómo eran las viviendas en la antigüedad, y perfecta guinda para finalizar este paseo por la historia de Sagunto.
Hola Cris, la verdad que la restauración, por llamarlo de alguna manera, del teatro de Sagunto, se estudia como ejemplo de chapuza. Nunca se debe intervenir un monumento de esta índole así, dejándolo nuevecito, sino respetando lo anterior y preservándolo del deterioro futuro.
En fin…pifias a parte, no sabía que en Sagunto había tantas cosas para ver. Tomo nota de todas y a ver si me acerco más pronto que tarde.
Un abrazo.
Sí la verdad que la restauración deja mucho que desear. Ojalá algún día lo vuelvan a restauran dejándolo más parecido a su estado original.
Por lo demás, Sagunto tiene muchas cosas para ver sí, seguro que te gusta, y además a ti te pilla muy cerquita.
Un saludo!
Me encantan los pueblos con mucha historia y si tienen ruinas romanas … mucho mejor. Hace tiempo que tengo ganas de visitar Sagunto, pero todavía no he tenido oportunidad… de momento me quedo con tu estupendo post
Muchas gracias. Desde luego Sagunto es un lugar repleto de historia, es lo que más me atrae a mí de esta ciudad. Un saludo!
Justo he pensado lo mismo que tú al ver la foto del teatro, esas gradas están muy nuevas je je je la verdad es que no conozco Sagunto pero por todo lo que cuentas merece la pena y mucho visitarlo, ¡apuntado queda! Me encanta todo lo íbero que queda bien poco en nuestro país. Un abrazo
Siiii, Sagunto merece mucho la pena. Es cierto poco íbero nos queda. Un saludo!
Muy bien artículo.
Me lo guardo para cuando visite el lugar.
Muchas gracias Iván. Ya nos contarás cuando lo visites si te ha gustado Sagunto, ¡seguro que sí! Un saludo!