Túneles Vinh Moc al norte de la Zona Desmilitarizada de Vietnam
Si intento hacer memoria sobre lo que más me impactó del viaje a Vietnam, posiblemente elegiría la visita a los túneles Vinh Moc. Gracias a ellos tuvimos plena conciencia del ingenio, necesidad y horror con el que debió vivir el pueblo vietnamita durante la guerra de Vietnam.
Vinh Moc
Antes de la guerra, la aldea de Vinh Moc era un bonito lugar en el que vivían campesinos y pescadores. Durante la guerra quedó al norte de la Zona DesMilitarizada (DMZ) que separaba el norte y el sur. Tuvo la mala suerte de ser uno de los primeros pueblos de Vietnam del Norte, lo que provocó que se convirtiera en zona de bombardeo estadounidense. Ante las bajas constantes, los habitantes de la aldea se reunieron para buscar soluciones a su difícil situación. O se iban a otra aldea, o se escondían mejor para no ser un blanco tan fácil. Y fue así como idearon una maraña de túneles en los que vivieron soterrados hasta el fin de la guerra.
Algunos datos de los túneles Vinh Moc
Todos los habitantes de Vinh Moc en edad de trabajar participaron en la excavación de los túneles. Lo compatibilizaban con su trabajo diario en el campo o el mar. Fue suficiente con utilizar picos y palas, porque el terreno era arcilloso. A los trece meses finalizó la construcción, y se instalaron allí 60 familias (más de 300 personas) y llegaron a nacer 17 niños. Vivieron allí durante casi cinco años entre 1966 y 1971.
Los túneles se crearon con 13 entradas y una longitud total de 1044,77 metros repartidos en tres niveles. Lo de crear varios niveles fue porque cada vez las bombas americanas llegaban más profundo:
- Primer nivel: 406,34 metros de longitud, de 8 a 11 metros de profundidad. Es donde se encontraban las habitaciones de las familias.
- Segundo nivel: 508,08 metros de longitud, de 11 a 15 metros de profundidad. Se utilizaba como almacén de víveres y armamento.
- Tercer nivel: 130,35 metros de longitud, de 15 a 23 metros de profundidad. Es donde se refugiaban cuando había bombardeos.
La visita a los túneles Vinh Moc
Cuando cruzamos la puerta de acceso no imaginábamos lo que encontraríamos minutos después.
Puerta de entrada a los túneles Vinh Moc
Los primeros pasos transcurrieron entre un agradable bosque selvático. Se caminaba fácilmente ya que había zonas muy densas, pero otras sin vegetación y con un camino marcado.
Enseguida comenzamos a ver las entradas a los túneles. Algunas se han adaptado para permitir las visitas.
Y otras se mantienen en su estado original. No parece muy sencillo entrar por ese pequeño agujero.
Entrada original a los túneles
También unos respiraderos de los túneles, en los que al asomarnos nos encontramos con una profundidad de vértigo.
Una de las cosas que más nos dejó pasmados fue encontrar varios hoyos que en realidad eran cráteres que se habían formado al caer bombas. Aunque hoy día estaban cubiertos por plantas y no daban la imagen de guardar esa historia, años antes habría tenido escenas estremecedoras.
Antes de entrar al interior de los túneles, pasamos por un pequeño museo que muestra armas y bombas lanzadas en la zona, así como fotografías espeluznantes de la vida en los túneles, y de su construcción. En la puerta siempre está recibiendo a los visitantes un vietnamita de noventa años que estuvo viviendo en estos túneles.
Dentro de los túneles Vinh Moc
Nuestro recorrido subterráneo comenzó por el norte, en la puerta número 3. Como puedes ver, entrábamos casi justos.
Entrando en los túneles Vinh Moc
Me había imaginado los túneles algo más amplios. Y aunque en teoría debían ser algunos centímetros más altos y anchos que yo, en la cabeza me daba en algunas zonas, y me tenía que agachar. No me imagino cómo irán los que pasen de 1,80. Quien no necesitaba agacharse era nuestra guía vietnamita, bajita y menudita, lo que facilitaba que fuese muy cómoda entre los túneles.
Aunque alguna zona olía a humedad, afortunadamente no había bichos, o al menos no los vimos. Además de la estrechez del espacio, el otro inconveniente era la falta de luz. Los túneles estaban oscurísimos. La guía llevaba una buena linterna, y nos había pedido prestada una pequeña en la entrada. Si piensas visitar estos túneles, lo mejor es que lleves tu propia linterna de cabeza.
Me resultó increíble ver las habitaciones donde dormían, cocinaban y hacían toda su vida los vietnamitas. También tenían pozos de agua y un sistema de ventilación, que hacía que en algunas zonas soplara el viento. E incluso una sala de curas y una sala de maternidad.
Los túneles estaban construidos en tres niveles, y para descender de uno a otro nivel había escaleras.
Escaleras para cambiar de nivel
Tras diez minutos por un auténtico laberinto, salimos por la puerta número 4.
Lo que más me gustó al salir fue encontrarnos con el mar. No me lo esperaba.
Se trataba del mar de China Meridional o mar del Sur de China, y golpeaba fortísimo. Fue aquí cuando la guía nos contó que los túneles habían sido pensados de una forma muy estratégica. Se encontraban escondidos bajo la densa vegetación, y cuando los americanos sobrevolaban no los veían, y además podían salir al mar pasando desapercibidos. Desde aquí también abastecían a los militares de la cercana isla de Con Co.
Tras un paseo corto de apenas cinco minutos bordeando el mar, volvimos a adentrarnos en los túneles, esta vez por la entrada 10, que estaba muy escondida bajo la espesura del bosque.
Esta entrada estaba ya en el tercer nivel. Fue aquí donde encontramos un pozo y la zona que utilizaban como servicios.
A partir de aquí la guía nos dio la opción de dar un paseo corto (quince minutos) o largo (media hora). Elegimos el corto porque llegados a este punto ya teníamos un poco de agobio de túnel, y no quedaba nada diferente por ver. Además caminar entre ellos es bastante cansado de tanto subir y bajar escalones para cruzar de uno a otro nivel. Así que continuamos el recorrido entre los pasadizos del túnel, hasta salir por una de las puertas situadas en el primer nivel.
Finalizamos la visita a los túneles Vinh Moc, y llegaron las conclusiones. Hay quien dice que no merece la pena. A mí me pareció un lugar imprescindible y fue muy emocionante estar en los escenarios de uno de los momentos históricos más importantes del siglo pasado. Sin duda conocerlos no deja indiferente a nadie, y desde entonces, veo la guerra de Vietnam con otros ojos.
Wow! Cómo me gustaría ver esto!
Cada vez que me topo con un blog, con un viajerx que visitó algunos de estos sitios me detengo de inmediato. Puedo leer y releer mil veces el texto y repasar las fotos. Entre otros aspectos que hacen a esa guerra estos emprendimientos, estos monumentos de la ingeniería diría yo son únicos. Clara muestra de la capacidad del hombre!
Muchas gracias!
Abrazos y que sigan los buenos rumbos!!!
La verdad que es un lugar con tanta historia, y transmite tantas emociones recorrerlo, que merece la pena una visita, tanto o más como las tantas bellezas que tiene Vietnam. Muchas gracias juan Manuel
Hacía mucho tiempo que no leía un post tan interesante como este, y no lo digo por hablar, lo digo de corazón. Me ha encantado y además he conocido un lugar del que nunca había oído hablar, muy interesante su historia y muy triste a la vez, no quiero ni imaginarme la vida de esa pobre gente…
Un abrazo
Carmen
Muchas gracias Carmen. La verdad que es un punto que pasa por alto para mucha gente que viaja a Vietnam, por lo que significó, pero yo creo que hay que conocer los lugares históricos, ya que te ayudan a entender mejor todo. Y ojalá nos ayude a no repetir este tipo de cosas, aunque por desgracia en otros países sigue ocurriendo…
Un abrazo enorme!