Día 3: Valle de Hecho y Valle de Ansó
Para hoy teníamos dos bonitas rutas en coche por la comarca Jacetania: Valle de Hecho y Valle de Ansó. El Valle de Hecho nos llevaría hacia el norte de la provincia de Huesca dirección Francia y después cambiaríamos al Valle de Ansó por el que volveríamos a dirigirnos hacia el sur para volver a Jaca. Como era el día posterior a la ruta de senderismo habíamos planificado este día más tranquilo y con mucho menos desgaste físico. Salimos a las 10:20 siendo nuestra primera parada la localidad de Santa Cilia que aún no pertenecía al Valle de Hecho pero estaba en el camino para adentrarnos en él. Nos encontramos con un curioso puente roto, una iglesia cerrada y algunas calles de estilo medieval.
Desde Santa Cilia continuamos atravesando por el famoso Puente de la Reina de Jaca que da acceso tanto al pueblo de igual nombre como al comienzo de la ruta por el Valle de Hecho. Nuestra primera parada en este valle fue en Embún, situado en lo alto de un cerro, con calles formadas por cuestas y bonitas fachadas de piedra. La iglesia también estaba cerrada.
Descendimos de Embún y atravesamos la bonita Foz de Patraco con un primer paso estrecho que nos adentraría durante 4 kilómetros por este cañón hasta llegar a Urdués. Urdués es de esas localidades tan tranquilas que yo siempre me las imagino para pasar unos días de total desconexión del mundo. Nuevamente encontramos la iglesia cerrada, vaya racha… No es que tengamos especial fijación con las iglesias pero sí nos gusta mucho ver el arte que acogen.
Y tras Urdués nos adentramos en estas montañas entre las que se encontraba la localidad que da nombre al valle, Hecho.
Se nota que Hecho es la capital del valle, más grande, con más turistas, más bares y en general más de todo. También tiene oficina de turismo que aprovechamos a visitar. Y aunque también nos encontramos con la iglesia cerrada, dimos un paseo por todo el pueblo y nos encontramos sobre todo con unas casas preciosas con fachadas de piedra, balcones floridos y chimeneas impresionantes.
Aunque era sólo la 1, un poco pronto para comer, como no sabíamos si en los siguientes pueblos habría bares abiertos decidimos comer aquí. Nos quedamos con el que nos pareció que tenía mejor pinta, el restaurante Cantere, y aunque al principio no estábamos muy convencidos al final comimos muy pero que muy bien.
Después de la comida en Hecho partimos a Siresa, y la verdad que entre la comida y el solazo que daba se hizo bastante difícil pasear por este pueblo. La imagen del pueblo está dominada por el impresionante Monasterio de Siresa, que como ya imaginábamos estaba cerrado, pero al menos pudimos ver algo curioso de Siresa y es un horno antiguo que estaba de exposición y que nos lo enseñó uno de los habitantes del pueblo. Fue muy curioso verlo y que el hombre nos contara cómo se utilizaba hacía 60 años.
A partir de Siresa se podía continuar camino hacia el norte y llegar a un parque natural, pero nosotros reemprendimos camino hacia Hecho para a partir de aquí atravesar el bonito puerto que nos llevaba hasta el otro valle, el Valle de Ansó. En la localidad de Ansó nos encontramos una arquitectura muy similar a la que habíamos visto durante todo el día, eso sí, por fin pudimos entrar a ver la primera iglesia del día. También nos encontramos con estas sorprendentes Escuelas Nacionales del año 1927.
Cuando salimos de Ansó ya eran cerca de las 5 de la tarde y estábamos bastante cansados así que reemprendimos viaje de vuelta a Jaca descendiendo por el Valle de Ansó. La verdad que el valle nos pareció mucho más bonito que el Valle de Hecho y encontramos parajes tan espectaculares como este cañón, la Foz de Biniés.
Aunque pensábamos ir de un tirón a Jaca no pudimos evitar hacer dos paradas cortísimas en este valle. La primera en Biniés al subir desde el valle y ver en alto este pequeño pueblo en el que destacaba la figura de su castillo. Entramos con el coche sin bajar de él y pasamos al lado de su iglesia y castillo.
La segunda parada fue en Berdún, el último pueblo del Valle de Ansó en su lado sur que se encuentra también en un pequeño cerro y además nos habían contado era uno de los pueblos más fotografiados del Pirineo de Huesca. Tiene aún una de sus puertas medievales y además pudimos entrar en la iglesia que tenía el altar en restauración.
Ya eran las 6 de la tarde y teníamos que dirigirnos a Jaca porque habíamos reservado hora en el spa a las 19:30. Estábamos a media hora del hotel y aún nos dio tiempo a hacer las dos últimas paradas de la tarde ya en Jaca: en la tienda de montaña Barrabés y en la Fuente de Baños. Y aún nos sobró tiempo para llegar al apartahotel y descansar unos minutos antes de la cita que habíamos reservado en el spa del hotel, que por cierto nos resultó algo decepcionante, un spa algo escaso en el que lo mejor de todo es que estábamos prácticamente solos. Al menos algo nos sirvió para descansar y relajarnos.