Tenerife día 4: Santiago del Teide, acantilados de los Gigantes y Vilaflor
Hacia el sur de Tenerife
Como hoy nos dirigíamos a conocer los acantilados de los Gigantes, estimábamos que el día sería largo, así que pedimos picnic en el hotel para no estar preocupados por la comida. Cierto es que al recogerlo nos decepcionó bastante, ya que parecía más un desayuno que una comida. Tuvimos que pensar aquello de «mejor eso que nada…»
El Tanque y Erjos de El Tanque
El primer tramo del viaje fue idéntico al día anterior, sólo que nubladísimo, hasta tal punto que el Teide no se veía. A partir de Icod de los Vinos ya tomamos un camino diferente y comenzamos a ascender por la montaña. En algún momento incluso nos internamos en las nubes y pasamos unos cuantos minutos algo incómodos con niebla.
La ruta fue en constante subida, pasando por El Tanque, a 604 metros de altitud, y por Erjos de El Tanque, donde ya superamos los mil metros. Eran poblaciones pequeñas, pero con gran patrimonio arquitectónico. En El Tanque encontramos la iglesia de San Antonio de Padua y arquitectura tradicional canaria del siglo XVII.
En Erjos de El Tanque, la Parroquia de La Sagrada Familia.
Parroquia de La Sagrada Familia en Erjos de El Tanque
Nos gustó muchísimo el bosque a la salida de Erjos de El Tanque. Las vistas del camino eran magnificas entre la vegetación y las altas cumbres, y lo más sorprendente de todo fue que pasada la niebla nos esperaba un sol brillante, y el Teide.
Teide desde Erjos de El Tanque
Antes de llegar a Santiago del Teide nos quedamos sorprendidos con una carretera en zigzag que llevaba a Masca. Y aunque nos hubiera encantado subir por ella, no teníamos tiempo. Después supimos que guardaba una de las mejores vistas de toda la isla y nos dio bastante rabia.
Santiago del Teide
Nos gustó muchísimo la entrada en Santiago del Teide, tanto, que decidimos parar. Fue una corta parada pero suficiente para ver la plaza del ayuntamiento donde destacaba una escultura que representaba «El guanche» y la iglesia de San Fernando Rey. Los guanches son los antiguos habitantes aborígenes de la isla de Tenerife.
El exterior de la iglesia me recordó a las iglesias de Islas Azores, con la diferencia de que el interior estaba exageradamente recargado con imágenes de vírgenes y santos y hasta globos como si estuviesen de fiesta.
Acantilados de los Gigantes
Tras la corta parada en Santiago del Teide ya continuamos del tirón hasta los acantilados de los Gigantes. Durante este trayecto de media hora fuimos disfrutando de unos paisajes espectaculares; el mejor, este valle con la vista de Tamaimo.
Para ver los acantilados tuvimos que adentrarnos en Puerto de Santiago. La entrada en esta localidad fue también muy bonita, con la visión de la isla de La Gomera al fondo.
Puerto de Santiago con isla de La Gomera
En Puerto de Santiago paramos en un mirador que estaba llenísimo de turistas, el mirador de Archipenque. He de decir que los acantilados no me parecieron más llamativos ni bonitos que otros de la isla, y casi hubiese preferido curiosear por Masca.
Acantilados de los Gigantes desde mirador de Archipenque
Intentamos también acercarnos a los acantilados por la parte baja, desde la playa, pero sólo llegamos a un aparcamiento de pago, y llenísimo de turistas, y decidimos no continuar buscando, y partir a nuestro siguiente destino: Vilaflor.
Sur de Tenerife
Para llegar hasta Vilaflor había varios itinerarios posibles, y optamos por el que pasaba más cerca de lo más famoso del sur de Tenerife: Adeje, la Playa de las Américas y Los Cristianos. He de confesar que nos horrorizó horriblemente y ni siquiera nos entraron ganas de parar, sino de salir corriendo. Nos pareció realmente horrible por la masificación de construcciones orientadas al turismo, conquistando las montañas de manera exagerada. Y fue en ese momento cuando supimos que era mucho más bonito el norte que el sur de Tenerife, al menos para nosotros que no íbamos buscando un turismo de sol y playa.
Hacia el norte de Tenerife
Vilaflor
Vilaflor es un pueblo típico canario y su mayor interés es que en la oficina de turismo nos habían comentado que era el pueblo más alto de España. Después buscando información, encontramos otros pueblos a mayor altura, así que leyendo un poco más comprendimos que en realidad Vilaflor es el municipio más alto de España. Pequeños detalles… Igualmente, cuando lo visitamos estábamos convencidos de que sí era el pueblo más alto de España, y nos hacía ilusión hacernos una foto junto a su nombre.
Además en Vilaflor vimos por primera vez el famoso espectáculo del mar de nubes canario. Es increíble cómo las nubes se juntan formando una manta de nubes sobre el cielo. Nos dejó boquiabiertos, es realmente impresionante. Pasado Vilaflor continuamos contemplando el mar de nubes, y parando en cada hueco que encontrábamos entre los árboles para fotografiarlo más cerca.
Parque nacional del Teide
Desde Vilaflor continuamos el ascenso hasta el parque nacional del Teide, y deteniéndonos en algunos miradores donde aprovechamos a fotografiar las típicas plantas del Teide llamadas tajinastes rojos.
Los primeros miradores no los conocíamos pero pronto llegamos al mismo recorrido que habíamos hecho dos días antes, sólo que con la cumbre del Teide esta vez sin nubes. Es bastante sorprendente ver los diferentes contrastes de colores en su cumbre.
El Teide estaba tan espléndido, que nos entraron ganas de subir, así que llegamos hasta el teleférico. Quedaba poco tiempo para que lo cerraran, pero aún así decidimos no subir porque era realmente caro, 27 euros por persona, y además los últimos 100 metros no los podríamos subir porque no teníamos un permiso especial que es necesario. Así que decidimos dejarlo para un futuro viaje, y continuamos descenso por el Parque Nacional del Teide hacia La Esperanza.
Durante el descenso, aún hicimos más paradas ya que encontramos por este lado el mar de nubes aún más aombroso, y era imposible aguantarse las ganas de disfrutar de él. También para aprovechar a conocer dos miradores que nos habíamos saltado: el mirador de La Tarta y el de Chipeque.
Dudamos si parar a conocer San Cristóbal de la Laguna, pero la verdad que después de todo el día recorriendo Tenerife, estábamos bastante cansados, y decidimos volver al hotel. En algún momento de la bajada atravesamos el mar de nubes y nos situamos bajo él. Resultó decepcionante estar debajo del mar de nubes, ya que el día volvía a estar feo, triste y grisáceo. ¿Cuándo volveríamos a disfrutar del mar de nubes…?