Islandia día 6: Mývatn, Godafoss, Akureyri, Glaumbaer, Vidimyrarkirkja, Grundarfjördur
Hoy nos esperaba la etapa más larga de todo el viaje por Islandia. Partíamos de Mývatn y terminábamos en Grundarfjördur, 537 kilómetros por delante sin contar con las visitas, que implicarían algunos kilómetros más. A las nueve ya estábamos desayunando aunque hasta pasadas las diez no abandonamos nuestra cabaña del lago Mývatn.
Región de Mývatn
Formaciones de lava de Dimmuborgir
Formaciones de lava de Dimmuborgir
Nuestra primera visita del día fueron las formaciones de lava de Dimmuborgir. De camino hacia ellas pasamos cerca del volcán Hverfjall. Nos habría encantado subir, pero parece que lleva varias horas su recorrido, así que no nos encajaba en la ruta.
Dimmuborgir ocupa una extensión enorme cubierta de lava solidificada que con el paso de los años ha adoptado unas formas muy curiosas. Era bastante diferente a la región más extensa de lava de Islandia formada en Eldhraun. Aquí te puedes entretener más o menos, nosotros con media hora tuvimos bastante.
Península Höfdi
A escasos diez minutos encontramos la península Höfdi, un pequeño bosque creado por una pareja que veraneaba en esta zona, y dejó este legado en Mývatn. Además de algunas formaciones de lava que salen del lago, lo que me pareció más interesante es el «balcón con vistas» al lago Mývatn y sus pseudocráterers.
Vista del lago Mývatn desde la Península Höfdi
Pseudocráteres de Skútustadir
Finalizamos el recorrido del lago Mývatn con los pseudocráteres de Skútustadir, otra de las visitas imprescindibles en un viaje a Islandia. Fíjate si son especiales, que sólo existen aquí y en Marte… Se llaman pseudocráteres o cráteres falsos, porque en vez de haberse formado por la erupción de lava, se han formado por explosiones de vapor de lava caliente sobre superficie mojada. Y aunque es algo que sólo entienden los científicos, lo innegable es que el paisaje es espectacular.
Godafoss
Abandonamos Mývatn hacia Godafoss, la cascada de los dioses, a media hora de Mývatn. Una cascada que de lejos nos dejó un poco fríos, pero de cerca nos impresionó sobremanera. Aunque es mucho menos caudalosa que Dettifoss, sin duda es una de las cascadas más hermosas de Islandia. Además el agua del río está muy limpia, casi diría que es el río más limpio de todos los que había visto por Islandia.
En el camino a pie hasta Godafoss pasamos por un pequeño salto de agua que casi pasa desapercibido: cascada Geitafoss.
Akureyri
Desde Godafoss ya fuimos directos a la segunda gran ciudad de Islandia y que se dice de ella que es la capital del norte de Islandia: Akureyri. Tardamos algo menos de una hora. Los últimos minutos discurrieron a orillas de Eyjafjördur, un bonito fiordo de casi 60 kilómetros que formaba parte de los fiordos del norte de Islandia.
Akureyri se encuentra a orillas de este fiordo. La verdad que me encantó esta ciudad, desde que vimos su puerto hasta que caminamos por su calle principal Hafnarstraeti, muy animada. Creo que es una ciudad para disfrutar y pasear con calma.
Algo que no te puedes perder en Akureyri es subir por esta escalinata para ver su iglesia principal. También es un buen destino para almorzar. Nosotros elegimos uno de sus restaurantes más conocidos: Bautinn.
Casas de césped
En Akureyri pasamos unas tres horas. Nos quedaban aún 400 kilómetros hasta el destino final del día, y ya eran las cinco de la tarde. Habíamos hecho casi todas las paradas turísticas de la jornada, pero aún faltaban las famosas casas de césped de Islandia, en este caso una granja y una iglesia.
Granja de césped Glaumbaer
La Granja de césped Glaumbaer es un gran complejo de casas del siglo XVIII, que hoy día funciona como museo. Fue construido con turba, madera y césped, y no son muy altas. La turba es un tipo de carbón. El césped funciona como un gran aislante térmico. La verdad que parecían casitas de cuento. Junto a las casas destacaba una famosa escultura de la primera madre europea en América.
Casas de turba, madera y césped
Iglesia Vidimyrarkirkja en Varmahlid
A pocos kilómetros de Glaumbaer encontramos la iglesia Vidimyrarkirkja. Es una iglesia negra cubierta de césped, del siglo XIX, y realmente cuca.
Parte trasera de iglesia Vidimyrarkirkja
De Varmahlid a Grundarfjörd
A las siete de la tarde estábamos saliendo de la iglesia negra. Ya pensábamos ir del tirón hasta Grundarfjördur. Lo hicimos así salvo para fotografiar algunos paisajes fascinantes de parada obligatoria.
Cerca de Varmahlid encontramos un monumento en la cima de una pequeña montaña, que aún a día de hoy no sabemos qué significa.
También llamó nuestra atención una iglesia peculiar de arquitectura moderna en Blönduós. Sólo la vimos desde el coche.
Para llegar a Grundarfjörd había varios caminos, y aunque el GPS nos marcaba por unas carreteras más principales, parecía que recorreríamos muchos más kilómetros que lo que veíamos en el mapa de carreteras, y decidimos seguir nuestro instinto. Tomamos la carretera 59 que atravesaba por un paso de montaña en el istmo que une la península Vestfirðir (fiordos occidentales) con el resto de Islandia. Seguramente no aparecía en nuestro GPS porque era una carretera de grava. La verdad que íbamos casi solos. Nos llovió a ratos, se cruzaron unos caballos en mitad de la carretera, y se hizo larguísimo porque teníamos que circular muy despacio. A pesar de lo pesado que se hizo, si volviera a realizar esa ruta, sin duda repetiría, ya que pasamos por unos paisajes alucinantes.
Algunos de los más llamativos fue el fiordo Hvammsfjördur y sus cientos de pequeños islotes verdes.
Islotes en fiordo Hvammsfjördur
Los últimos kilómetros del día fuimos además acompañados por el sol de medianoche.
La guinda del día fue la entrada en Grundarfjördur, qué postal tan bonita y qué buenas sensaciones nos dejó. A la entrada, dos pequeñas cascadas y la vista de la bahía de este pequeño pueblo pesquero. Iluminado por el sol de medianoche daba unas tonalidades azules bellísimas.
Sol de medianoche en Fiordo Grundarfjördur
El viaje había sido larguísimo, estábamos más cansados que ningún otro día, sobre todo el conductor, y además era muy tarde, cerca de medianoche. Y a pesar del enorme cansancio, estábamos felices y sentíamos que desde luego el viaje había merecido la pena. Eso sí, el paseo por Grundarfjördur quedaría pendiente para el día siguiente.
Magnífico reportaje sobre Islandia. Lo estamos siguiendo fielmente (bueno, con variaciones) pero hay que decir que la claridad en la exposición y las experiencias vividas nos están resultando de suma utilidad; al menos casi ni nos equivocamos…
Muchas gracias por la ayuda prestada sin saberlo.
Fernando, Mari Luz, Chicha y Casto.
Muchísimas gracias por vuestras palabras. Me alegra de verdad que os sea de utilizar mi experiencia en el viaje a Islandia. Si habéis encontrado algo que merezca la pena y yo no visité, comentadme y me lo apunto para otro futuro viaje, que algún día volveré a Islandia jeje. Un saludo y muy buen viaje!!